sábado, 28 de abril de 2012

Capitulo 41: Traición.

Traición.


En capítulos anteriores…
*Andrés y Claudia son sorprendidos por la profesora besándose *O* Pero ella guardará el secreto.
*Max le promete a Carla que la recompensará por la ayuda que le dio para el examen.
**El capítulo empieza desde esa misma tarde en la cual Andrés le cuenta que la profesora no los delatará
Ahora pueden leer :)


Narración: Claudia.
—No paso nada… no… sí… ¡ya mañana te cuento, Belén! —Alcé la voz— no, mañana, ya chao —corté la llamada.
—Toc-toc —mamá apareció en mi pieza— ¿Qué haces?
—Estudiando, mamá ¿Qué más voy a estar haciendo? —alcé el cuaderno que tenía en mis piernas.
—Sí, como no, haré como si no hubiera visto ese celular… Pero bueno no vine para esto, hoy vendrá tu hermano.
—¿Enserio? ¡Yupi! —Aplaudí— hace mucho que no venía a casa.
—Así es… y de seguro que viene con su novia así que compórtate ¿sí?
—Ay, mamá soy un ángel —sonreí ampliamente.
—Si como no…
    ¿Por qué piensa que no lo soy? Si me he portado perfectamente…
    Tomé el cuaderno y terminé con la tarea de matemática que si o si tenía que llevar mañana, pero no fue tan difícil… espera ¿no fue tan difícil? Oh men! Jamás pensé que diría algo así, definitivamente Carla ha hecho milagros conmigo. Ya le quiero ver la cara a ese profesor cuando vea lo bien que entiendo todo ¡Ja!


Narración: Belén.
—¡Ya voy! —grité desde la pieza.
   Ash. ¿Por qué a todo el mundo le da por venir a esta casa cuando estoy sola? Apagué la tele y bajé arrastrando los pies. Golpearon de nuevo.
—¡Ya voy dije! ¡Tú sí que eres impaciente, Alex!
    Abrí de un golpe la puerta.
—¿Cómo supiste que era yo? —preguntó sorprendido.
—Pude leer tu mente desde arriba —alcé dos veces las cejas— era obvio que eras tú ¿Quién más iba a ser?
—Mm —asintió.
—Gaby no está así que puedes devolverte de donde viniste —iba a cerrar la puerta cuando él puso su pie.
—En verdad… —miró hacía el techo— vine a verte a ti.
—¡Jajaja! Buena broma. Nos vemos otro día —cerré la puerta.
—¡Belén! —Gritó— ¡es verdad!
    Quedé con mi pie en el aire cuando iba a subir las escaleras. ¿Cómo dijo? Puf, de seguro me venía a preguntar algo de su novia y bla, bla, bla…
—¿Qué pasó? —volví a abrir la puerta.
—¿Por qué tan mala onda conmigo? —Arrugó su frente— ¿Te he hecho algo?
—Okay, tienes razón, no —sonreí como estúpida y pregunté— ¿Qué ha pasado, querido Alex?
—No tienes que ser tan sarcástica tampoco.
—¡Para de criticarme! —Exclamé— Si no me dices ahora lo que quieres te cerraré la puerta en tu cara… nuevamente.
—Jajajajajajaa —comenzó a reír— me da tanta risa cuando te enojas.
    Sentí como de repente un calor inundó mi cara. Se lo había advertido. Le cerré la puerta y subí a mi pieza sin importar lo que empezará a gritar. ¡Ja! A ver quien se ríe ahora. Prendí mi radio  y puse la música lo más fuerte.


Narración: Claudia.
    Silencio completo en la mesa. La llegada de Max y Daniela no había sido la que esperábamos. Entre ellos apenas habían cruzado palabra por lo que era obvio deducir que se habían peleado por algo.
—Y bien Max —empecé— ¿Lograste estudiar bien para ese examen de matemáticas o cálculo no sé que era?
—Sí, me han ayudado —asintió.
    Del otro lado, Daniela se removió inquita. ¿Qué era lo que pasaba?
—¿Y quién te ayudó? —preguntó mamá.
—Lo siento —Daniela interrumpió— mi mamá me ha estado llamando. Tengo que ir a su casa ahora, se lo prometí.
—Te voy a dejar —comenzó a levantarse Max.
—No, no te preocupes —le dijo ella— no me queda tan lejos. Muchas gracias por todo, espero verlos otro día.
    Sin más, se levantó de la mesa y salió de la casa. Pero el silencio continuó ahí. Terminamos todos de comer y al levantarme tomé a mi hermano de la mano y lo llevé a mi pieza, necesitaba saber que pasaba.
—Cuéntame —lo hice que se sentará en la cama y yo me paré al frente de él— ¿Por qué están enojados?
—Es ella la que está poniendo problemas —se quejó— y por más que le digo que no pasa nada ¡no entiende! —se tomó la cabeza.
—Pero ¿de que problemas me hablas?
—Carla es la que me ha ayudado en ese examen, por lo que es obvio que me he tenido que juntar con ella ¡pero sólo un día! Y ahora le habló en la universidad y eso le molesta a Daniela.
—O sea que esta celosa —reí.
—Ajá, y no entiendo cómo se pone celosa si sabe que la quiero a ella, y… o sea, estoy estudiando con Carla, estudiando. Además ni que fuera una súper modelo…
—¡Maximiliano! —Exclamé horrorizada— ¡Jamás vuelvas a decir algo así! ¿Me oíste? Que tu novia sea de un metro ochenta y hermosa no es lo más importante, es más, creo que Carla es mucho más linda que ella.
—Okay… relájate… —me miró asustado.
—Es que me carga que digas eso —me crucé de brazos— sigues siendo un adolescente que sólo se fija en las niñas más guapas.
—Ya, lo siento… —se disculpó.
—Nada de que lo sientes. No puedes andar así tratando a las chicas, ni menos a Carla que ha estado gastando parte de su tiempo en ayudarte porque eres un inútil que no entiende nada.
—Tienes razón… y de verdad lo siento.
—Ya lo sentirás cuando te des cuenta de todas las cualidades que tiene Carla que de seguro le dan mil patadas a esa novia tuya.
—¡No digas nada de mi novia! —exclamó enojado.
—¡Y tú no digas nada de mi amiga! —le reclamé.
    Max me dio una mirada de odio, se levantó de la cama y salió así sin más de la pieza. ¡Ash! ¿Por qué los hombres tienen que ser tan básicos? Y esa  novia suya que se anda poniendo celosa… de seguro ella también se acerca a sus amigos y Max no le dice nada.


