miércoles, 28 de noviembre de 2012

Capitulo 56: Sin nombre ;)


Sin nombre :)

Narración: Carla.
—¡Al fin contestas!
—Lo siento —respondo— A sido un día muy movido.
—Ni que lo digas.
—¡Ya cuéntame! ¿Cómo salió la fiesta?
—Buenísima —me puedo imaginar a Max sonriendo— la verdad es que no esperaba que saliera tan bien.
—Eso suena excelente —digo emocionada, pero a la vez triste por no poder haber ido— Supongo que Andrés y Claudia son los que más disfrutaron.
—¡Uf! Lejos… —se ríe jocoso.
—¡Max! —Digo ante el tono de su voz— Que mente tienes.
—No me regañes, sólo digo la verdad… Porque en este momento están los dos afuera en la piscina.
—¿A esta hora? —Miro mi reloj— ¡pero si son las ocho de la noche!
—El mejor horario: sin sol, agua templada…
—¿Por qué mejor no te vas y te unes a ellos? —bromeó.
—¡Ja! Y llevo un violín para acomodar el ambiente de esa parejita —dice irónico.
—No estaría mal —reímos juntos.
—Hiciste falta acá, Carla.
—¿De verdad? —Mis mejillas rápidamente reaccionaron— Sabes que me hubiera gustado estar allá.
—Lo sé, lo sé, losé… ¿Y qué tuviste que hacer?
—Niñera —mascullo— Tuve que quedarme con mis primos —justo en ese momento entran los tres pequeños a la casa corriendo y gritando— ¿escuchas?
—Puedo escuchar que tienes un jardín ahí.
—Uf, más o menos. ¿Sabes las locuras que pueden hacer unos niños de seis años? ¡Son unas bestias!
—¿Con quién hablas, Carla? —me pregunta uno de los pequeños.
—Ja, ja, ja, ya me hubiera gustado verte agobiada con esos niños —dice Max.
—¿Es tu novio? —exclama la pequeña.
—Shh… —los hago callar— No logro escuchar con ustedes.
—¡Sí! —Exclaman todos juntos— ¡Es su novio! ¡Es su novio!
—Dame un segundo —le digo a Max y a continuación tapo el audio del celular— ¡Vayan a jugar, pequeños! —Les pido— estoy ocupad ¿sí? Después iré con ustedes.
—Está bien —asienten cabizbajo— Pero dime —dice Andrea— ¿Es tu novio?
—¡No! No es mi novio —exclamo divertido e incómoda— Ahora vayan al patio.
    Los tres juntos salen corriendo y metiendo ruido sólo como los niños pueden hacer. Fuerza, fuerza…
—¿Sigues ahí? —vuelvo a coger el celular.
—Ajá… ¿todo bien?
—Estos pequeños que molestan.
—Sí, algo escuché —ríe— ¿Así que pensaban que era tu novio?
—Podré estar hablando con Barney y dirán que es mi novio.
—Pero yo soy más guapo que Barney —dice seguro de sí mismo.
—¿Así? ¿Quién lo dice?
—Tú.
—¿Yo?
—Sí, tú.
—Mentira —niego rápidamente.
—Entonces dile a Mia que has cambiado de gustos.
—¿Mia? —el pánico rápidamente me invade.
—¡Ja! Vez —ríe fuerte— ¿Por qué asustada de lo que diga Mia?
—¿Asustada? Nah… —intento disimular.
—¡Ja, ja ,ja! Ya lo sé todo, cariño —se ríe aún más de la situación. Maldito— Así que en la lista de los guapos… ¿Soy uno de los primeros?
    Me callo avergonzada. Esta me las pagaras, Mia. ¿Cómo me hizo esto? ¿Y desde cuando ellos hablan tanto? Porque no creo que ella anduviera ventilando esas cosas. ¿O sí? ¡Uy! Agradezco que sólo tenga a Max al teléfono y no aquí mismo.
—¿Carla? ¡Hey! —Exclama desde la otra línea— ¡estaba bromeando!
—¿Ah?
—Sí, sólo era una broma. ¿O acaso creías que tu amiga me diría esas cosas?
—Este… —oh dios.
—Ja, ja te asustaste —ríe. Oh. Dios.
—No… —digo no muy convencida.
—Claro que… espera —el tono de su voz cambia— ¿Por qué estabas asustada? … Entonces es verdad que… —deduce rápidamente. OH DIOS.
—Te tengo que colgar, Max —intento escapar, antes de seguir humillándome— Nos vemos.

