viernes, 19 de abril de 2013

Capitulo 67: La verdad.


La verdad.

Narración: Claudia.
—Lo sé —bufé— pero ya me falta poco para volver.
—Por lo menos no te estás perdiendo de nada importante —dijo Belén.
—¿Qué? ¿Ya no hay más líos ni nada?
—No —Grace reía— Y nunca hubieron tantos líos.
—Aquí la que ponía la acción eras tú con Andrés —ambas rieron y yo me uní a ellas.
     Al escuchar eso recordé todos esos momentos que nos veíamos en la escuela. ¿Cómo nadie logró darse cuenta que algo pasaba entre nosotros? O bueno, puede que sí se hayan dado cuenta y no hayan dicho nada. ¡Dios! ¿Alguien lo habrá notado?
—¿A venido a verte? —preguntó Grace sacándome de mi ensoñación.
—Sí, hace unos días, pero está realmente colapsado con la universidad.
—¡Oh, verdad! Debe estar por sacar su título —dice Grace— Nosotras no lo hemos visto mucho en la escuela... por eso ya no hay tanto drama por allá si no los tenemos a ambos —dijo y Belén comenzó a reír.
—¿Cómo? —Pregunté confundida— ¿No va a hacer clases?
—Eh... creo que no —Grace mira a Belén para que le confirme lo que dice.
—Pero si me ha estado diciendo que iba a la escuela —me siento derecha en la cama.
—A lo mejor va y nosotros no nos hemos topado con él —dice Belén, quitándole importancia.
—¿Hace cuánto que no va? —insisto... algo raro hay aquí.
—Pues… Desde el accidente... después... no sé, supongo —Belén se encoge de hombros.
—¿Cómo? —Me pongo de pie— Pero si él me dijo que... —me detengo y recuerdo claramente todas las conversaciones en que me dijo que iba a la escuela— Él me decía... No creo que... No me puede estar... —no logro terminar la frase— Mintiendo ¿verdad?
     Nos quedamos en silencio. Algo estaba pasando y Andrés no me había dicho nada. ¿Qué es lo que esconde? ¿Porque no decirme que va mal? ¿Es que de verdad me tenía que decir algo la vez que vino?
—Estás viendo cosas donde no las hay, Clau —dijo Belén acomodándose en la cama luego de que yo me pusiera de pie.
—Belén tiene razón —dice Grace— A lo mejor va y ya no hace clases.
—No... —Me pongo a dar pasos por la pieza— Incluso el otro día que vino le pregunté si le pasaba algo y... dijo que no.
—Ahí está —dice Belén— entonces no pasa nada.
—Es que no, Belén, tú no entiendes —camino de aquí para allá pensando— Ay, no... —me detuve a mitad de mi paseo en la pieza. Mi corazón late más rápido, trago saliva.
—¿Qué pasa? —preguntaron las dos
—Ya sé —gemí— Lo despidieron.
—¡Cómo lo van a despedir! —Exclamó Belén riendo— Es estúpido.
—No, no lo es —recalqué— ¿Es que no recuerdas lo que pasó antes? ¿El rumor que había?
—No —concordó Grace— no lo creo, Clau. Eso ya es pasado... Hasta al director se le debe haber olvidado....Espera... ¿qué haces?
—Llamarlo —busco su número en mi celular— No me puede haber ocultado esto.
—¡No! —Belén se acerca a quitarme el celular— Primero, no creo que esté pasando algo así. Y segundo, si le quieres preguntar ¿no crees que no es muy buena idea hacerlo por celular?
—¿Entonces qué quieres que haga, eh? —Mi voz temblaba— ¿Quedarme aquí feliz mientras él pierde el trabajo y quizás... el título de profesor?
—¡Claudia, no! —Grace se acerca y me abraza— No lleguemos a los extremos, eso no pasará.
—¿Cómo sabes? Sí, puede pasar. Claro que puede.
—Escúchame —Belén se acercó y me agarró de los hombros— Vas a hablarlo, pero espera a que conversen cara a cara. Tienes que verlo para ver que te diga la verdad, no por el maldito celular.