Narración: Javier.
—¡Ah! Definitivamente colapsé con esto —suspiré.
—Y yo —concordó Gaby— ¿Me dejas ir al baño un segundo?
—Claro, anda.
    Ella se paró de la silla y salió de la pieza. ¡Uf! Esto de verdad se estaba volviendo tedioso, y no sólo debido al estúpido trabajo aburridísimo sino que yo suponía que tendríamos tiempo para hablar de otras cosas… digo yo. Pero no. Hemos estado las dos últimas malditas horas sólo hablando de este trabajo. Frustrado bajé a buscar algo para beber por mientras.
—¿Cómo les va con el trabajo? —preguntó mi mamá al verme.
—Ni me preguntes. Es un asco.
—Relájate y tómense su tiempo —me guiñó un ojo— así se tienen que juntar otra vez.
—¡Ay, mamá!
    Serví jugo en dos vasos y subí rápido porque de verdad no tenía tiempo para seguir escuchando esas cosas de la boca de mi madre.
—¿Tocas guitarra?
    Gabriela estaba parada en la esquina de mi pieza apuntando la guitarra que tenía apoyada en la pared.
—Eh… si —le entregué el jugo.
—Que bonito —me sonrió— Siempre he soñado que Alex me toqué una canción pero con suerte a tomado una guitarra en su vida.
—Mm.
—¿Me tocas algo? —pidió.
—¿Qué? ¡No! Que vergüenza.
—¡Anda, Javier! —Me hizo un puchero— sólo una canción.
—No —me negué— cantó horrible.
—No te creo —dijo enojada— si es sólo una canción ¡te lo pido, te lo pido!
—Eh… no —me senté en la silla— me da vergüenza cantar frente a alguien, así que sólo me tendrás que imaginar en tus sueños.
—Que eres malo —se sentó a mi lado frustrada como niña pequeña— ¿Para mi cumpleaños lo harías?
—Eh… no.
—¡Javier! —me pegó en el brazo para luego ambos terminar riendo.



Narración: Claudia.
—Como ven… Todo está bajo control —sonreí satisfecha.
—Wou —Belén no se la creía— Yo que tú le hago un monumento a la profe, porque de verdad los salvó.
—Que lindo —dijo Grace— es como que todos se unieron para que ustedes sean felices.
—De verdad que no sé como agradecerle a ella el secreto que va a guardar… Esto es demasiado irreal.
—Que tienes suerte, chicha —comentó Belén— el medio bombón que tienes y más encima te cubren el secreto… demasiada buena suerte creo yo.
—Lo dice la celosa —reí— no te quejes si recuerda que tu lema es nada de chicos.
—Bueno... puede que a veces cambie mi lema.
—¡Belén! —Grace se tapó su boca sorprendida— ¿Estas enamorada de alguien?
—¡Claro que no!
—¿Entonces porque dices eso? —pregunté tan sorprendida como Belén.
—Ustedes que son buenas para imaginarse cosas —nos acusó y luego se fue.
    ¿Me perdí de algo?
—¿Deberíamos preocuparnos por eso? —preguntó Grace.
—Buena pregunta.


Narración: Javier.
—¿Crees que debería cantarle?
—Yo creo que… ¡obvio que si! —Exclamó Emilio— no ves que muere porque su novio le toque una canción y él no piensa hacerlo.
—Pero sueña con que su novio lo haga, no yo.
—Pero sería un punto a tu favor y uno en su contra —afirmó.
—Tienes toda la razón… Pero igual es vergonzoso.
—¡Hazte hombre! —Bromeó—  es la chica que te gusta… para conquistarla tienes que hacer algo vergonzoso.
—No puedo creer que seas tú el que me este aconsejando ahora.
—Ya ves como los papeles se dieron vuelta —dijo soberbio— Ahora tu eres mi alumno y yo tu profesor.
—Jajajaja —reí con ganas— ya te gustaría.
    Intentó darme un golpe pero alcancé a alejarme de él.


Narración: Carla.
    Bien. Si en una hora más estaré saliendo de la universidad, y en media hora estaré en mi casa, luego tendré toda la tarde para organizar la forma en la que estudiaré. Creo que debería empezar leyendo ese ensayo porque es lo más difícil… o podría empezar… no, mejor el ensayo primero.
    Mi celular comenzó a sonar justo cuando llegué a mi casillero.
—Hola, Mia ¿Dónde estás?
—Lo siento amiga, tuve que irme antes porque mi hermana menor tuvo un accidente en la escuela y ya sabes, yo soy más responsable que mi mamá y…
—Ya entendí —la interrumpí— espero que este bien y ya sabes si tienes algún problema me llamas.
—Aw, gracias Carla.
    Hablé con ella por cinco minutos más y luego me dirigí al casino. Tenía que comer algo para poder sobrevivir a esta última hora de martirio. Como siempre, el lugar estaba lleno, una fila inmensa para poder comprar. Mientras me debatía entre sí llevar algo o no, lo escuché.
—¡Carla, Carla, Carla!
    Max estaba con un grupo de chicos, pero se alejo trotando y sin entender como me abrazó y levantó del suelo para darme una vuelta en el aire.
—Eh… —me había quedado sin palabras.
    Luego que me bajó me di cuenta de que todas las personas que estaban ahí nos miraban sorprendidos. Oh-oh.
—¡Nos sabes cuánto te debo!
—No entiendo de que me hablas —intenté no tomar en cuenta todas esas miradas que tenía en mi.
—¡El examen! Lo tuve en la mañana y ya tengo el resultado ¡todo bueno! Fui la mejor nota.
—¡Wouu! —Sonreí feliz— ¡Felicitaciones!
—Gracias, pero en verdad te lo debo a ti —me acarició el brazo— y como te lo había prometido tendrás una recompensa.
—No es necesario… de verdad.
—Sí lo es… así que dime ¿Qué quieres?
    Uf, podría tenerle una lista de todas las cosas que quería pero de verdad no iba a decir nada. Obvio que no diría nada. Desvié un poco la vista hacia la fila, porque de verdad quería comprar algo.
—Oh, lo siento ¿venías a comprar?
—Eh… venía —reí— pero está lleno.
—Ven.
    Otra cosa que no vi venir. Me tomó rápidamente de la mano y me llevó hasta donde empezaba la fila.
—¡Hey! —Max llamó al chico que hoy atendía— Me das… —se giró hacía mi.
—Unas galletas —respondí.
—Dame unas galletas.
    El chico se las lanzó sin rechistar.
—Gracias hermano —le respondió Max.
—Pero espera… —dije al recibir mis galletas— tengo que pagar.
—Naah, no te preocupes, luego le pago yo.
    Por favor, si esto es un sueño que me despierten en este instante porque de verdad no me creo nada de lo que está pasando.
—Y bien ¿Qué quieres como recompensa al tiempo que empleaste en mi?
—Te dije que no importa.
—¡Anda, Carla! —insistió.
    Detrás de él puede ver al grupo de amigos en el cual Max estaba antes. Todos miraban hacia nosotros y eso me tenía nerviosa. Uno de los chicos se corrió y pude ver que su novia estaba detrás… matándome con los ojos.
—Este… preferiría que dejáramos esto hasta acá. Con tu novia jamás he tenido un problema, y no quiero tenerlo ahora.
    Max rodeó los ojos.
—No la tomes en cuenta. Y respóndeme.
—Me da lo mismo.
—Está bien. Entonces nos vemos a la salida. Te invitaré a tomar un café.
    Se dio vuelta sin que me diera tiempo de reclamar. Bueno… la verdad es que no quería reclamar.