Narración: Max.
—Pero Carla —digo demasiado tarde ya que ya había terminado la llamada.
    Guardo el celular en el bolsillo y vuelvo a reír. ¡Qué fácil es molestarla! Me le imagino mirando el suelo, intentado escapar de la situación. Pero… ella parecía de verdad inquieta con lo que le dije, no es que le hubiera molestado lo que dije si no que… Entonces era verdad. ¿Me encuentra guapo? Vuelvo a reír. ¿O no? ¡Vamos! ¿De verdad? Por algo se puso tan nerviosa. Vuelvo a sonreír… porque la idea me agrada. Ja.

Narración: Azul.
—A salvo en su palacio —dice al abrirme la puerta del auto.
    Bajo sonriendo y tomo mi bolso con las cosas. Las estrellas ya comienzan a asomarse cuando llegamos a mi casa. Tomás cierra la puerta y me acompaña hasta la puerta.
—Gracias —le digo al girarme— y no sólo por traerme sino que por haberme invitado, estuvo muy entretenido.
—Ya lo decía yo —guiña un ojo.
—Claudia ha sido bastante atrevida al hacer algo así de grande —comento.
—Esa chica se las trae —dice divertido.
    Siento como el tono de su voz no me agrada. ¿Acaso ya son mejores amigos? ¿Se cuentan sus secretos y todo? ¡Si sólo la ayudó a hacer la fiesta! Uh.
—Al parecer te llevas bien con ella —digo sin poder evitarlo.
—Pues sí. Encuentro que es una chica guapa, entretenida, relajada…
—¿Está bien, no? —mascullo entre dientes.

Narración: Tomás.
La observo detenidamente y sin evitarlo sonrío.
—La verdad es que si no fuera novia de Andrés…
—¡Tomás! —me recrimina con sorpresa.
—Tranquila —comienzo a reír— sólo estoy bromeando.
    La miro a los ojos y sostengo su mirada. Oh, al parecer si le molestó la broma. ¡Vamos! Era sólo un juego. Un minuto después y sigue sin habla.
—¿De verdad te enojaste? —pregunto asustado.
    Azul sigue sosteniendo mi mirada. ¿Qué es lo que malditamente está pensando? Lentamente veo como una sonrisa comienza a formarse en su rostro. Uf. Una oleada de alivio me tranquiliza, le sonrío devuelta.
—Que eres tonto —acerca su mano para darme un golpe en el brazo, pero sin evitar el impulso tiro de ella para acercarla y cuando la intención de besarla estaba ahí… decido que mejor sólo un abrazo. Oh.

Narración: Azul.
Sonrío avergonzada y nerviosa. Lentamente rodeo a Tomás con mis brazos mientras mi pulso aumenta con su cercanía. Siento su respiración en mi oído. Dios… ¿Por qué eso es tan difícil? ¿Por qué simplemente no puedo arriesgarme y dejarme llevar? ¿Por qué…? No debería tener miedo. No. Tomás  no es igual a… él. No quiero que sea igual. No, por favor… no quiero terminar llorando de nuevo, no quiero pensar que Tomás pueda lastimarme. No quiero equivocarme esta vez… Pero no hay  nada que me garantice que todo saldrá bien, es sólo arriesgarse… Tan sólo una señal necesito, no quiero que la historia se vuelva a repetir…

