viernes, 28 de octubre de 2011

Capitulo 26: Procura

Procura.
    Luego de que Andrés se fuera, entré a la casa y me fui directo a mi pieza a dormir aunque había dormido casi doce horas, esta era la única forma de que el tiempo se pasara lo bastante rápido.

Narración: Grace.
—Adiós mamá —le dije mientras me bajaba del auto.
—Que te vaya bien, hija.
    Al entrar al colegio me encontré con Emilio y Gabriela conversando.
—Hola —saludé.
—Hola Grace —Gaby me saludó con la mano.
—Hola linda —me dijo Emilio sonriendo y yo sonreír más.
—Eh… ¿Y de que hablaban? —pregunté para sacar algún tema de conversación.
—Lo que pasa es que Emilio me estaba contando que a él le gust… —dijo Gabriela.
—Nada, nada, nada —Emilio la cayó rápido— ¿Sabes que? Belén te andaba buscando hace un rato así que yo creo que mejor la vas a buscar.
—Okay… —dije no muy convencida.
    Me alejé de ellos para a buscar a Belén. ¿Qué era lo que estaban hablando Emilio y Gabriela? Porque algo me quería decir ella pero Emilio la cayó antes de que terminara… Mmm. Entré a la primera clase que nos tocaba y ahí estaba Belén con el celular en la mano.
—Hola Belén —me senté a su lado— ¿Pasa algo?
—Hola. La verdad es que sí, Claudia no ha llegado y no me contesta el celular ¿No te dijo nada?
—No… es raro que no haya llegado —dije asustada— A ver la voy a llamar yo.
    Saqué mi celular y la busqué en mis contactos pero al primer llamado nada, ni al segundo ni al tercero, esto es demasiado raro.
—No me contesta —le dije a Belén— Lo más raro de todo es que hoy es viernes y a ella le encanta venir los viernes… algo muy grave debe haber pasado.
—Mejor no nos asustemos más y esperemos a que llegué tarde o que nos llame.
    La clase comenzó dentro de unos minutos pero eso no me detuvo para  que de vez en cuando llamara de nuevo a Claudia pero todavía no había respuesta. La hora terminó sin ninguna novedad y al salir a recreo les preguntamos a todos si sabían algo pero no tenían ni siquiera una pista.
—¡Ya sé! —me dijo Belén.
—¿Qué se te ocurrió ahora? —pregunté asustada.
—Se me ocurre alguien que a lo mejor puede saber algo  —sonrió.
—Y… ¿Cómo quién?
—Andrés… —alzó las cejas.
—¿Cómo llegaste a pensar que él puede saber la razón por la que Claudia faltó?
—Porque… bueno, porque últimamente están juntos y a lo mejor habló con ella y… ¡que se yo! Pero vamos a ver si sabe algo —terminó de hablar y me  agarró del brazo para luego salir corriendo en busca de Andrés.
—¿Dónde crees que puede estar? —me preguntó.
—Mm… yo creo que debe estar en la oficina que tienen en el gimnasio los profesores de educación física… ¿o no?
—¡Buena idea, vamos! —me volvió a tomar del brazo para seguir corriendo.
   Entramos lo más silenciosas que pudimos al gimnasio y caminamos hasta la oficina en dónde tendría que estar Andrés, y así era.
—¡Andrés! —Lo llamó Belén inmediatamente— que diga... profesor —corrigió.
—No te preocupes —sonrío y caminó hasta nosotros— ¿Pasó algo chicas?
—Bueno… es que estamos un poco preocupadas por Claudia porque no ha llegado —comencé a decirle— y bueno… se nos había ocurrido… más bien a Belén…
—Queremos saber si tú sabes algo de ella —dijo sin rodeos Belén.
—¿Ustedes no saben nada? —preguntó sorprendido.
—No ¿Por qué? —dije ahora si más asustada.
—Es que ayer su padre tuvo un accidente…
    La cosa si era grave…