Narración: Claudia.
—¿Y Belén? —le pregunté a la salida a Grace.
—Me dijo que tuvo que irse rápido porque su padre no se que…
—Ya entiendo —reí— ¿Tú tienes panorama?
—Sí, una cita con mis lindos cuadernos ¿tú te veras con Andrés?
—No —dije triste— sólo lo vi en la mañana cuando me fue a buscar. Ahora tuvo que irse antes porque está terminando un trabajo demasiado importante para la universidad.
—Que pena. Al parecer hoy no será una tarde linda para ninguna de las dos.
—Que triste nuestra vida ¿no?
    Ambos reímos. Caminamos juntas hasta el punto en que nos separábamos. Al llegar a casa sólo estaban mis padres conversando sobre algo de política y mejor no meterme en ese tema. Subí a mi pieza para empezar enseguida con los estudios y no tener que dejarlo todo a última hora.


Narración: Belén.
—No pensé que ibas a venir.
—Y yo jamás me imaginé que te conseguirías mi número —dije a mi favor.
    Estaba en un parque al cual ya había venido un par de veces. Pero jamás lo había hecho con Alex.
—¿Te metiste en el celular de tu novia sin permiso? —pregunté curiosa.
—Sí y no. Gaby me había dicho que tú me podías ayudar, y que entonces te tendría que llamar.
—Como sea ¿Qué pasa?
—En mi escuela tengo una importante prueba en la clase de arte, tiene que ver con fotografía…
—¿Y que tengo que ver yo en esto?
—Gaby me dijo que había encontrado una caja tuya con unas fotos muy buenas y qu…
—¿Qué Gaby encontró que? —pregunté perpleja.
—No te enojes con ella. Gaby se dio cuenta que si las tenías escondidas era por algo, pero es que necesito ayuda.
    Esas fotos estaban escondidas bajo mil llaves. No había forma de encontrarlas. Nadie sabía de ellas y nadie sabía que me gustaba tomarlas, por la simple razón de que son mis fotos y de que no me gustaría que fueran juzgadas. Son mías y puntos.
—De verdad necesito tu ayuda —juntó sus manos como si fuera a rezar.
—Okay ¿Tienes una cámara?
    No tenía la menor idea de porque hacia esto.