Narración: Tomás.
—Creo que ya es hora de que me vaya —digo sin quererlo realmente. Termino el abrazo  sonrío con cariño al encontrarme con sus ojos.
—Bien —responde y el tono de su voz me hace pensar que a lo mejor no quiere que lo haga.
—¿Nos vemos el lunes? —bajo el par de escaleras de la entrada.
—El lunes —afirma.
—Bien —suspiro— adiós —me despido con la mano y me doy vuelta hacia el auto. Pero sólo alcanzo a dar unos cuantos pasos cuando antes de escuchar mí nombre.
—¡Tomás!
    Me doy vuelta sobre mis pies y me quedo ahí, latente, esperando nervioso, ansioso, latidos al borde del colapso.
—Necesito… —dice mientras baja el par de escaleras y se detiene a un par de pasos antes de mí, indecisa.
    No pronuncio palabra. Porque sinceramente no sé qué decir.
—¿Recuerdas cuando nos conocimos? —Pregunta sorprendiéndome— Tú, tan seguro de ti mismo juraste que te daría mi número para ganar esa apuesta — ríe negando con su cabeza, y haciéndome reír a mí también. ¡Qué idiota fui!— ¿Crees que yo no sabía lo que tramabas? Eres un libro abierto, Tomás —nervioso, comienzo a sonrojarme— Tanto así que hace un segundo podía leer en tus ojos que tu idea no era abrazarme, sino besarme —Mis ojos se abren. ¡¿Qué!?— Jajaja —comienza a reír ante mi rostro— ¿Por qué no lo hiciste?
    Me quedo perplejo. ¿Desde cuándo una chica viene así y te descoloca completamente con una pregunta tan simple? Esta chica no se va con rodeos.
—Respóndeme, Tomás —exige ante mi silencio.
—Pues… yo… No sé…
—¿Cómo que no sabes? —siento algo de desesperación en su voz.
—Pensé que sería demasiado arriesgado… a lo mejor… Arg, ¡no sé, Azul! Apenas se las cosas que hago y digo cuando estoy cerca de ti —admito sin más— Actúo como un completo idiota siempre. 
—Ah… —bota todo el aire por su boca— Estoy hecha un lío— dirige una mirada afligida así mí, y decide darme vuelta para entrar a su casa.
¿Qué? ¿Se va? ¿Así? No.
—¿Qué necesitas saber, Azul? —digo ya desesperado y sin miedo de hacer el ridículo— ¿Qué cosa?
    Se detiene a medio camino y vuelve a girarse mientras se muerde el labio.
—Es lo que intento averiguar —responde.
—¿Qué es? —insisto mientras rompo la maldita distancia que  nos separa y tomo su rostro en mis manos.
—Simplemente… —me mira a los ojos— tengo miedo.
—¿De mí?
—¡No! Claro que de ti no.
—¿Entonces, cariño? —¿Es que no puedo sonar más desesperado?
—De esto —pone sus manos sobre las mías que aún siguen en su rostro— De que no funcione —y luego comienza a hablar rápido— De que sea así el comienzo, pero después no. De que se “cariño” sea una palabra vacía, que en verdad esto… —y se calla.
—¿Qué te hace pensar eso? —pregunto ahogado.
—Sabes lo que es —alza una ceja, y al fin caigo en la cuenta de que recuerda a su ex… o mejor dicho al maldito cretino que todo el mundo odia— Digamos que soy un imán para malas relaciones —sonríe amargamente.
—Entonces… ¿Tú crees que si empezamos algo… saldrá mal? ¿Qué te puedo decir para…?
—Nada, Tomás —saca mis manos de su rostro— sólo… necesito pensar y… uf, ni idea.
—Okay —digo ahora completamente seguro— pero tendrás que pensar luego de esto.
    Antes que se vuelva a girar, la acerco y sin rodeos ni arrepentimientos junto nuestros labios.

Narración Azul.
    De repente siento como Tomás se acerca y luego sólo soy consciente de sus labios en los míos. ¡Aléjate! ¡No! Gritaba mi subconsciente, pero no era capaz de hacerlo. Es más, sentía como Tomás intentaba alejarse luego de unos segundos, pero impulsivamente lo sostengo desde su cuello. Es en ese momento donde una singular frase cruza por mi mente: “Un beso dice más que mil palabras”… ahora todo comienza a tener sentido. Lentamente se aleja, pero sólo lo suficiente para apoyar su frente en la mía y aún con los ojos cerrados sonrío feliz.
—Ahora tienes todo el tiempo del mundo para pensar todo lo que quieres —me mira directamente a los ojos.
—Creo que ya no tengo nada que pensar.