Narración: Claudia.
    Volví a despertar a las once de la mañana y en mi celular no tenía ninguna llamada de mi mamá pero si tenía veinte llamadas perdidas entre Grace y Belén. No era el mejor momento de llamarlas porque de seguro estaban en clases.
    Me fui a dar una ducha, de esas bien largas para pasar el tiempo, y luego bajé a comer algo ya que llevaba demasiado tiempo sin comer… desde el almuerzo con Andrés… Suspiré. ¿Cómo pudo hacer todo eso por mí?
    —¿Por que no dejas de preguntar boludeces por un momento? —me preguntó la ya desaparecida Conciencia.
    —¿Qué dices?
    —Tal como lo escuchaste… no sigas preguntándote cosas que ya sabes.
    —Yo no las sé —me defendí.
    —Claro… y yo soy real —ironizó— claro que las sabes, sólo que no quieres por alguna rara, inexplicable y estúpida razón admitirlo.
    —Mm…
    —¿“Mm...”? ¿Eso es lo único que vas a decir? Abre los ojos Claudia, ábrelos rápido porque el tiempo puede pasar demasiado rápido…
    —¿A que te refieres con eso?
    Pero ya no tenía a esa voz para que me respondiera. Claro, ella se aparece cuando le da la regalada gana y yo me quedó aquí peor de lo que estaba antes.
    Me tomé un vaso de leche y comí un pedazo de pan pero la verdad es que no tenía hambre así que volví a mi pieza y nuevamente vi mi celular: las 12:30 y no tenía ningún mensaje ni nada de mi mamá. ¿Cómo no me ha llamado? ¡Ash! Para intentar despejarme un poco comencé a ordenar mi pieza y para eso venía excelente la música. Encendí la radio, conecte mi mp4 y le subí el volumen hasta que mi voz no se escuchara y pudiera cantar fuerte. Sonaron unas diez  canciones para que luego llegara una lenta y desde el piso de abajo se pudiera escuchar la puerta. Apagué la música rápidamente y bajé como bala para ver quién era.
—¡Chicas! —Grité cuando al abrir la puerta puede ver a Grace y Belén— ¿Qué hacen aquí?
—Eso lo hablamos después, primero que todo deberías saludar a alguien más que vino con nosotros —Belén se giró y recién puede ver a Andrés en su moto mientras miraba hacía a otro lado.
—¿Qué hace aquí? —dije ahora más bajo.
—Es que él estaba preocupado por ti y nos contó lo que había pasado entonces le dijimos que íbamos a venir a verte y el nos preguntó si podía venir —contó Grace con una sonrisa.
—Así que lo mínimo que puedes hacer es ir a saludarlo —dijo Belén y me tomó del brazo para que saliera de la casa.
    Me fui acercando de apoco porque los nervios ya estaban despiertos. Me di vuelta un poco antes de llegar a él para ver si las chicas ya estaban ahí pero no, de seguro habían entrado a la casa.
—Hola —lo saludé cuando ya estuve a su altura.
—¡Hey! —Me regaló esa sonrisa hermosa— ¿Cómo has estado?
—Mm… bien. La verdad es que no he sabido nada de mi papá así que o está bien y no hay ninguna novedad o esa mal y no me quieren avisar —hice una mueca.
—Tranquila —puso su mano en mi hombro— tú papá ya está bien, las cosas no van a empeorar tanto.
—Eso espero —suspiré.
—Este… creo que ya me iré.
—Pero ¿No te quieres quedar a tomar algo… o no sé… a almorzar? —sonreí recordando ese día.
—Jajajaja, no puedo. Sólo vine para ver si estabas mejor y veo que sí y de seguro tus amigas querrán hablar contigo —me recordó.
—Sí, tienes razón. Entonces nos vemos otro día —me acerqué para besarlo en la mejilla.
—Nos vemos Claudia y ya sabes que para cualquier cosa me llamas —encendió la moto.
    Sólo asentí y di media vuelta para volver a la casa.
—Ah… —suspiré.
—El amor es una magia… una simple fantasía… es como un sueño —cantaban Grace y Belén.
—Que al fin lo encontré… —completé la frase.
—¡Woooou! —Gritó Belén— ¡lo acabas de admitir! ¡Te gusta, te gusta, te gusta! —chillaba mientras recorría el primer piso haciendo una clase de baile que no conocía.
—¿Ahora sí que lo tienes claro? —preguntó Grace.
—Ahora sí que está más que claro… —afirmé.
—Que lindo —dijo obviamente Grace— ya, ya pero nosotros no estamos aquí por eso, supimos lo de tú papi. Lo sentimos tanto amiga —me abrazó— de haber sabido antes hubiéramos estado ahí contigo.
—Es verdad —Belén también se unió al abrazo— fuimos unas malas amigas por no apoyarte.
—¿De que hablan? —Me alejé— ustedes no tenían porque saber esto  y como todo pasó muy rápido no tuve tiempo para llamarlas.
—Pero al parecer si tuviste tiempo para llamar a alguien —dijo Belén y yo entendí inmediatamente que se refería a Andrés.
—Claro, como él es en la primera persona que pensé para llamarlo —dije mientras caminaba al sofá para sentarme— Andrés ya estaba aquí cuando me enteré de esto.
—¿Qué él estaba dónde? —preguntó Grace perpleja.
—¿Les tengo que contar toda la historia? —dije ya rendida ante las preguntas que vendrían luego.
—Ajá, y con lujo de detalle —dijo Belén mientras las dos se sentaban a mi lado.
    La siguiente media hora les conté todo lo que había pasado ese día, con lujo de detalles como ellas querían. Belén era la que más exclamaba o gritaba, sobre todo cuando le conté lo de Andrés sin polera:
—Luego de que choqué con él, me di cuenta de que estaba sin polera.
—¿¡SIN POLERA!? —exclamó Belén mientras me agarraba de los hombros.
—Eso dije —afirmé— ahí podrás imaginarte lo nerviosa que me puse —me sonrojé nuevamente al recordad ese día.
—Acabas de cumplir uno de mis sueños —dijo Belén mientras yo y Grace la mirábamos extrañada— ¿Qué? No me miren así, o sea ese profesor está guapísimo y tu tuviste el privilegio de verlo así en primera fila, créeme que si dices eso en el instituto todas te harán la vida imposible…
    Y de seguro que lo que decía Belén era cierto, absolutamente todas —o bueno, la mayoría— de las alumnas estaban locas por Andrés, sí hasta él me contó en algún momento que de vez en cuando lo acosaban y esas cosas  Jajajaja, no podía hacer otra cosa que reírme.
    Luego les conté lo demás: lo del hospital, la conversación con Max y todas esas cosas. Ambas se quedaron calladas por un momento hasta que Grace rompió con el silencio.
—Te juro que si Andrés no fuera tan grande y yo no estuviera enamorada de Emilio, yo estaría loca por él —dijo riendo.
—Jajajajajaja —reí con ella— es que es tan dulce —dije con voz melosa.
—¿Te acuerdas si tenía los abdominales marcados? —dijo Belén. Al parecer está chica no dejaba de imaginarse a Andrés sin polera y eso de alguna forma ya me estaba molestando.
—¡Ay Belén! No lo sé,  no reaccioné a mirarlo bien… ¿Es que acaso no puedes pensar en otra cosa? —dije algo molesta.
—Jajajajajaja, claro que sí. Sólo quería ver si te ponías celosa —soltó una carcajada— y la verdad es que estás bastante celosa.
    ¿Yo? ¿Celosa? ¿No será muy pronto para eso? ¿Además celosa de Belén? pero es que ella lo único que se imagina es a Andrés sin ropa, además era yo la que estaba con él yo fui la que lo pudo ver… ¡rayos! Creo que sí estoy celosa.
    No quise decir nada para que luego no fuera utilizado en mi contra, me paré porque justo habían comenzado a tocar la puerta.
—Mamá…. ¡Papá!  —grité cundo abrí la puerta y salté en sus brazos.
—Hey… —dijo tiernamente— ¿parece que estabas preocupada?
—¡Claro que sí! ¿Cómo estás? —pregunté mientras entrabamos.
—Mucho mejor —me pasó el brazo por encima de los hombros— no tengo nada grave así que aquí estoy de nuevo en casa —me besó la frente.
     Luego de que mis padres llegaran, las chicas se fueron porque querían que yo estuviera con mi papá y aprovechara todo este tiempo con él. Y así se fue mi día, entre ayudando a mi papá a hacer cosas porque todavía tenía uno de sus brazos vendados, viendo películas los tres juntos… una tarde perfecta. Cuando ya llegó la noche me fui a mi pieza ya que mis padres se iban a dormir, me acosté en la cama y comencé a vagar en cosas sin importancia hasta que sonó mi celular. ¿Quién llamaba?… Andrés.
—¿Aló? —contesté luego del dilema que tuve que realizar para agarrar el celular que se me había caído como cinco veces… malditos nervios.
—Hola Claudia, soy Andrés.
—Eh… hola ¿está todo bien?
—O sí, lo que pasa es que mañana sábado tendremos que hacer un ensayo del baile que estábamos preparando en el instituto porque la presentación es el viernes que viene así que estamos un poco atrasados…
—Oh-oh, tienes razón ¿Y hay que ir al colegio?
—Sí, era el mejor lugar y el director no tuvo problemas en prestarnos el colegio.
—Genial, entonces ahí estaré.
—Excelente… ¿Y tienes a alguien que te lleve mañana? —preguntó curioso.
—Oh… eh, la verdad es que ahora que me lo preguntas creo que no porque mi mamá de seguro se queda con mi papá... Mm… ese es un problema.
—Yo te puedo pasar a buscar sin ningún problema.
—¿Enserio? Wou, eh… muchas gracias.
    Luego siguió la despedida y cosas sin importancia. Ahora sí que no podía dormir tranquila, mañana pasaría casi toda la tarde cerca de él y eso en parte me encantaba pero los nervios aparecían mucho antes que todo esto empezara. Dormir fue un gran dilema, como había dormido tanto en estas últimas horas no tenía sueño así que me puse e leer uno de los tantos libros que ya me había leído y no caí en la cuenta de cuando el sueño me ganó.