Narración: Claudia.
—¡Hija! Llegó tu hermano.
    ¿Max está en casa? ¿De nuevo? No es que él no viniera nunca, pero dos días seguido es raro. Dejé todas las cosas encima de mi cama y bajé a ver cual era la razón de su visita.
—Hola —le di un beso— Que milagro tenerte por acá dos veces seguidas.
—Sí, lo sé —respondió serio.
—Llegas a la hora perfecta para comer —dijo mi mamá.
—Siempre viene a comer a esta casa —bromeé— de seguro no tiene nada en su departamento.
    Mi madre se rió conmigo pero él no. Ella se disculpó y fue a poner la mesa para que luego nos sentáramos.
—Ven para acá —me agarró del brazo y subió a mi pieza.
—¿Qué rayos te pasa? —Pregunté asustada— ¿Peleaste con tu novia de nuevo?
—¿Es verdad que te vieron en el colegio besándote con Andrés? —gruñó.
    ¿Qué… que? Fue como un balde de agua fría.
—¿Quién te dijo eso? —mi cara se deformó.
—¡Da lo mismo quién me lo dijo! ¿Es verdad o no? —me miró a los ojos.
    ¿Qué le decía? Sentía como mis manos temblaban y mi corazón bombeaba sangre a mil. Bumbumbumbumbum…
—Claudia. Respóndeme.
    Miré hacía el suelo por un minuto y luego sólo respondí con una palabra.
—Sí.
—¡Ahora con mayor razón puedo odiar a ese tipo! —le pegó a la pared.
—¡Max, no! —exclamé.
—¿¡Como que no!? —Max no se controlaba— ¿Acaso crees que es muy normal andar besuqueándose con un profesor?
—¡Por, Dios! Sabes que no es así —dije enojada— Sólo fue una vez.
—Y pueden ser muchas otras —escupió las palabras.
—No te metas en esto ¿Quieres?
—Claudia, entiende ¡esto no es sano! —Me tomó por los hombros— ¡no puedo ver que estés haciendo esto!
—Entonces no lo veas y no escuches nada —le pedí.
—Nuestros padres tienen que enterarse de esto —afirmó.
—¿Qué? —Abrí los ojos— ¡No, Max! Eso va a ser horrible.
—Pero por lo menos te hará abrir los ojos —me lanzó una mirada fría y se fue-
    Dios mío ¿Qué va a pasar ahora? ¿Y cómo se enteró él? ¿Quién le dijo eso? Esperé varios minutos a estar más tranquila y luego bajé. Estaban todos sentados alrededor de la mesa comiendo unas galletas que mi mamá había preparado. Me senté en silencio en una de las sillas y sentí como Max me miraba, todavía con furia.
—Que bueno que ahora estén arreglando las cosas cariño —decía mi mamá— Daniela me cae muy bien.
—Sí, se nota que es una buena chica —concordaba mi papá— ¿cierto Claudia?
—Sí, así es —asentí.
—Pero hay una noticia mejor —Max me sonrió.
—¿Qué cosa? —mi mamá se notaba bastante entusiasmada.
—Claudia tiene novio —remató Max.
    ¿¡QUEEEEEE!? El no me podía estar haciendo esto. NO.
—¡Cariño! ¿Porque no nos dijiste? —mi mamá me tomó la mano.
—Este… —sentía que en cualquier momento vomitaba.
—A ver —mi papá me miró detenidamente— ¿Y desde cuándo? ¿Quién es?
—¡Ja! —Exclamó Max— esa es la mejor parte. Cuéntales, Claudia, cuéntales quien es tu novio.
    No podía creer lo que mi hermano decía… Parecía disfrutar con esto.
—¿Quién es, amor? —Preguntó mamá— ¿Es ese amigo tuyo de ojos claros que toca la guitarra?
—No…
—¿Entonces quién?
    Los tres no dejaban de mirarme. Pero la mirada de Max era la que más me dolía. Parecía que se estaba vengando con esto pero ¿Por qué?
—Es… —comencé pero un nudo me calló.
—Es su profesor de educación física —concluyó Max— que entretenido ¿no?
—Jajajajaja —mi papá estalló en una risotada— eso sí que fue chistoso.
—Jaja —mi mamá me miró preocupada— si… que chistoso.
—Pero si es verdad —Max siguió— Claudia esta con Andrés.
    Y ahí cambió todo el ánimo. Mi papá abrió los ojos y me clavó su mirada en la mía.
—¿¡QUE!? ¡Claudia explícame que es lo que tu hermano está diciendo!
—Mi amor —mi mamá intentó calmarlo— relájate.
—¿¡Como quieres que me relaje!? —dió un golpe fuerte en la mesa que me hizo saltar.
    Esto es de lo que estaba escapando… gracias hermano.
—¡Tú hermano no puede estar hablando enserio, Claudia! —siguió mi padre.
—Papá… yo lo qui…
—¡No me digas que lo quieres por el amor de Dios!
—¡Pero es la verdad! —grité con las lágrimas ya cayendo por mi rostro.
    Me levanté de la mesa con la intención de salir de ahí.
—¡Ven para acá! Esta conversación no ha terminado.
—Sí que terminó —respondí.
    Lo miré y caminé, pero antes de salir de ahí me clavé al frente de Max y con la pena y rabia que tenía le dije:
—Gracias Max, gracias por esto.
   No me importaba si mis padres seguían peleando ahí adentro, yo sólo salí de la casa corriendo sin saber a dónde ir. Todavía no podía entender la parte en la que Max me había traicionado ¿Cómo? ¿Porque estaba enojado? ¿Cómo por esa razón pudo haberme hecho esto? ¿Cómo? No podía dejar de llorar, me sentía sola… Sabía que tenía que volver a casa porque no había salido con mi celular ni nada, pero no podía, no podía verle la cara a mi padre y ver a Max…
    Sabía cómo llegar a su casa, pero no tendría como avisarle… pero necesitaba verlo, necesitaba que me abrazara y me dijera que todo iba a estar bien. Caminando llegué a su departamento y tomé el ascensor. Ya en la puerta dudé si tocar o no… ¿Para que ocasionarle problemas a él? Pero necesitaba verlo… Golpeé dos veces la puerta y nadie acudió. No estaba. Más lágrimas cayeron sin parar. Me di vuelta para salir de ahí lo más rápido posible, pero para sorpresa mía la puerta se abrió.
—Lo siento est… ¿Claudia? ¡Cariño! —exclamó cuando me di vuelta hacía él.
—Andrés… —sollocé.
    Salté a sus brazos y lloré más de lo que ya lo había hecho. Me llevó dentro de su departamento y nos sentamos en un sillón. Apenas lograba ver con las lágrimas pero sentirlo a mi lado ya era gratificante. Acurrucada en su pecho comencé a tranquilizarme poco a poco, sentía su mano en mi cabello y de vez en cuando unos besos en mi frente.
—¿Puedes explicarme ahora que pasó?
    Me levanté y al mirarlo pude ver que estaba realmente preocupado, si hubiéramos estado en otra situación me hubiera lanzado a sus labios para besarlo.
—Max —susurré— Max y mi padre, eso pasó.
—¿Qué te dijeron? —Tomó una de mis manos y comenzó a acariciarla.
—Mi hermano llegó hoy a mi casa y me preguntó si era verdad que nos habían visto a los dos besándonos en la escuela…
—¿¡Qué!? ¿¡Pero cómo!?  
—¡Eso mismo me pregunto yo! Alguien le dijo y llegó furioso a mi casa.
—¿Y que le dijiste?
—La verdad —suspiré— luego bajó y cuando yo lo seguí estábamos toda mi familia y… —la voz se me cortó— Max dijo lo de nosotros. Le contó a  mis padres que estábamos saliendo y mi papá se descontroló y… —no pude seguir.
—Tranquila, mi amor —me volvió a abrazar— sabes que esto pasaría en algún momento y bueno, ha llegado la hora de decir la verdad.
—Pero si hubieras visto a mi padre furioso… me gritó.
—Sólo fue la primera impresión —intentó tranquilizarme— ya verás cómo cambia de opinión.
—No lo creo Andrés, él de verdad estaba mal —alcé mis vista para mirarlo— no voy a permitir que me obliguen a alejarme de ti.
—Ni yo me alejaré de ti aunque así me obliguen —me acarició el rostro y depositó un cálido beso en mis labios.

 *************************************************
¿No es un final tiernucho? *-*
Ok, antes que nada pido perdón por el atraso D:
En primera ocasión de debía a que no podía escribir porque me desgarré mi antebrazo, pero ese es cuento pasado ;) Luego fueron las pruebas ¬¬'
¡Pero ya no! :D
Al fin estoy libre :) y más que libre porque lunes y martes es feriado ^^
¡Que maravilla! :')
Espero que este capítulo haya recompensado la espera :o
De seguro hay faltas ortográficas pero quería publicarlo de una vez por todas C:
Este... no sé que más decir .-.
¿Se enojaron con Max por lo que dijo de Carla? o.O
Yo casi le pego ¬¬' hombre tenía que ser.
Por si se preguntaron o encontraron raro: Supuestamente Max se juntaría con Carla luego de la universidad, pero él se entera de lo que pasó con Claudia y Andrés y cancela la junta que tenían ;) No lo escribí porque iban a ser dos líneas sin sentido.