Narración: Claudia.
—¿Cómo estuvo todo? ¿Se divirtieron? ¿Cómo se lo tomó Andrés? ¿Qué dijo?
    No me aguanto la risa al escuchar las preguntas de mi madre. Apenas había abierto la puerta para que entraran.
—Todo salió perfecto, con eso te lo digo todo.
—¡Qué bueno, cariño! —mi padre se acerca y deposita un beso en mi frente— ¿Y tu hermano?
—Max cayó rendido en  mi pieza, y la verdad es que yo también estoy muy cansada.
—Me lo imagino.
—¿Y ustedes? ¿Cómo les fue?
—Todo salió perfecto, con eso te lo digo todo —mi madre me guiño un ojo al final de la oración.
—Okay, okay, okay… no quiero detalles —reí— Quedó todo completamente ordenado así que no tienen de que preocuparse.
—Que agradable es escuchar eso.
—Bien, subiré a dormir y veré si Max se quedará o no.
    Con las últimas fuerzas que tenía, subí las escaleras. Recién ahora caigo en la cuenta de lo agotador que había sido este día. Y sentía un pequeño escozor en mi espalda… maldita sea, falta de bloqueador. Me asomé al espejo de mi pieza y tenía algo roja la espalda. Bien, podría haber sido peor.
    Max estaba desparramado en toda mi cama, boca abajo.
—¡Despierta, despierta, despierta! —salto sobre él.
—¡Aaah! ¡Claudia!
    Reí e intenté correrlo para que me diera algo de espacio en la cama.
—Nuestros padres ya llegaron. ¿Te quedarás a dormir?
—Si tanto insistes… —dijo con una sonrisa.
—Bien, levántate entonces para improvisarte una cama.
    Gruñendo me hizo caso. Sacamos el segundo colchón que tenía bajo mi cama y le tendimos unas sábanas y unos cojines. 
—¿Hablaste con Carla? —pregunté una vez que ya ambos estábamos acosado.
—Yep. La llamé y le dije como había salido todo y hablamos un poco —comenzó a reírse.
Me levanté sobre mi codo para mirarlo.
—¿De qué hablaron?
 —Que curiosa eres —me miró detenidamente— De nada, Claudia, sólo tonteras.
—¿Sabes qué? Me encantaría que ustedes fueran pareja.
—¿De verdad?
—Ajá —vuelvo a recostar mi cabeza en la almohada— sería bonito.
—Mmm… —es lo único que dice y no volvemos a hablar hasta que el sueño nos vence a ambos.

Narración: Belén.
—¿Tienes tu cuaderno de matemática?
—Sí, claro. Esta ahí arriba.
    Corro sobre todo el desorden que hay en nuestra pieza y lo tomó para volver a mi cama.
—¡Ash! —exclamo ya frustrada— No puedo creer que tengamos tantas pruebas esa semana. Moriré en el intento de sobrevivir.
—Ni lo digas —Gaby frunce su frente— Esta prueba de biología me tiene frustrada. La única manera de que todo esto que me tengo que aprender me entre, será por osmosis —bromea al ocupar un término de la clase.
—Pero tu no irás mañana —le saco la lengua— tendrás todo el día para estudiar.
Gaby ríe un poco.
—No lo creo —hace una mueca— piensa que tengo que salir súper temprano y no sé a qué hora terminaré.
    Ella tenía que ir a su ex colegio para retirar todos los papeles que quedaban por el cambio rápido que tuvo que hacer este año. Y como ella misma lo presentía, de seguro se demoraría más ya que se iba a encontrar con todos sus amigos.
—Bien… igual no irás mañana a clases.
Ambas reímos mientras volvemos a nuestros cuadernos.
Abro su cuaderno para buscar algo de materia que me faltaba. Y me encuentro con una sorpresa.
—Este… Gaby…
—¿Qué pasa?
—¿Habías visto eso?
    Achica sus ojos para leer a la distancia y luego los vuelve a abrir sorprendida. Baja la cabeza avergonzada.
—Ese chico no se detiene —comento.
    Al final de una página Javier le había dejado una pequeña nota, que al parece Gaby no había visto.
—Mm…
—¿Qué pasa entre ustedes?
    Levanta nuevamente su vista y suspira pesadamente.
—Nada.
—¿Nada?
—Nada.
—No te creo —digo segura, y antes de que pregunta porque, le explico— Si no pasara nada no estarías tan afectada, no te sentirías tan mal ay le hubieras dicho que no desde un principio a Javier.
—¿Qué? ¿Acaso eres consejera amorosa ahora?
—No… pero podría serlo —intento bromear.
—Ay, Belén —se tapa el rostro con sus manos— Es tan difícil esta situación… Menos mal que no eres tú la que esta así.
—Menos mal… —digo no muy segura. Pero cariño, creo que mi situación es más crítica porque no me puedo sacar a tu maldito novio de la cabeza. ¿Es eso complicado también?… uf, claro que sí.
—Gaby… ¿Y qué pasa con Alex? —digo antes de detener las malditas palabras de mi boca.
—¿Alex?….  —y niega lentamente con su cabeza— Sinceramente… creo que cada vez peor.
    ¿Tan mal? Me pregunto a mí misma mientras Gaby da a entender que no quiere seguir con esta conservación y se vuelve hacia sus cuadernos. ¿Será esta mi oportunidad? ¡Qué mierda! Claro que no. No. ¿Qué rayos estoy pensando? No puedo llegar y meterme en medio de este lío que ya está bastante feo. No. Niego con mi cabeza. Si es que llegara a pasar algo entre Alex y yo sería dentro de cien años… o mejor, dentro de mil.