—Mamá hoy en la tarde voy a salir —le dije al día siguiente cuando estábamos almorzando— tengo que ir al colegio a preparar el baile.
—Que bonito —dijo alegre— pero no puedo llevarte.
—No te preocupes, Andrés me puede venir a buscar.
—¿Tu profesor y el chico del hospital? —preguntó curiosa.
—Ajá —dije mientras me comía un pedazo de carne.
—Él es muy tierno… Me gusta.
    ¿Alguien me puede repetir lo que dijo? Que a mi mamá ¿Qué?
—¿Ah? —me aclaré la garganta.
—Sí, me cae bien ese chico… aunque es un poco grande.
    Tranquila, esto no está pasando. Tu madre no está diciendo estás cosas, todo va a pasar… tranquila.
    Luego de que termináramos fui a mi pieza a hacer mi bolso porque Andrés llegaría en unos minutos. Guardé dinero, mi brillo labial, una botella para llenarla de aguas y cosas que nunca ocuparás pero las hechas igual.
—¡Claudia! —Gritó mi mamá— ¡llegó el chico guapo!
    Calma Claudia… es sólo tu mamá ¡pero quiero asesinarla! ¿Es que las madres no se dan cuenta que hay cosas que no se pueden hacer? ¡Como avergonzar a tu hija! Al parecer mi mamá no sabía nada de eso. Bajé con mi bolso y ahí vi a Andrés conversando con ella animadamente.
—Hola —saludé con la mano.
—Hola Clau —se acercó para besarme la mejilla— ¿Cómo estás?
—Mucho mejor —sonreí— Bueno nosotros nos vamos ahora… —lo tomé de la mano inconscientemente para sacarlo rápido del perímetro de ataque de mi mamá.
—¿Por qué tan rápido?
—Porque tenemos muchas cosas que hacer —la besé  y cerré inmediatamente la puerta de la casa pero a mi mamá le daba lo mismo.
—Andresito, si quieres puedes venir otro día a tomar algo… eres bienvenido en esta casa —terminó sonriendo como si hubiera salvado al mundo.
—Muchas gracias señora Carolina —respondió él tan amable.
    Mi mamá luego de su gran show entró a la casa y nosotros nos caminamos hasta la moto.
—¿Avergonzada? —me preguntó riéndose mientras me ayudaba a ponerme el casco.
—Eso es lo mínimo que puedo estar… —suspiré.
—No pasa nada, mi mamá hasta el día de hoy me sigue avergonzando —reía a lo mejor por haber recordado algo— y hay veces en que esas tantas cosas que hacia me ayudaban... ya sabes, con las chicas.
    Luego de media hora ya estábamos en el colegio ensayando todos juntos. Bueno como no quedaba mucho tiempo era comprensible que todos anduvieran nerviosos y un pocos estresados pero a mí no me complicaba mucho. Entre el grupo estaba Belén y Grace que al llegar no podían creer con quien iba a mi lado, eso quiere decir un ataque de preguntas a la salida.
—Tienen diez minutos de descanso —nos avisó la profesora.
—¿Me acompañan al baño? —les pregunté a las chicas.
—Sólo si nos explicas lo que está pasando  —dijo Belén mirando hacia Andrés.
—Nada nuevo… —dije para dar término pero no logré escarpar.
    Nos pasamos una hora más bailando. La verdad es que a mí me encantaba el baile en cierta parte, aunque no lo quiera decir, me gustaba porque yo era como la bailarina “principal” del show porque los tres minutos de canción trataba de una pareja de enamorados y era todo muy lindo así que bailar no hacía otra cosa más que ponerme feliz. A mitad de todo este tiempo nos dieron un recreo más y ahí fue cuando volví a hablar con Andrés.
—Sabes… se nota que te gusta bailar —me dijo cuando se sentó a mi lado.
—¿De verdad?
—Sí, se ve que lo disfrutas y eso es genial —me sonrió.
—Jeje —reí tontamente— Andrés…
—Dime —se giró para verme.
—¿Me podrías ayudar en algo? —él puso los ojos en blanco como si fuera la pregunta más estúpida del mundo por lo que yo continúe— tengo ganas de hacerle un regalo a mi papá, es que está un poco triste por lo del accidente así que quiero comprarle algo… ¿Me podrías acompañar luego de que terminemos de ensayar?
—Rayos… creo que no puedo —hizo una mueca.
—No hay problemas… —volví rápidamente a mirar hacia delante porque era obvio que se me notaba que no me había gustado su respuesta.
—Jajajaja ¡claro que puedo! —Reía Andrés mientras pasaba su brazo por los hombros y me daba un beso pequeño en la frente— obvio que te acompaño.
—¡Gracias! —dije feliz.
    Terminamos el ensayo, nos despedimos y le explique rápidamente a Grace y a Belén que iba a salir y finalmente volvimos a subirnos a la moto de Andrés.