¡Sus blogs!
Divinas, se que las tengo abandonas :C pero ahora que tengo tiempo intentaré pasarme de verdad por ellos *-*
No prometo leermelos todos ahora ya, porque son muchos .-. pero haré lo que pueda ;)

Creo que esto es por hoy.
Para el otro fin de semana si estará el capítulo a tiempo ;)
Un abrazoooooooooooooooooooooooou

domingo, 15 de abril de 2012

Capitulo 40: ¿Próxima vez?

¿Próxima vez?

Narración: Claudia.
—Uh —dije al bajar el último escalón el domingo por la mañana— nunca más iré a patinar.
—Pero que cara tienes niña —me dijo mi padre.
—¡Sh! No digas nada —caminé como robot hacía la cocina— Mamá ¿me puedes dar algo para el dolor? Me duele todo mi hermoso cuerpo —me quejé.
—Te dije que despertarías toda adolorida —me regañó— anda al baño y busca en el botiquín alguna pastilla.
—¿¡Tengo que subir nuevamente!? —pregunté horrorizada.
—Eh… sí, arriba esta el baño.
—No iré, prefiero soportar el dolor a que subir esa maldita escalera que me costó un siglo bajar.
—Como tú quieras…


Narración: Belén.
—¡Anda! ¡Levántate de esa cama! —Insistió Gaby— ya son las tres de la tarde y sólo te has levantado para bañarte.
—¿Para que más lo iba a hacer?  ¡Apenas puedo moverme! Me duele todo el cuerpo —intenté acostarme hacía el lado derecho pero fue inútil— ¡Ves! No puedo mover ni un músculo.
—Que exagerada eres —se sentó en mi cama— Si te quedas más tiempo quieta te dolerá más. Estira un poco tus brazos y piernas… ¿Qué te parece si salimos a dar una vuelta?
—No, Gaby, no puedo moverme.
—¡Será entretenido! —empezó al saltar en la cama.
—¡Detente!
—Vamos, vamos, vamos… —habló como niñita— Vendrá Alex a verme así que salimos los tres juntos a dar una vuelta.
—¿Alex? —me levanté un poco.
—Sí, va a venir en media hora… Acompáñanos, será entretenido.
—Si como no —ironicé.
    Genial. Toda la tarde viendo como esta parejita se besuqueaba. Puaj.


Narración: Grace.
—Supongo que hiciste los deberes de la escuela —mamá me miró desde la puerta de mi pieza.
—Eeh… me faltan algunos.
—Los quiero terminados en una hora ¿okay?
—Sí, mamá.
    Esperé a que se fuera para poder cerrar la puerta. Tengo que terminar con todo esto antes de que vuelva a preguntar ¡pero son las clases que más me cuestan! Tomé aire por la nariz y lo voté suavemente por la boca. Okay, tengo que concentrarme.
—¿Dónde dejé el libro?
    Iba a ver si estaba debajo de mi cama cuando escuché algo en mi ventana. Me acerqué, corrí la cortina y…
—¡Emilio! —Chillé y abrí la ventana— ¿Qué haces aquí?
—Tenía ganas de verte —me sonrió.
—Pero mi mam…
    Tocaron la puerta de mi  pieza.
—¿Grace? ¿Pasa algo ahí adentro?
—Eh… no mamá, era sólo un gato que quiso entrar a mi pieza.
—Ah… muy bien.
    Emilio y yo nos quedamos en silencio hasta que los pasos de mi madre no se escucharon más.
—Tienes que irte —me giré hacía él— alguien se entera que estas acá y me matan.
—Déjame quedarme unos minutos —me rogó— prometo no hacer ruido.
—Pero… tengo que hacer la tarea… ¡y contigo aquí no voy a poder!
—Yo te ayudo, cariño —me guiñó un ojo.
—Eres imposible —reí.


Narración: Javier.
—¿Sigues adolorido?
—Casi no siento mi cuerpo, mamá —hice un puchero— pero ya no puedo hacer nada.
    Entró a la piza y se sentó a los pies de mi cama. Comenzó a acariciarme la pierna hasta que por fin dijo algo.
—¿Estás bien?
—Aparte de sentirme como un zorrillo atropellado, estoy bien.
—No me refiero a eso cariño… hace un par de días que te veo algo triste… te encierras en tu pieza a tocar tu guitarra y te escucho cantar desde abajo. Antes no lo hacías tan seguido… —me miró a los ojos— ¿hay alguna razón que te tenga así?
    Suspiré. ¿Había forma de que escapara de este tipo de conversación?
—Te diría que no, pero igualmente vas a insistir hasta saber lo que pasa —reí sin ganas— y tampoco se para que preguntas ¿no se supone que las madres lo saben todo?
—Sí, lo sabemos todo, pero es para poder conversar contigo de lo que pasa.
—La verdad es que no quiero hacerlo mamá. Ya me basta a mí con pensar todo el día en lo mismo, no quiero tener que hablarlo de nuevo.
—Okay —dijo inconforme— pero ten en cuenta que soy todo oído.
—Lo tendré en cuenta mamá —sonreí.


Narración: Carla.
—No sé que pensar, Mia —me tapé la cara con las manos— se que no tengo que ilusionarme ¡lo sé! Pero es imposible.
—Max es raro. Si tiene novia… ¿Por qué te preguntó si tú tenías novio? Eso no tiene sentido para nada —tomo aire y prosiguió rápido— porque uno entiende que cuando hace esa pregunta es porque estas interesado en esa persona y… o sea, no digo que no esté interesado en ti pero…
—¿Puedes hablar un poco más despacio? No entiendo nada de lo que dices.
—El punto es que Max no tendría porque preguntarte eso según mi opinión… pero tampoco lo conozco tanto como para poder decir eso.
—Es decir… quedamos iguales que al comienzo—negué lentamente.
—Pero piensa positivo —me guiñó un ojo— de seguro le va a ir bien en el examen y como él te dijo, te lo pagará de alguna forma y yo creo que será como una salida o algo así —alzó las cejas.
—O algo muy simple como un chocolate. Creo que nos estamos apresurando en sacar deducciones.
—¡Pero es que es entretenido! Mientras que esperamos que sea martes cuando él de la prueba necesitamos divertirnos en barajar distintas opciones.
—A veces me das miedo…
—Sí… yo igual a veces me tengo miedo —afirmó.
    Nos miramos y comenzamos a reír como estúpidas.