Narración: Carla.
—... Y luego me llamó preguntándome el por qué... no sabes lo loca que me volví... ¿Qué crees tú?... Carla... ¿Carla?... ¡Carla!
    Recibí un golpe en la cabeza, le gruñí de vuelta a Mia.
—Pero es que no me estás escuchando —hizo una mueca y se comió su último bocado del almuerzo.
—Estaba pensando en lo que tenía que hacer hoy en la tarde —le saqué la lengua.
—Sí, seguro —ironizó rodeando los ojos— Yo creo que estabas en tu mundo: Maxilandia.
—Cállate —le devolví el golpe.
     Siguió molestando y molestando hasta que le recordé que me estaba contando algo. Intenté tomarle atención, pero era un trabajo muy difícil: era como tercera vez que contaba lo mismo, y yo no estaba de ánimo para escucharlo de nuevo.
—Dime que hice lo correcto, por favor —suplicó.
—No lo sé, Mia... No soy la mejor para ayudarte en esos casos —me encogí de hombros— Pero sí, puede que hayas hecho bien.
—Ah... —suspiró relajada— Que alivio.
    A Mia muchas veces tenías que decirle que sí en todo porque o sino podría pasarse horas, incluso días, pensando en que actuó mal y que no habrá solución para nada... es algo dramática para sus cosas. Por eso, aunque a veces no esté muy de acuerdo con ella, intento...
—Ay, no...
—¿Qué pasa? —la miré sin entender su cambio de humor.
—Ha llegado mi salida —tomó sus cosas y con un gesto de la cabeza apuntó a Max que venía caminando.
—Mia —volteé los ojos— Sabes que no tienes que irte.
—Lo sé, lo sé, pero es que no soporto tanto amor... no hoy.
     Se despidió con un abrazo corto y saludó a Max cuando se encontraron en el camino.
Buongiorno principessa! —Saludó con un exagerado ánimo que me hizo reír y sonrojar luego que me diera un beso en la frente— ¿Que tal ha ido tú día?
—Supongo que bien —me encojo de hombros y tomo el último sorbo de mi jugo— ¿El tuyo?
—Oh, el mío acaba de mejorar al poder apreciar la belleza de mi dama —me guiña un ojo.
—¡Max! —exclamo avergonzada mientras él sólo ríe— Ya, te conozco, ¿qué quieres?
—¿Yo? Nada —dice mirándome indignado mientras yo lo miro detenidamente— No me mires así... Bien, bien... Necesito ayuda —me mira afligido— Ya sabes que yo y las matemáticas no nos llevamos bien si es que tú no nos ayudas —levanta ambas cejas dos veces.
—¿Quieres que te ayude? ¿Hoy?
—Sí, ¿Por qué? ¿Tienes planes y no me los has dicho? ¿Es eso, no?
—¡Por Dios, no! —Exclamé riendo— Sólo es una pregunta.
—Ah... —suspira calmado— Bien, ¿en tu casa?
—Yo no he dicho que sí —lo detuve.
—¿Me dirás que no? —apoyó sus brazos en la mesa y se acercó a centímetros de mí— Porque puedo arreglar esa situación en un segundo.
—¿C... cómo? —intenté sostener su mirada todo el tiempo posible, pero diablos no podía, menos si sus labios iban directo a los míos— ¡No se vale! —Me alejé antes de perder el control— Estas jugando sucio.
—Nunca dije que juraría limpio —y esta vez no dejó que escapara.


Narración: Claudia.
—Hey Andrés, soy yo Claudia —comencé a guardar el mensaje en su celular ya que no contestaba— creo que estás ocupado así que... ¿Podrías venir hoy a mi casa? Es urgente. Te quiero.
    Dejé el celular en la mesa y volví a la cama. ¿Qué estaba pasando?
    Bien, si no somos tan negativas puede que no haya pasado nada en la escuela, pero algo pasa, algo no me quiso decir la otra vez que vino y ahora me vengo a dar cuenta.
—¿Que no me quieres decir, Andrés? Que no me quieres decir...—susurró afligida.