    —¿Crees que le guste este? —estábamos con Andrés en el centro comercial buscando algo lindo para mi papá. Primero buscamos una polera o algo así pero no nos gustaba nada y ahora estábamos viendo perfumes.
—A mí no me gusta —dijo haciendo una mueca luego que lo oliera.
—La verdad es que a mí no me gusta mucho… ¿Qué le puedo comprar?
—Yo creo que deberías irte por el lado de las cosas tiernas, una carta, un peluche y esas cosas. Los padres son súper sentimentales así que con algo así lo harás llorar.
    Le hice caso a Andrés porque tenía mucha razón, mi padre era muy sentimental, obviamente yo era su “princesita” y “no tenía que seguir creciendo” porque no le gustaba para nada que ya fuera adolescente. Llegamos a una tienda de regalos y encontramos un peluche demasiado tierno y que decía justo “Te quiero papá” así que le compré eso y una tarjeta para luego escribirle algo. Íbamos caminando por los pasillos del centro comercial cuando escuché esa canción.
—¡Aaah! —Chillé emocionada— ¡Amo esta canción!
—Tengo una idea —dijo Andrés.
    Él tomó la bolsa con las cosas que traía y mi bolso y los dejo a un lado del pasillo donde nadie los tomaría y me tomó la mano y se puso al centro del pasillo y me dio una vuelta.
—¿Qué crees que estás haciendo? —pregunté nerviosa.
—Vamos a bailar tu canción —me sonrió y tomó mis manos mientras me volvía a girar.
—No...  me gusta bailar.
—¡Claudia! No seas mentirosa —negaba con la cabeza— ¡Vamos!
    Yo seguía fija en el suelo sin hacer nada ¿Cómo íbamos a bailar en público? Pero no me podía negar; primero: iba a bailar con Andrés; segundo: era una de mis canciones favoritas; tercero: iba a bailar con Andrés. Ya rindiéndome le tomé las manos y comenzamos a bailar como si no estuviéramos en el centro comercial.

[la letra de la canción es importante*]
Procura seducirme muy… despacio
Y no reparo de todo lo que en el acto te haré

    Andrés sabía lo que era bailar, no dudaba en ningún paso y prácticamente él era él que me guiaba en el baile y eso me encantaba. Sabía que cosas hacer y al parecer no le importaba en que lugar estábamos por lo que yo no me preocupe de nada… excepto de disfrutar el momento.

Quizás convenga que te alejes
Quizás, me domina la tentación
De imaginar que estoy tan cerca de ti
Tan cerca, sin poder resistir
Procura coquetearme más y no reparo 
de lo que te haré
… Es un dilema del que tú ni yo podemos escapar…

   Narración: Andrés.

    ¿Esto es una broma?
La canción era… era… era “esa canción”. Una que otra vez la había escuchado pero ahora tiene mucho más sentido… era perfecta. Era exactamente lo que está pasando ahora y lo que empezó hace unas semanas… ¿Será para ella algo especial la canción? ¿Habrá algún chico que recuerde al escucharla? ¡No es momento de pensar en esto!

Procura mujer
Coquetearme despacio
Procura mujer
Que yo caiga en tus brazos

    Ella no coquetea conmigo pero aún así me tiene bastante loco ¿Y si lo hiciera? ¿Y si de verdad coqueteara conmigo? ¡Jajajajajajajaja! Eso sí que sería entretenido ¡Jajajaja! Eso sí sería… lindo y entretenido.

Narración: Claudia
    Andrés parecía estar pesando en algo entretenido porque tenía una gran sonrisa en su cara y yo era otra que sonreía como tonta y enamorada. No podía dejar de mirarlo y entre nosotros entendíamos ciertas cosas que no decíamos mientras bailábamos. La canción terminó y recién desperté del sueño que sólo él y yo estábamos viviendo.

—¡Bravo! —gritaba la gente que se había puesto a ver nuestro “baile”.
—¡Wouuu! —Gritaban— ¡Otra, otra!
    Había cerca de veinte personas alrededor de nosotros, todas sonreían y aplaudían. Okay, esto es demasiado incómodo.
—Me las pagarás —le susurré a Andrés.
—Creo que mejor nos vamos —dijo entre nervioso y entretenido.
    Rápidamente tomamos nuestras cosas y salimos corriendo de ese lugar hasta llegar afuera del centro comercial.
—Esto sí que fue chistoso —Andrés no paraba de reír.
 —¿Chistoso? Fue vergonzoso… —negué con la cabeza.
—Igual sabes que fue entretenido —me guiñó un ojo. ¿Por qué eso lo hacía verse tan sexy?
—Igual sabes que diré que si —le guiñé un ojo yo.
    Ambos nos reímos a carcajadas. Y luego viene ese silencio… ese silencio que a veces no necesita ser opacado por algo, pero este silencio para mí era algo especial, me sentía demasiado nerviosa con su mirada en mí.
—¿Pasa algo? —pregunté curiosa.
—Eres… bonita… muy bonita —dijo sin apartar la mirada.
    ¿Qué se supone que tengo que responder? ¡AH!