Narración: Claudia.
    Ah. Bien, los cuadernos en la mochila y todo listo, es momento de acostarme ¡por fin! Apagué la luz, me lancé a la cama y me acomodé en la misma posición que siempre dormía. Cuando ya sentía que lo que pensaba no tenía sentido sentí vibrar mi celular debajo de mi almohada.
—¿Quién rayos me despi…? —La luz del celular me cegó por unos segundos— ¡Andrés! —chillé.
    No podía creer lo rápido que se había pasado este fin de semana y que no hubiera hablado con él… ¡Oh! Ahora me sentía mal. Ni un mensaje ¡nada! Bueno… mañana será momento para hablar todo lo que queramos. Abrí el mensaje.
No tienes la menor idea de cuánto te he extrañado estos dos días… Mañana pasaré por ti. Ya sabes dónde estaré. Te quiero.
    Reí. Volví a cerrar los ojos y dejé que mi mente vagara en las expectativas que tendría para el día siguiente.


—Listo ma’. Ya  me voy a la escuela.
—¿Tan temprano? —Me miró extrañada— estás saliendo media hora antes.
—¿De vedad? —Me hice la desentendida— Bueno, así no me voy apurada —sonreí— nos vemos.
    Prácticamente corrí hacía la puerta para que no encontrara alguna excusa para retenerme más tiempo.
    Cuando había despertado, le había mandado un mensaje a Andrés diciéndole que llegara más temprano al lugar donde nos reuníamos. Esa era la razón de porque salía tan temprano, y en este segundo me moría de nervios volver a verlo. Sin darme cuenta caminé más rápido de lo habitual, pero al doblar la esquina me calmé al verlo apoyado en su moto. Estaba de espaldas, era el momento perfecto para asustarlo, pero terminé lanzando un gran beso sonoro.
—Hola —saludé feliz.
    Rápidamente se giró, y se acercó en medio segundo a mí para estampar sus labios en los míos. Reí por un segundo y luego sólo me dejé llevar.
—Mmm —me separé de él y lo abracé al momento en el que él pasaba sus brazos por mis hombros para abrazarme— veo que si me extrañaste.
—Mucho —me susurró al oído y un escalofrío recorrió mi espalda.
    Nos quedamos un par de minutos así hasta que a regañadientes me separé de él.
—Y bien —comenzó él— ¿Por qué me pediste que estuviera aquí tan temprano?
—Porque quería pasar tiempo contigo —me senté en la cuneta y palmeé a mi lado para que se sentara— cuando me vienes a buscar no alcanzamos a estar mucho tiempo juntos.
—Así que quieres pasar más tiempo conmigo ¿eh? —dijo en tono jocoso.
—Tonto —le pegué en el brazo— y bien ¿Qué hiciste el fin de semana?
—Pues… nada. O más bien sólo me la pase encerrado en mi casa terminando uno de mis últimos trabajos para la universidad.
—Que triste tu vida. Una que sale a patinar en hielo y al otro día despierta toda adolorida —hice una mueca.
—¿Patinar? ¿Con quién fuiste?
—Con los chicos, ya sabes —me encogí de hombros— hubieras ido con nosotros, porque mis caídos fueron inolvidables —reí al recordarlo.
—Eso significa que tendremos obligadamente que ir a patinar juntos para ver esa escena —se acercó a mí.
—Ajá, obligadamente —le di un besito.


Narración: Belén.
—¡Hola, Bel! —Me saludó Grace— ¿Cómo estás?
—Recuperándome del sábado ¿amaneciste adolorida ayer?
—Uf, sí. Fue lo peor de todo —se quejó— ¿Y que hiciste ayer?
—Toqué el violín.
—¿Ah? Tú no sabes tocar el violín.
—Ah, Grace —rodeé los ojos— Salí con Gaby y Alex y como vez no pude hacer mucho entre esos dos, por eso dije que “toqué el violín” —hice las comillas con mis dedos.
—Ah… estuviste estorbando entonces —comenzó a reír— que entretenido.
—Ya cállate —le iba a pegar pero alcanzo a esquivarme.
    No había sido nada divertido. ¿Cómo se supone que te diviertes entre una pareja de novios? No se puede. Para la próxima de ninguna forma los acompaño.


Narración: Claudia.
    ¡Dios! Mover mis piernas ya no funcionaba ¡necesito ir al baño! Me senté de otro forma para ver si lograba aguantar unos minutos más, pero no podía.
—¿Por qué no vas al baño? —me preguntó Javier desde el puesto de atrás.
—¿Crees que no le pedí permiso? ¡Claro que lo hice! —Dije histérica— así que si pasa algo desagradable en este momento será culpa de esta señora.
—Señorita —me llamó la profesora— veo que esta algo incómoda.
—Sólo un poco —sonreí— mi vejiga está a punto de estallar ¿Por qué no me deja ir al baño?
—Porque para eso está el recreo.
—¡Por favor! —Rogué— me estoy muriendo aquí mismo.
—Okay, okay. No se vaya a demorar.
    Me paré con cuidado de la silla y caminé con dignidad dentro de la sala, pero al momento de salir corrí desesperada al baño. Doblé a la derecha pero me encontré con la puerta cerrada ¡Mierda! ¿Qué hago? Mientras pensaba me puse a dar saltitos hasta que se me ocurrió correr hacía el gimnasio. Era el otro baño que me quedaba más cerca y de ninguna manera me iba a devolver sin haber ido. Al llegar pude ver de perfil a Andrés haciendo alguna clase, pero no era momento de detenerme ahí ¡quería el baño! Corrí y gracias a Dios, porque de verdad podría no haber llegado, alcancé a entrar. Me di mi tiempo para lavarme las manos sólo molestar a la profesora para cuando volviera. Aproveché de arreglarme un poco el pelo y salí mucho más tranquila. Un minuto más no le haría mal a nadie así que eché otro vistazo a la clase de Andrés, pero justo el venía caminando hacia el pasillo. ¡Oh! Corrí de vuelta al bañó y salí caminando nuevamente como si nada hubiera pasado.
—Señorita Claudia —me saludó como si fuera un profesor más— ¿no debería estar en clases?
—Así es profesor, pero tuve que venir al baño.
—Ah, muy bien, entonces de vuélvase inmediatamente a su sala.
—Para allá voy.
    No alcancé a dar ni dos pasos después de él y sentí su mano en la mía.
—Supongo que por un minuto más no recibirás un castigo —se acercó a mí.
—¿Eso importa? —susurré.
    Tomó mi rostro en sus manos y me besó lentamente.
    Esto era muy peligroso, pero ¿importaba eso en este momento? Es más, eso le daba una cuota de suspenso a estos encuentros prohibidos. ¿Encuentros prohibidos? Eso sí que sonaba… De a poco sentí como una de sus manos se posaba en la parte baja de mi espalda y…
—Andrés, necesito qu…
    Oh, oh. En una milésima de segundo reaccioné que esta vez no podía ser una de mis amigas, que era una persona que no podía saber esto. Nos separamos rápido y quedé paralizada al ver a mi profesora de educación física observándonos: primero posó sus ojos en mí y luego en Andrés.
—Eeh… me tengo que ir —fue lo único que salió de mi boca.
    No miré a ninguno de los dos por el miedo que ya sentía. Salí lo más rápido que pude de ahí y me senté en una de las bancas que encontré en el camino. Esto estaba mal. Esto sí que sería un problema, un gran problema. Me agarré la cabeza entre las manos. ¿Qué haríamos ahora? Ella se lo contaría al director, el director hablaría con Andrés, luego me llamaría a mí con mis padres y luego… estamos perdidos.