Narración: Claudia.
—¡Hola, chicas!
    Belén y yo nos damos vuelta al escuchar el sonido alegre de Grace. Nos da un brazo a ambas de saludo.
—¿Cómo andan?
—Con mis pies —bromea Belén y Grace le saca la lengua.
—Cansada —digo con mis parpados apenas abiertos.
—Lo veo… ¿Cómo estuvo el sábado? —amabas me quedan mirando ansiosas— Tienes que contarnos.
—Espectacular —articulo cada sílaba por separado— Nos juntamos después de clases para contarles, ¿les parece?
    Ambas asientes y damos por terminada nuestra conversación con el toque de timbre.

Narración: Carla.
—¿De verdad? Esto es inaudito… ¡Están en esta clase porque se supone que saben de esto! Pero al parecer no es así… No puedo creer los resultados que tuve en esta prueba, ¡mediocres! …
    Dejo que mi mente divague mientras el profesor sigue y sigue dando la charla. ¿Es que no se ha dado cuenta que da el mismo sermón a cada rato? Debería resignarse de una vez por todas. Garabateó algunos dibujos en la última página de mi cuaderno con la esperanza de que el tiempo se acelere. Voy a dar vuelta la página, pero algo golpea mi brazo. Me giro sorprendida y me encuentro con Max sonriendo y apuntando al suelo desde dos puestos más lejos. ¡Oh! Un papel. Lo recojo y lo abro con una repentina emoción.
Diosa del Olimpo matemático…
¿Tendría el amable honor de ayudarme para lo próxima prueba?

    Rodeo los ojos luego de leerlo y escribo rápidamente una respuesta preguntándole que tan mal le fue. Cuando el papel llega de regreso hago una mueca... Dios, este chico de verdad necesita ayuda… Creo que tendré que ayudar a los más necesitados. Suelto una risita nerviosa de sólo pensar en el hecho de tener que ayudarlo. Oh, no ¿Podré de verdad hacerlo?

Creo que podré dar algo de mi habilidad, humilde mortal.
¿Cuándo tienes libre?