                                           ****************************************************
¿Me quieren matar? :O Creo que tienen sus razones :C Les juro que está semana se los iba a publicar antes pero no lo logré /: pero ya basta de escusas! 
Creo que él capitulo quedó un poco más largo de lo normal :D pero si lo cortaba quedaba mal D: así que si está demasiado largo lo siento... 
Para las que me dejan sus blogs les pido un poquitin de paciencia :S este fin de semana largo que tendré me pongo al día! :D 
Quiero agradecerle a DarkVampireGirl por haber ocupado parte de su tiempo leyendo esto y como dije, me pasaré por tu blog pero un poquitito de paciencia :D GRACIAS! *-*
Para las que vieron el video que les hice le entrada anterior ¡MUCHISIMAS GRACIAS POR COMENTAR! *-* Me sentí muy bien cuando vi que les gustaba :3 de seguro subiré más .. pero creo que habrá más en mi otro blog ;)
Y bueno.. ahora vienes premios! ^^


Este me lo ha dado la linda de Miimii de su blog Don't Forget

Muchisisisisimas gracias *-*
Eres una chica grandiosa *-* y me encantó que hayamos podido hablar y que hayas tenido tanta confianza en mi para contarme esas cosas y me encantó haber podido ayudar aunque sea con un granito de arroz :D
Te quiero *-*


Este me lo ha dado Paula del blog Ahora que te conocí no me separare de ti


Paulitaaa! :3
Gracias y más gracias linda! :D 
Me siento demasiado feliz que hayas logrado llegar a los 100 seguidores :') Voy a llorar :')
¡Vamos por más!
Y recuerda que en algún momento haremos la fiesta xD jajajaa!








Y estos dos que me los ha dado Luciana del blog Crazy for you

Millones y millones de gracias Luciana C:
Eres un amor de persona!














Y este último! Es de la hermosa de DarkVampireGirl de su blog Molly la bruja más poderosa


Bueno linda como lo dije!
Mil gracias por haberte leído la novela :')
No sé como ocupaste tanto de tu tiempo leyendo esto >< y este capitulo va dedicado para ti *-*
En unos días me estaré pasando por alguno de tus blogs *-*
GRACIAS! ^^






Lo siento si es que no di los premios pero estoy haciendo esto rápido porque no quiero que sigan esperando :c.
Ya saben que son bienvenidas tambien en mi otro blog Friki friki yeah.-
Obviamente no es una obligación que se pasen por ahí xD
Les mando un abrazo grande! *-*

jueves, 27 de octubre de 2011

Algo nunca antes visto...

Algo ya publicado en el otro blog pero quiero compartirlo con 
TODAAAS ustesdes C:

Señoras y señores
Están a unos pocos segundos de presenciar algo jamás antes visto
Por que esto no pasará desapercibido par nadie.
Cambiará la historia luego de este suceso....
Se marcará un antes y un después
 Por que gracias al apoyo brindado por
Walt Disney Pictures
Pixar
Universal Studios
Dream Works
Hemos llegado a este gran producto...
Por favor acomódense en sus asientos y disfruten de....
...Un video mío... 

Jajajajajajajajajajajaja :D
Algo nuevo ;) 

Díganme que no fue raro para ustedes verme o__O
si hasta para mi fue raro hacerlo xD
En mi otro blog que es 
estaré publicando más videos (creo xD)
Así que si alguien quiere unirse está muy bien venido

Un beso y mañana sin falta el capitulo /:  C:
Las quiero
 

jueves, 20 de octubre de 2011

Capitulo 25: Gracias

Gracias

—Ni se te ocurra —me detuvo— no tenía otra clase que dar así que me quedaré aquí hasta que vea que comes algo y que el color vuelva a un poco a tu cara —terminó sonriendo.
     Sinceramente esa idea me encantaba.