Narración: Belén.
—¿Qué pasó mujer? —Me senté a su lado— Tienes una cara de funeral.
—Lo peor, Belén, lo peor —respondió Claudia.
—No entiendo nada —dijo Grace.
—Cuando fui al bañó me encontré con Andrés y…
—Y ya se lo que hicieron ustedes —reí— pero no puedes estar así por eso… deberías estar feliz ¿no? —bromeé.
—La profe de educación física nos vio —su cara estaba horrorizada— ella nos interrumpió ¡lo vio todo!
Oh shit!  —Exclamé— ¿Y que te dijo?
—Nada. Sólo nos miró a ambos y luego yo sólo fui capaz de irme de ahí ¿que más iba a hacer? ¿Pedirle que no nos delatara? Eso es lo que va a pasar ahora ¡nos va a delatar! Y echarán a André y…
—¡Cálmate!  —La tomé por los hombros— Estas a punto de entrar en la histeria así que respira profundo.
—Pero Clau —comenzó Grace con su discurso en el que calmaba todo. Yo era la que la controlaba y ella la tranquilizaba— a lo mejor no lo hace, o si hablas con ella puede que no haga nada.
—No, Grace —negó fieramente— porque si luego alguien más se llega a enterar, ella quedaría como cómplice y también saldría perjudicada. No creo que se arriesgue por nosotros.
    Esto esta jodidamente mal. O sea, está bien que se vean entre clases pero por lo menos un poco más de cuidado ¿no? Aquí hasta las paredes tienen ojos.
—No sé que voy a hacer —Claudia estaba ya a segundos de llorar— mis padres se enteraran de esto y ahí sí que voy a estar muerta.
 —Piensa positivo Clau, no pienses que las cosas saldrán mal porque o sino así saldrán —dijo Grace.
—Lo único que podemos hacer es esperar —concluí.


Narración: Carla.
—Entonces cuando dos de sus términos son positivos y cuadrados perfectos y el tercer término es el doble del producto…
    ¿Tienes novio?...  ¿Por qué un hombre hace esa pregunta? La más común es por interés, pero también puede ser sólo por cortesía, o sea también es una pregunta que se hace comúnmente. Además él tiene novia así que no tendría porque preguntarme eso, por lo que sólo me queda pensar que lo hizo…
—Y bien, Carla ¿Cuál es la respuesta?
—¿Ah?
—¿Cuál es la respuesta de este ejercicio? El que he explicado estos quince minutos.
—Eh… lo siento profesor, estaba desconcentrada.
—Lo que me faltaba —el profesor suspiró— bien, prosigo…
    No puedo seguir así. No puedo dejar que esto me domine. Antes lo llevaba muy bien controlado, pero ahora parece que se me escapa de las manos. Tomé mis cosas y salí justo cuando el timbre sonó. Caminé hasta mi casillero, pero al abrir la puerta se me cayeron todos los libros. Genial.
—¿Te ayudo?
    ¿Es una broma? Y una de muy mal gusto a mi parecer.
—¿Estás bien?
    Sentí su mano en mi hombro. Subí la vista para encontrarme con una sincera mirada de preocupación.
—Sí, es sólo que ando un poco distraída.
    Con la ayuda de Max recogí rápidamente mis cosas para que la gente que ya venía saliendo no las pisara.
—Distraída ¿eh? Eso no está bien —comentó.
—No, pero… —me encogí de hombros— no puedo hacer nada. ¿Tú como estas?
—Bien… o por lo menos hasta ahora porque mañana estaré asustado con la prueba.
—Tienes que estar tranquilo, has estudiado y eso vale mucho.
—Tú me ayudaste mucho y eso si que vale harto así que recuerda que si me va bien te lo recompensaré.
—Jajajaja, como quieras —me encogí de hombros.
   Detrás de él venía caminando su novia directamente hacía nosotros. Volví a meter la cabeza en el casillero simulando buscar algo.
—Hola, cariño —lo saludó— ¿Me acompañas a comprar algo?
—Sí, vamos, tengo hambre —Max me tocó el hombro como despedida y me susurró un nos vemos.
    Por esos segundos estuve en las nubes. Ya no había novia que existiera, sólo él bromeando con lo distraída que era y yo riendo nerviosa. Pero luego dentro de todo el ruido del pasillo, me llegó la frase de él, que de seguro le decía a su novia:
—No te pongas así, si sabes que es sólo una amiga.
“Y porque más que busco darte amor nunca te fijas en mi, si supieras que puedo morir por ti… por ti”