Narración: Carla.
—Sí, creo que podríamos hacerl... —mis ojos se van a negro.
     Las manos de alguien cubren mi vista dejándome ciega.
—¡Porque haces esto! —me quejo riendo.
—No va hablar para que adivines —dice Mia, supongo que adivinando lo que quiere decir el que me tiene cegada.
—Sé que eres tú, Max.
—¡Rayos! —Se frustra— Ni si quiera me tocaste las manos.
—Oh, créeme —Mia se acerca a él en tono confidencial— Es capaz de reconocerte sólo por el olor de tu perfume.
     Ambos ríen a carcajadas y yo rezo para que el casillero sea un hoyo negro y pueda desaparecer en él. Escucho como se despiden mientras sigo interesada en el color de mi casillero y saco algunas cosas. Cierro la puerta y ahí está sonriendo.
—¿Mi perfume, eh?
     Le saco la lengua y me alejo en busca de aire, pero a lo segundos lo siento a mi lado, tomándome de la mano.
     Llegamos a su auto y nos ponemos en marcha hasta mi departamento mientras conversamos de vaguedades.  Nunca me cansaré de esta situación. No me cansaré de que siempre tenga esa sonrisa amable para mí, que tome mi mano, que me diga cosas cariñosas, que me abrace cuando quiera, no me cansaré de esto ni de mucho más. Si tú me hubieras dicho que esto pasaría, ni con todo el oro del mundo hubiera creído eso. De ninguna manera.
—¿Has hablado con tu hermana? —le pregunto una vez que estamos adentro del departamento.
—La intento llamar siempre, pero no la he ido a ver... ¡No me mires así! ¿Es que no te has dado cuenta que apenas tengo tiempo?
—Bueno sí... tienes razón —le saco la lengua ante su mirada triunfante.
—Y todo el tiempo que me queda —dice acercándose— lo dejo para ti.
    Dejo que me rodee con sus brazos, me sumo a cada latido agresivo de mi corazón, y me dejo llevar una vez más sin preocuparme de nada.
—¿Qué crees que dirá ella de esto? —lo apunto a él y luego a mí.
—¿Claudia? Puf, podría ponerse a saltar en un pie —ríe.
—¿De verdad?
—Créeme —se acerca para susurrarme en el oído— Ella me lo dijo una y otra vez y yo no la escuché.
—¿Que te decía? —la piel de mi cuello se eriza ante su aliento.
—Es un secreto.


Narración: Claudia.
—Hola —entra en la pieza— Me vine en cuanto escuché tu mensaje, ¿está todo bien?
—Eso mismo pregunto yo, Andrés —me acercó a la puerta y la cierro detrás de él— ¿Qué pasa?
—¿Pasar de qué? —me mira sin entender.
—Hay algo que no me has querido contar ¿cierto? —Miro cada gesto de su cara y doy en el blanco— ¿Qué pasa?
     Se queda en silencio sin mirarme. Mi corazón comienza a latir más rápido, el pánico sube por mi garganta, mis manos comienzan a temblar... ay, no.
—¡Andrés! —Exclamó desesperada— ¿Te despidieron, no es así?
    Vuelve a evitar mi mirada y se da vuelta. Mis ojos comienzan a inundarse, pero no, no puedo llorar ahora, tengo que saber todo lo que está pasando y el por qué me lo ocultó.
—¿Por qué no quisiste decirme nada? —Vuelve a haber más silencio— ¿Es que de verdad no me vas a explicar?
—Es que no hay nada que explicar, Claudia —se da vuelta y me mira detenidamente— Todo ya pasó, no hay nada que hacer, punto final de la situación.
—¿Cómo qué punto final? —Lo miro sin dar crédito de la situación— ¿No harás nada?
—¿Qué quieres que haga? ¿Que vaya y le ruegue que me deje ahí? ¿Que diga que todo es mentira? Claro que no puedo.
—¡Pero Andrés!
—Claudia, ya mentí antes, ¿es que no lo recuerdas? Lo negué todo cuando hubo ese rumor y ahora no hay forma de poder decir que no es así —alzó uno de sus brazos y se tomó la cabeza.
—¿Por qué no me dijiste? —vuelvo a preguntar.
—Porque no hubiera solucionado en nada las cosas.
—Puede que no, pero...
—Claudia —se acerca y toma mi rostro en sus manos— Déjalo, ¿sí? No sigas insistiendo.
—¡Cómo no voy a insistir! —Me alejo de sus brazos— También tengo parte de responsabilidad en esto ¿sabes? No puedo quedarme de brazos cruzados mientras tú te llevas toda la culpa —respiro agitada.
—Sólo no pienses en ello, Claudia. Fin de la cuestión.
—¿De verdad quieres que me quede así no más? —lo miro perpleja.
—Sí —dice escueto— ¿Para qué seguir con algo que ya está hecho?
—No puedo creer que estés hablando así —niego una y otra vez.
—Claudia es mi decisión —dice firme— Punto. No lo pienses más, por el amor de Dios.
     Sostengo su mirada y me trago todas las lágrimas que se acumulan en mi garganta. ¿Por qué está actuando así? ¿Desde cuándo se da por vencido tan fácil? ¿Es que no pretende luchar un poco?
—Tengo que irme —dice luego de que yo le dé la espalda— No sigas pensando en ello ¿quieres? Ya no hay nada que hacer.
    Espero que se salga de la pieza y cuando escucho el golpe, me echo a llorar. Es que... no entiendo. Quiero asumir que esto es culpa de los dos, que él no puede ser el único perjudicado en esto ¿no? Algo tengo que hacer al respecto. Pero... ¿Por qué él no quiere que haga nada? ¿Qué pretende restándole importancia a todo? ¿Es que no le bastó con ocultarme eso? ¿Es que hay algo más? Sollozo quedamente en el intento de buscar una solución.
—Cariño... —mi mamá interrumpe en mi pieza.
—¿Si, mamá? —Intento secarme todas las lágrimas rápido antes de girarme— ¿Qué pasa?
    Entra despacio y cierra la puerta. Se acerca y toma una de mis manos. Bien, de seguro escuchó algo.
—¿Todo bien?
—No, mamá, nada bien —me siento en la cama.
—¿Qué pasó? —toma asiento a mi lado.
—A Andrés... a Andrés lo despidieron de la escuela al enterarse que teníamos algo. Pero lo que más rabia me da es que no me dijo nada ¡Nada, mamá! —Calmo mi respiración— Lo averigüé de otra forma y... no puedo dejar que lo culpen a él de todo. No puedo. ¿Cierto? —Me giro a verla y ella me contempla— ¿Mamá?
    Se pone de pie y comienza a dar vueltas por la habitación. No puedo creerlo. ¿Es que todos me están ocultando algo?
—Dilo de una vez —escupo las palabras.
—Se supone que con tu padre habíamos decidido no contarte nada....
—Dilo.
—Estuvieron a punto de suspenderte la matrícula por lo ocurrido.
—¿Cómo? —digo ahogada.
—Tú papá solucionó todo rápidamente —comenzó a hablar sin tomar aire— y no dejó que nadie se enterara para no causar problemas, pero... Sabía que teníamos que decirte, pero con todo lo del accidente nos daba miedo de que... ¿Claudia?
—¿Me estás diciendo que estuve a punto de ser suspendida y no quisieron decírmelo? ¡Maldita sea! ¡Entonces también sabían lo de Andrés y él sabía que casi me echan!
—Por favor, cálmate cariño...
—No, mamá, no me pidas que me... —llevo una mano a mi cabeza por una puntada.
—¡Claudia! —se acerca rápidamente a ver qué pasa.
—No —me alejo— no pasa nada. Sólo... déjame aquí ¿sí?