    Andrés estacionó su moto y luego entramos a la casa. Esto realmente se estaba volviendo rutina y no tengo idea si es bueno o malo, pero no quiero perder el tiempo preocupándome por tonteras, si es malo bueno, luego tendré que afrontar las consecuencias. Aunque sean muy difíciles…
—Veamos… —dije mientras entrábamos a la cocina y yo abría el refrigerador— ya es hora de almorzar así que podemos comer….
    Mmm… ¿Qué se supone que tendría que cocinar? ¡Soy pésima con la comida! No sé nada de comidas… sólo sé hacer postres y esas cosas dulces pero algo para la cena o almuerzo, no tengo la menor idea.
—Déjame ver —me pidió Andrés. Observó por unos momentos lo que había y luego sacó algunas cosas— Parece que no te manejas mucho en esto —sonrió.
—Nop, no tengo idea —respondí— ¿Tú sabes?
—Cuando vives solo aprendes rápido a cocinar porque no estás dispuesto a gastar todos los días para una pizza.
—Tienes razón —asentí— pero… dame las instrucciones y yo cocino. Tú estás de visita, no puedes estar haciendo esto —le quité la cuchara de la mano.
—¡Vamos! Déjamelo a mí. Aunque tienes que ayudarme —me guiñó un ojo.
    Estuvimos los siguientes veinte minutos preparando la comida que según él era “el rey de los almuerzos rápidos” ¿Qué cosa? Nada más ni nada menos que… espaguetis. ¡Jajajaja! Siempre es la comida que salva en estos momentos en donde no quieres pasarte la tarde cocinado. ¡Vivan los espaguetis! Aunque Andrés le echaba y echaba cosas que yo jamás pensé que se le colocarían a las pastas, pero según él le daban ese toque especial.
—Bueno… tenemos que esperar unos minutos más y estará listo —dijo mientras yo saltaba para sentarme en la mesa que había en la cocina.
—Se me harán eternos —mi estómago ya hacia sonidos raros por el hambre— tengo un hambre…
—Para qué sales sin comer —negó un poco enojado— supongo que aprenderás algo después de todo este show.
—¡Claro! Lo que aprendí fue que cada vez que esté a punto de desmayarme me iré a tu lado para que me lleves a la enfermería y me saques del colegio —reí.
—¡A no! Ni se te ocurra porque no lo volveré a hacer —se acercó un poco más para estar a mi lado.
—De verdad mil gracias —miré al suelo nerviosa mientras balanceaba mis piernas— no tenías porque preocuparte tanto.
—Como que no, y si luego llegaba tu hermano y me decía “¡Por que no cuidaste de mi hermana, eres un imbécil!”
     ¿Por mi hermano había hecho todo esto? ¿A causa de mi hermano Andrés me había traído a mi casa? Creo que me equivoqué al pensar que él de verdad se preocupaba por mí… gran error.
—Sabes que a mi hermano le molesta que estemos tan “juntos” —le comenté para ver cuál era su reacción— ya sabes, piensa que… piensa que somos muy amigos y… tú me entiendes —reí.
—Tu hermano pensaría eso de cualquier chico que se te acercara, y mucho más de mí que soy mayor que tú adem…
—¡Qué tiene! ¿¡A caso no se supone que para el amor no hay edad!? —dije sin poder contenerme. ¡Oh-oh!— bueno... em… por lo que dicen los demás, digo yo —me mordí el labio.
—¿No crees que también dependen de la diferencia de edad? —dijo mientras se daba la vuelta a ver cómo iban los espaguetis en la olla.
—Mmm… puede ser. Si ya son muuuuchos años de diferencia es feo y asqueroso —me estremecí.
—Ajá, también depende a la edad en la que te enamores  —acotó mientras revolvía la comida.
—También importa eso. Pero si la diferencia está entre un par de años o entre cinco... seis—rogué para que no se diera cuenta de que había calculado la diferencia que nosotros teníamos. Tomé mi vaso de jugo que tenía al lado a esperar la respuesta que él daría.
—Puede ser… —dejó la cuchara al lado y se acercó más a mí llegando a poner sus manos a los lados de la mesa en donde estaba sentada— entonces ¿no habría problemas en que estuvieras con alguien de mi edad? —dijo alzando una ceja.
    Lo que dijo me tomó con la guardia demasiado abajo y se me había olvidado de que tenía el vaso de jugo en mis manos, hasta que se me cayó encima de él dejándolo todo mojado.
—¡Rayos! —Exclamé mientras me bajaba de la mesa— ¡lo siento, lo siento, lo siento! Fue sin querer… no sé qué me pasó —intenté secarle un poco la polera con una toalla.
—Es sólo jugo —reía— relájate. Dime dónde está el baño y yo veo que hago con esto.
—Al fondo del pasillo a la derecha —le indiqué— anda a lavarte un poco y yo voy a ver si encuentro una polera de mi hermano.
    Al parecer este no era mi día.
    Fui con Andrés al baño, lo dejé lavándose la polera mientras yo subía a mi pieza a ver si tenía alguna polera de Max, de esas que nunca se llevó a su casa. Di vuelta toda mi ropa para buscar una de las poleras porque estaba segura que había visto una… y así era. Intenté dejar las cosas un poco más ordenas y bajé con la polera en la mano.
—¡Andrés, encontré una! —Grité mientras bajaba las escaleras y al llegar a la puerta del baño choqué con él— ¡Ay! —exclamé.
    Me alejé un poco de él y fue ahí cuando me di cuenta de que estaba sin polera. Sin polera… En ese segundo se me vino a la mente esa vez que estábamos los dos en el baño del colegio, él me ayudaba a quitarme el arroz de la cabeza y por ponernos a pelear yo le pegué en su abdomen, desde ahí que había tenido, secretamente, el sueño de verlo sin polera… y ahora lo tenía al frente mío. Guapo, era quedarse corto. Estaba… estaba… ¡estaba como él quería! Tenía los abdominales trabajados y se le marcaban sin que fuera exagerado o feo… ¡ay Dios!
—A… aqu… aq… aquí es… esta la po… polera —tartamudeé como tonta. Estiré la mano para pasarse pero él ya se había acercado más.
 —Gracias —sonrió ampliamente. De seguro se está riendo de la cara de babosa que tengo.
—Si… si de nada —me giré rápidamente y desaparecí de ese lugar.
   Podía sentir las mejillas rojísimas, el corazón me saltaba a mil por hora y mis manos temblaban. A metros se podía ver que estaba nerviosa ¡pero quien no lo estaría con ese chico sin polera, repito: sin polera, al lado! La carne es débil… Fui a buscar otro vaso  con jugo pero esta vez me cercioré de que quedara vacio mientras intentaba calmar el puso que me llegaba hasta la cabeza.
—Gracias —dijo Andrés mientras caminaba hacía donde estaba— me quedó bien.
    Yo sólo asentí y sonreí. ¿Y si no le hubiera pasado la polera...? ¿Se hubiera quedado sin nada? ¡Basta!
—Creo que ya es hora de almorzar —tomó unos platos y comenzó a servir. Ahora no sé si podré tragarme toda esa comida. Los nervios no me querían dejar en paz.
    Nos sentamos en la mesa que había en la cocina y por unos minutos ninguno habló. Yo no sabía que decir, el sólo hecho de poder imaginarme la cara que puse cuando lo vi sin… sin... sin eso, mi pulso volvía a acelerarse y mis mejillas volvían a rojísimas.
—Está muy rico —dije— gracias de nuevo.
—No fue nada —apoyó su mano en la mía por unos segundos.
    La conversación en la mesa no fue muy interesante, sólo palabras sueltas que no llevaban a ningún lado. Terminamos de comer y dejamos las cosas con agua para que la salsa no se pegara en los platos. Fui a prender la televisión mientras Andrés iba a revisar su celular por si tenía alguna llamada perdida.
—Bueno esa fue una de las noticias del día —decía la periodista en la televisión.
    Le subí un poco más el volumen, iba directo a sentarme en el sillón pero ahí me quedé paralizada.
—Hace más o menos diez minutos nos informaron de que en el aeropuerto estaría ocurriendo un accidente con una avión que quería despegar, al parecer cerca de la parte delantera de este habría ocurrido una explosión a causa de una falla técnica. Eran tres los pilotos en ese momentos: Ricardo Díaz…
     Mi papá.
    No pude seguir escuchando más la televisión. Mi papá era uno de esos pilotos… mi papá estaba en ese avión. Mi papá…
—Claudia sabes que estaba pensando si podríamos salir… ¿Claudia? —Andrés apareció y al verme se dio cuenta de que algo andaba mal.
    Mi papá… mi papi. Esto no puede estar pasando…
—¿Por qué estas llorando? —exclamó asustado.
—Mi papá —apunté hacia el televisor.
    La noticia seguía pero a mí ya no me importaba. No puede ser verdad…
—¡No! —Sollocé— esto no puede estar pasando —ya no podía ver nada. Lo único que podía hacer era llorar.
—Escúchame —Andrés me sostuvo por los hombros— llama a tu mamá y pregúntale, ella debe saber algo más.
    Corrí hacia mi mochila y saqué el celular. Se me hacía demasiado difícil intentar buscar el nombre de mi mamá en los contactos, mis manos temblaban.
—Hija —me contesto al primer tono.
—Mamá dime que es mentira lo que vi.
—No… me llamaron hace unos minutos informándome que tu papá estaba en ese avión y ahora lo están trasladando a la clínica. Voy de camino para allá, por favor quiero que te quedes en la casa…
—¡Estás loca! ¡No puedo!  —grité.
—Cariño, cálmate un poco. Tú quédate en la casa y yo te voy a estar llama…
—Voy a ir —le colgué.
—¿Qué te dijo? —preguntó Andrés.
—Se lo llevaron al clínica… necesito ir.
    Me alejé de él, tomé las llaves de la casa y salí corriendo. De alguna forma tenía que llegar a la clínica.
—¡Claudia! —Me gritó Andrés mientras cerraba la puerta— ¿Dónde crees que vas?
—No sé… puede que al colegio. ¡A verlo, imbécil! —le grité histérica.
—Ven para acá —me tomó de una mano y se acercó a la moto— como crees que te voy a dejar sola.
    No había ni pensado en eso. Sólo quería llegar a esa maldita clínica, quería saber que mi papá estaba a salvo, que no le había pasado… tiene que estar bien.
    Andrés aceleró lo más que pudo, esquivó autos y se metió en los lugares más pequeños para poder llegar lo más rápido. Mi papi… No podía pensar en otra cosa. Llegamos rápido a la clínica, me bajé sin pensarlo y dejé a Andrés afuera, no había tiempo que perder. Abrí las puertas y le pregunté a la recepcionista en dónde podía encontrarlo y a los demás que estaban en ese avión. Me dijo que era en unos pisos más arriba así que tomé el primer ascensor que vi abierto pero alguien puso la mano para que este no se cerrar… Andrés.
    No podía dejar de llorar, tenía miedo de que pasara lo peor. Andrés me tomó la mano e intentó tranquilizarme pero era inútil, nada podía tranquilizarme. Llegamos al piso en donde estaban, y ahí también vi a mi mamá.
—¡Claudia! ¿Qué haces acá? Te dije que te qued… —dijo enojada.
—¿Dónde está papá? ¿Cómo está?
—No lo sé… no nos han dicho nada aún.
    Los estúpidos doctores no hablaron luego de 15 minutos. Andrés ayudó a que mi mamá se tranquilizara un poco, pero yo no podía y no quería hacerlo.
—La familia de Ricardo Díaz —dijo un doctor.
—Su esposa e hija —dijo mi mamá.
—Mm… les tengo que informar que el señor Díaz no tuvo tantas quemaduras como sus otros compañeros, pero sí se vio afectado por el humo del lugar por lo que está con oxigeno y en constante vigilancia.
—¿Pero estará bien? —preguntó mi mamá.
—No lo sabemos señora… uno de los líquidos que comenzó a quemarse es bastante  tóxico así que no sabemos cuánto tiempo estuvo su marido en contacto con este.
—No… —me tiré al suelo— no por favor…
—Claudia —Andrés me tomó la cara y me obligó a mirarlo— todo va a estar bien, te lo prometo. Aquí me voy a quedar —me atrajo hacia él y me abrazó como nunca lo había hecho.
—Mi papá, Andrés… mi papi… —lloré en su cuello.
    Puede que hayan sido horas llorando, o sólo minutos pero lo que sé es que lloré hasta que ya no pude más. “Tranquila Claudia, todo pasará sólo tienes que calmarte” “Ya va a pasar” eran unas de las miles de frases que me había dicho Andrés mientras yo me recostaba en sus piernas y rezaba para que esto fuera sólo un sueño. Finalmente eso fue lo que me venció, el sueño.