    Me giro para lanzarlo nuevamente, pero no calculo bien y el papel le llega directo en la cara. Ahogo una carcajada y Max por la mueca que hace, también parece querer reírse. Un minuto más tarde soy consciente de que él respondió… pero no por el golpe del papel si no que por la  mirada del profesor. Ay, no.
—Ustedes dos… ¡Afuera!
    Me quedo congelada por un segundo y luego reacciono al ver que se dirigía a mí. Tomo mis cosas y salgo de la sala seguida por los pasos de Max. Parecemos dos adolescentes con ese maldito papelito.
—Usted señorita, está bien que haya tenido la nota más alta, pero no puedo aceptar estas cosas. Y usted señor Díaz, creo que no tengo nada que decir.
    Cierra la puerta tras de nosotros y al vernos no hacemos más que reír.
—Que amargado es este señor —comento una vez que nos alejamos de la sala y entramos en la cafetería para sentarnos en una mesa.
—Amargado debería ser su segundo nombre.
    Dejo mis cosas sobre la mesa y tomo asiento al lado de Max.
—¿Y bien? —Pregunta— ¿Podrías ayudarme con el examen de esta semana? Uh, ¿Cómo pudo ponernos otra prueba tan seguido?
—Si puedo —asiento— Pero tendría que ser mañana. Tengo otras tres pruebas más esta semana.
—Uh, eso apesta —hace una mueca— Sólo será un par de  horas, lo prometo.
—Veamos primero si logras entender en un par de horas —lo molesto.
    Max finge sorpresa.
—¿Qué me dices?… Ya me las pagarás.
    Pero antes de que se acerque a hacer algo, tomo mis cosas y salgo corriendo por la otra puerta hacia el patio.
     Sí, claramente somos dos adolescentes.

Narración: Claudia.
—¿Listas para irnos? —pregunto ansiosa al final de la última clase.
—Al fin —suspira Grace— esta semana está empezando como el infierno.
    Tomamos nuestros bolsos y salimos con todo el grupo. Javier está a mi lado comentando el partido que tuvo que jugar el domingo, por lo que deduzco que Andrés también habrá tenido que estar con él. Suspiro triste. Apenas lo he podido ver en la mañana un segundo porque mi padre vino a dejarme. Al parecer todavía no aprueba que mi novio me lleve en moto. Uh. Salimos de la escuela y nos despedimos todos con un “hasta mañana”.
—Belén… ¿estás bien? —pregunto al ver que parece un poco ida.
    Niega lentamente y luego inclina la cabeza apuntando hacia el otro lado de la calle.
—¡Oh! —exclamo sorprendida al reconocer a Alex— Pero… ¿Qué hace aquí? Gaby no vino.
—Eso mismo me pregunto yo.
    Las tres lo quedamos mirando un segundo hasta que él apunta hacia Belén y le indica que se acerque.
—Anda —le doy un empujoncito— quiere hablar contigo.
—Yo creo que… mejor no —dice insegura. ¡Oh! ¿Belén insegura?
—Tienes que ir —Grace también la apoya.
     La miramos mientras decide en silencio.
—Bien… creo que sí.
—¡Eso es! —La aliento— Anda, después hablamos de todo.
    Asiente y se dirige a cruzar la calle en su encuentro.
—¿Que querrá Alex?
—No tengo idea —me responde Grace— pero estos tortolos no pueden evitar lo que pasa entre ellos —y ambas reímos en silencio. 

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OOOOOOOOOOOH
CHICOS CHICOS CHICOS! ><
¡Al fin puedo publicar! :c Lamento tanto haber tardado... ¿que? ¿un mes? :c So sorry! Pero es que las cosas se me escaparon de las manos este fin de año y no tuve tiempo :c ..Pero
¡Ya soy libre! :D
Acabo de salir de vacaciones justamente hoy, y lo primero que hice fue escribir este cap lo más rápido D: así que si ven muchos errores lo lamento pero no podía tardar más en publicar ><
No esta muy entretenido, lo sé D: , pero ya intentaré ir mejorando la trama *-* Como recompensa trataré como loca, y lo juro, de publicar el otro cap este sábado *-* ¿Porque? Pues porque se los debo después de tanta espera, y porque me iré de viaje y no regresaré hasta el próximo domingo :O :3
( Mayor información revisa mi entrada ----> Eu quero Brasil ! )
Pido nuevamente disculpas por el atraso gigantesco
y se que no me lo merezco pero.. comenten :C
Fueron 5 comentarios en la entrada anterior, uno de los caps más largos y más emocionantes creo yo :c
Por lo menos para saber que lo leen /: :)

LES MANDO UN ABRAZO GIGANTE DESDE ESTA ESQUINA DEL MUNDO! 


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Adolescente con muchos sueños en camino a cumplirlos. Soñadora empedernida que intenta vivir la realidad...