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¡Hola, hola, hola!
¿Como andan las personitas más lindas por allá? *.*
Sí, sé que demoré de nuevo, pero esta vez fue más por... mi, ¿no? No me gustaba como quedaba el capítulo y este tenía que quedar bien :O
Disculpen por la espera :c

¿Alguien dijo Team Max por ahí? *-*
Bien, puede que algunos quieran algo más de esta parejita, pero ya vendrá, ya vendrá ;)
Bien, ya les solucioné el dilema de la vida al revelar la verdad o.O
Es que el capítulo anterior no tenia nada, excepto el final :c
En fin, ya esta todo dicho así que a ver que pasa ahora. :|

IMPORTANTE.
Bien... esto es algo que quiero hacer :3
Puede que a algunos no les importe y a otros sí, whatever*
El punto es que siempre les digo que me emociono con sus comentarios, que algunos me dan mucha risa, etc etc xD Así que haré lo siguiente:
Todos los comentarios que se hagan en esta entrada, los leeré un día antes que vaya a publicar el otro y me grabaré leyéndolos xD
¿Por qué lo hago? 
Porque quiero que se den cuenta que de que no les miento, que a veces lloro, sonrío como estúpida y muchas otras cosas al leerlos xD
Van a ver todas mis reacciones posibles ante lo que escriban xD
Puede que algunos ni vean el video, o puede que otros sí, pero ahí va en lo que quiere hacer cada uno. Yo cumpliré con lo que dije y no leeré ningún comentario hasta esa fecha.
 Lo prometo. 
Si alguno quiere dejar alguna pregunta por ahí demás que la respondo en el video ;)

Tiempo de Premios !
Bien recibí uno de Yurena
Muuuchas gracias linda *-*
Y me alegro así demasiado que te guste mucho la nove :3
GRACIAS GRACIAS *-*

Decir 7 cosas de ti y nominar a 15 blogs.
* Es mi último año en la escuela :c
* Este año estoy haciendo yoga para controlar el estrés xD
* Tengo lentes hipsters hace poco ;)
* Puedo releer la página 349-350... de "Cállame con un beso" una y otra vez :$
* Encuentro divertido que siempre me encuentren de menor edad ;)
* Estoy esperando ver The Host :c
* Me estoy tomando un café de vainilla <3 i="">

No tengo tiempo para darlo :c
Soy un caos para los premios, si se me ha pasado alguno pueden ponerme el link en comentarios o no sé :c ><

Bueno.. eso es todo :)
Muuuuchas gracias por su tiempo, el cariño que de  verdad me llena el corazón en todo momento!
Un abrazote de oso y nos vemos la próxima semana con nuevo capítulo y el video que les prometí ! *.*


sábado, 6 de abril de 2013

Capitulo 66: No le dije.