—Claudia, despierta… —sentía que alguien me remecía un poco— ya es hora…
    De apoco fui volviendo a la realidad, no entendía en donde estaba y que estaba haciendo aquí pero luego vino todo como una película: la noticia, la llamada, en la moto y ahora aquí… mi papá.
—¿Qué hora es? —le pregunté a Andrés.
—Deben ser más o menos las… ¿tres de la mañana? —dijo dudando.
—¡Las tres de la mañana! —Exclamé lo más fuerte que se pudo en el lugar— ¿Qué haces aquí a estas horas? No, no… mejor ándate —me levante de la silla y tomé su mano para llevarlo al ascensor.
—Hey, hey cálmate… —me detuvo—  no pasa nada.
—¿Cómo que no pasa nada? —Pregunté histérica— has estado aquí desde… ¿desde las tres de la tarde más o menos? Debes irte Andrés… —seguí insistiendo.
—No me iré —dijo soltándome la mano y volviéndose a sentar.
    Yo me quedé parada ahí esperando a que él se arrepintiera y se fuera de una vez por todas, pero no lo hizo. ¿Cómo puede estar haciendo todo esto? Sé cuál me gustaría que fuera la respuesta pero no sé cuál es la de él.
    Rendida me devolví a la silla, y él me tomó la mano.
—Puedes quedarte tranquila, estoy mejor aquí que en otro lugar —me puso esa sonrisa tierna.
—Y yo he estado mucho mejor contigo aquí —dije mientras apoyaba la cabeza en su hombro— ¿Has sabido algo de mi papá?
—Hace un par de minutos llamaron a tu mamá y ella me dijo que te despertara para ver si luego lo podías ver.
—Es lo que más quiero…
    No pasaron ni cinco minutos cuando mi mamá ya estuvo de vuelta.
—¿Cómo está? —me paré inmediatamente.
—Mucho mejor, aunque todavía lo tienen con oxígeno porque le cuesta respirar un poco —me dio un abrazo corto.
—¿Puedo verlo?
—No creo que sea lo mejor cariño, él está durmiendo y no puede recibir muchas visitas.
—Pero mamá —me quejé— es sólo verlo unos segundos.
—Está bien… es la sala número nueve, Max está adentro así que por favor no se queden tanto tiempo, puede que el doctor luego nos prohíba la entrada.
    Asentí. Max… prácticamente me había olvidado de él, ni siquiera lo había llamado pero lo bueno es que él estuvo en todo momento acá.
—Permiso —abrí la puerta.
    Ahí estaba, mi papi… acostado en esa cama con unos aparatos cerca que deberían ser el oxígeno y su brazo izquierdo lo tenía vendado... de seguro una quemadura.
—¿Cómo estás? —le pregunté a Max.
—Ahora un poco más tranquilo —me pasó el brazo por los hombros cuando me acerque a él— al parecer no fue tan grave como lo que le pasó a sus otros compañeros.
—Gracias a Dios. Yo me moría si… si a él…
—No lo digas —me calló— él está aquí y se va a recuperar.
    Nos quedamos sólo un par de minutos más porque en cualquier momento podría llegar el médico y eso no sería muy bueno. Salimos de la sala y lo primero que hice fue sentarme en el suelo, si hubiera una forma de quedarme todo el día o el tiempo necesario lo haría, no me quiero alejar de mi papá.
—¿Tienes que irte? —le pregunté a Max.
—Yo creo que es lo mejor… Tengo que llegar a dormir algo para luego ir a dar una prueba en la universidad. Pero igual me quiero quedar —se quedó parado al frente mío mientras se apoyaba en la pared.
—Mejor anda. Vas, das la prueba y luego te vienes rápido así no tendrás que darla atrasado o dar alguna escusa.
 —Sí, eso mismo pensé. ¿Y tú que harás?
—Quiero quedarme aquí, pero de seguro mamá me manda a casa por un par de horas para que luego vuelva para cuando papá este despierto.
—¿Y Andrés? —dijo mirándome detenidamente.
—No lo sé —suspiré— ya le pedí que se fuera pero no me hizo caso, así que si me voy yo lo más probable es que se vaya él también.
—Claudia…. ¿Por qué él esta acá? —preguntó algo molesto.
—Porque él estaba conmigo cuando vi lo de la noticia y él me trajo en la moto.
—¿Por qué estaba cont…
—¡Ya para Max! —Me paré— no entiendo por qué haces tantas preguntas, él sólo estaba preocupado y si a ti tanto te molesta puedes irte.
    No esperé a que me respondiera con otra pregunta, lo deje hablando sólo porque ya estoy cansada de todas esas preguntas raras que últimamente me anda haciendo.
—¿Cómo está? —me preguntó Andrés al momento que aparecí.
—Algo mejor —intente sonreír— al parecer no fue tan grave como a sus otros compañeros.
—Te dije que las cosas no saldrían tan mal.
—Eh… —apareció Max— bueno yo me voy.
    Pude sentir y ver que Max estaba algo molesto con Andrés pero no le di importancia, no era momento para ponerme a averiguar por qué de un momento a otro se empezaban a odiar.
—Te estoy llamando —me besó la mejilla y se fue. A cambio llegó mi mamá.
—Ya amor, es hora de que te vayas a la casa —me ordenó.
—Mamá… —comencé— no quiero.
—Hazlo por mí y por tu papá. Él estará así hasta unas cuantas horas más. Te prometo que te llamaré cuando despierte. Ya te está esperando un taxi para que te lleve a casa.
—Perdón señora… ¿no me dejaría que yo la llevara personalmente a su casa? —le pidió Andrés.
—¿Serías capaz de hacer eso?
—Pues claro que sí.
—¡Oh! Muchas gracias Andrés, de verdad te conozco de hace unos días y has sido una excelente persona, muchas gracias por cuidar de Claudia.
—No se preocupe, ella estará bien.
    Nos despedimos y mi mamá quedó en llamarme cuando papá despertara. Bajamos y Andrés fue a buscar su moto porque la había dejado en otro lado estacionada y nos demoramos sólo unos minutos en llegar a la casa porque obviamente a las cuatro de la mañana no hay mucha gente en la calle.
—Andrés… —dije cuando ya me bajé de la moto— no tengo cómo agradecerte todo lo que hiciste por mí hoy y bueno... ayer —sonreí— de verdad que… sólo gracias.
—De nada. Sabes que puedes contar conmigo para todo. Espero que tu padre pueda recuperarse rápidamente.
—Yo igual lo espero… Ya, ya ándate que se te hará más tarde. Cuídate.
—Tu igual Claudia —me abrazó por unos segundos— cuídate mucho.
    Esperé a que volviera a prender la moto y se fuera.