Narración: Claudia.
—Bien. Me voy, él me está esperando afuera, deséenme suerte.
—Saldrá todo bien, Clau —me dijo Grace.
—Y si no, ya sabes: te escapas con él a otro rincón del mundo para que puedan seguir con su amor tan… ¡Auch! Sólo bromeaba Claudia —se quejó Belén.
—No es momento para bromas —suspiré— Mañana les cuento todo.
    Afirmé fuerte mi mochila a la espalda y caminé entre todos los chicos que estaban en el pasillo. Tenía que salir de esta duda y miedo tan grande que tenía. Mucho miedo… Salí rápido de la escuela, y en la esquina de la cuadra siguiente estaba Andrés, de pie, con los ojos clavados en mí. Hubiera sido más fácil si su expresión ya me hubiera advertido lo que pasaba pero no, su cara no me decía nada.
—Hola —susurré. Él no me respondió, sólo siguió con los ojos clavados en mi— Andrés, lo siento tanto… —unas lágrimas se escaparon sin poder evitarlo— te juro que si por mi culpa te llegan a despe…
—Sh, sh cariño —me puso cada mano a cada lado de mi rostro y comenzó a darme varios besos cortos en los labios— no pasa nada, todo está bien.
—¿Qué estás diciendo? —Me aclaré la garganta— ¿Cómo que está todo bien? ¡No! La profe nos vio y…
—No dirá nada —sonrió— Hablé con ella y bueno... el punto es que no dirá nada.
—¿Estás hablando en serio? —pregunté incrédula.
—Sí. Fue un poco extraño lo que pasó pero te lo voy a explicar…

Flash Back.
Narración: Andrés.
    Si no lo hago ahora, puede que luego sea demasiado tarde. Uf, okay. Entré a la pequeña bodega del gimnasio y ahí estaba Fernanda.
—Fernanda —me acerqué— Necesito hablar contigo.
    Me miró detenidamente y se sentó en una de las sillas.
—Se que lo que viste hace un momento no estuvo bien, y que lo que tendrías hacer es ir y decirle al Director pero por favor no vayas…
—Tranquilo Andrés, no diré nada.
—… a decirle nada porque… ¿Ah? —la miré confundido.
—Me quedaré callada y no diré lo que vi entre tú y Claudia.
—¿De verdad? —Asintió— ¡Dios mío, gracias! Muchísimas gracias.
—No hay de que Andrés —se levantó de la silla e iba directo a la salida.
—Espera, espera… pero ¿Por qué no dirás nada? Esto podría perjudicarte.
—Sí, es verdad podrían despedirme a mi también si se enteran de esto pero… Tú quieres a esa chica Andrés, y se nota que ella te quiere. ¿Hace cuando están juntos? ¿Desde que se conocieron? —Ahora parecía estar hablando sola— No, sería raro ¿cierto? Entonces después de ese beso que se dieron en la presentación ¡Que beso! Siempre supe que terminarían juntos…
 —¿Ah? —no daba crédito de lo que escuchaba.
—Andrés —se acercó y puso su mano en mi hombro— se nota que ustedes se quieren. Desde que los vi bailando supe que algo pasaba, por eso no diré nada… aunque me tienes que prometer que tendrás más cuidado cuando se encuentren dentro del colegio ¿okay? —comenzó a reír.
—Descuida, eso ya lo tengo claro —reí con ella— Muchísimas gracias de nuevo.
—Descuida, Andrés —me sonrió y me dejó sólo ahí, parado sin creer lo que había pasado.
Fin Flash Back.

Narración: Claudia.
—No puedo creerlo.
—Imagínate yo —él comenzó a reír— escucharle decir todo eso me pareció irreal.
—Que alivio —suspiré tranquila— no sabes lo mal que me estuve sintiendo toda la mañana.
—¿Por qué mal? —arrugó la frente.
—¡Por que sí Andrés! —Exclamé— te podrían haber despedido si se hubieran enterado y de seguro luego tú te hubieras enojado conmigo.
—Jamás me hubiera enojado contigo —me contradijo— si al final la culpa también fue mía y... —sonrió— también tuya por haber aparecido tan irresistible en ese lugar tan apartado ¿Qué iba a hacer yo, eh?
—Tonto —reí—Pero bien… nos salvamos,. Tendremos que tener cuidado par… —mis mejillas ya se habían puesto rojas. Uh.
    Andrés alzó una ceja y me dio esa sonrisa torcida que lo hacía ver tan sexy. Me tomó por la cintura y me acercó a él.
—¿Para la próxima vez? —me preguntó a centímetros de mí.
—¿Ah? —Pestañeé— ¿Próxima vez? ¡No! Yo no iba a decir eso.
—Que lástima… porque a mí me hubiera encantando una próxima vez.
    Esa frase hizo que mi corazón comenzara a agitarse rápidamente y que mis mejillas cada vez estuvieran más rojas. Y sentir su respiración tan cerca de mi boca tampoco ayudaba mucho.
—¿Próxima vez? Puuf, eso fue lo que dije —me contradije.
    Andrés soltó una carcajada que lo hizo mover la cabeza hacia atrás para luego volver a acercarse.
—Eres la mejor —me besó.


************************************************
Que sexy es Andrés :$ raaaw!
¡Hola hola guaapitas!
He vuelto esta semana, un poquitín atrasada >< porque no me había gustado el final que le había dejado antes ¬¬' así que preferí darme un poco el tiempo para que fuera
más lindo *-*
"Eres la mejor" alkjsdlaksjdksal *O*
No sé si les habrá gustado el comienzo porque de verdad sólo escribí a adolescentes quejándose de que les dolía el cuerpo .-. jajaja xD pero es que eso pasa! .-.
¿Se asustaron cuando apareció la profesora? D: Yo sí! Imagínense en esa situación o.O'
yo salgo corriendo :)

Quiero darle las gracias por los comentarios ^-^
Fueron 22 *O* moría cada vez que iban apareciendo más :')
Espero que comenten este vez, plis!
Esta mejor que el cap pasado ;) jajaa!


Este capitula va nuevamente dirigido :')
Va para ti happygirlok :3
Muuuuchas gracias por leerte toda la nove .-.
Me sorprende que te hayas leído la gran cantidad de capitulos que son o.O'
¡GRACIAS GRACIAS!

Eemmms... y ya no sé que decir ¬¬'
Aah, bueno /: no me he pasado mucho por sus blogs porque no sé D:
No he estado muy entusiasmada y no sé /:
Lo siento!!!

Les mandó un gran abrazo y espero que tengan una hermosa semana <3

Datos personales

Mi foto
Adolescente con muchos sueños en camino a cumplirlos. Soñadora empedernida que intenta vivir la realidad...