                                                 *************************************
Un poco largo el capitulo pero no lo pude acortar :/ y no se si eso es bueno y malo xD
¿A que no se lo esperaban? :D  Todas se estaban imaginando que se declararían o cosas por el estilo pero todavía tengo algunas cartas bajo la manga jeje ;)
Como ven en el capitulo el papá de Claudia sufre un accidente D: y sinceramente si a mi papá le pasara eso me muero :C  Sin mi papi no podría vivir  TE AMO PAPI

 ¡OH   MY   GOD!    I   CAN'T   BELIEVE   IT! 
Okay, en este momento estoy en un estado de shock profundo o__O ¿Por qué? 
PORQUE AHORA TENGO 95 SEGUIDORES 
¡AAAAAY!  Es que .. ¡no es posible! :|  No me lo puedo creer :O :')
La novela ya va tan avanzada que jamás pensé que seguirían llegando más personas :O
Quiero dedicarle este capitulo a M.C.G y a LauraLiveLife
   ¡Muchísimas gracias hermosas! De verdad que todavía me cuesta creer que se hayan tomado el tiempo de leerse toda la novela o_O Se los agradezco de todo corazón  .

También les tengo que decir que en un par de días le cambiaré el nombre al blog o sea que cada vez que entren a su perfil de blogger ya no saldrá "Sonríe, sueña y ama" sino que será "Amor Furtivo " para que luego no se asusten por si no lo encuentran C:

Para las que me han dejado sus blogs no crean que se me va a olvidar, todo lo contrario, lo tengo muy presente y les prometo que luego me verán por esos lados... me siento pésimo cuando me demoro tanto en pasarme por ellos pero por favor les pido un poquitín de paciencia :/. 

A las que les dije que tenían premio están en la entrada anterior ;)

Es hora de despedirme...
Como siempre espero que hayan disfrutado el capitulo porque siempre intento sorprenderlas y obviamente espero que les haya gustado C:

Un abrazo para cada una... 





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Adolescente con muchos sueños en camino a cumplirlos. Soñadora empedernida que intenta vivir la realidad...