No le dije.

Narración: Claudia.
—¡Listo, mamá!
    Lo encontraba estúpido. Realmente no tenía sentido que todavía viniera a buscar todo ella y no me dejara moverme de mi cama. ¡Dios, si ya llevaba una semana en casa! ¿Qué malo podría pasar a estas alturas? El alta del hospital había salido antes de lo previsto por lo que a todos nos encantó la noticia. Tenía claro, y más que repetido por todos, que no podía hacer ninguna actividad física ni nada que pudiera alterarme, pero bajar a dejar una maldita bandeja al primer piso no me provocaría más que un estiramiento de piernas... que mucha falta me hacía. Tomé la bandeja y me puse de pie. No quería volver a ver a mi mamá enojada por lo que no bajé, sino que me di un par de vueltas en mi habitación. Estirarse por aquí, por allá...
—¡Claudia!
—Uh, mamá —me giré hacia la puerta— Está todo bien ¿sí? Sólo ya tengo las piernas acalambradas de tanto estar acostada —volví a la cama para no causar más problemas— ¿Sabes cuándo podrán sacarme esta venda de la cabeza? —Pregunté apuntándola— Si, me la cambiaron ayer, pero no quiero más.
—Calma —se acercó, tomó mi mano y sonrió— Ya te la sacaran. 
—Si tú dices... 
—¿Vendrá alguien hoy? —Preguntó una vez que tomó la bandeja y se acercó hacia la puerta.
—Mm... No sé —me encogí de hombros— Ojalá. 
 
    Tomé mi celular y me puse a revisar... cualquier cosa. Los primeros días en reposo me habían encantado ya que sentía que todo mi cuerpo se caía pedacito por pedacito, pero ya me había mejorado, ya no quería pasar más tiempo acostada sin hacer nada. Agradecía enormemente las visitas que me había hecho Belén, en donde pudimos ponernos al día con todo lo que me había perdido...

—Qué vida la tuya, eh —dijo Belén al sentarse al frente de mí en la cama— ¿Cómo has estado?
—Aburrida —bufé— no me dejan ni mover el dedo.
—Ya me gustaría a mí sólo mover un dedo —bromeó.
—¿Que me cuentas tú? —La miré directamente a los ojos— Estuve durmiendo por unos días y parece que muchas cosas cambiaron.
—¿De verdad? —Fingió sorpresa— No lo creo.
—¡Belén! —Exigí riendo— Prácticamente Alex estaba encima de ti sin ningún problema ¿Eso es nada?
    Se removió algo inquieta. El sonido de un mensaje nos sorprendió a ambas. Salté sobre ella para leerlo, pero el celular salió volando.
—¡Hey! —Me apuntó con el dedo— Tú quieta ahí que llamo a tu mamá para que te amarre a la cama.
    La miré enfurruñada y volví a sentarme a la cama.
—¿Me cuentas?
—Es que no pasa nada —suspiró largamente— Sólo... creo que las cosas están mejor.
—¿Mejor? ¿Es que Gaby ya no se molesta?
—No tanto... creo... O sea sé que le molesta, pero hace lo que puede para que no lo note.
—Eso está bien —sonreí verdaderamente contenta— ¿Y Alex?
—¿Él? Bien... ahí.
—¡Belén! No sé... ¿Cómo te trata? ¿Son novios ya? ¿Qué hacen?
—Está todo bien, Clau... —bajó la cabeza avergonzada— Es que detesto... no sé... esa cosa rara que me da con él.
—Aw... —dije enternecida— Eso es lindo.
—Sabes que yo odiaba todo eso —arrugó su frente— Pero... arg, no puede ser toda rosas con él. 
—Pero si él te quiere así —aclaré firme— Toda loca, atrevida, sin pelos en la lengua... esa eres tú.
—En el hospital se puso celoso de un amigo de Andrés —comentó riendo.
—¿Enserio? Espera... ¿Qué hiciste tú para que se pusiera celoso?
—¡Nada! —Levantó las manos— igual sabes como soy, y él era guapo... pero con Alex le dejamos claro que no era mi tipo.
—No quiero saber cómo —dije asqueada en broma.
—Como si tú no hicieras nada con Andresito.
—Claro que no —pero al segundo enrojecí.
—Él estaba realmente preocupado por ti —dijo seriamente cambiando de tema— Se volvió loco.
—Me lo imagino —hice una mueca al imaginarme en su lugar— pero ya pasó, olvidemos eso.
—¿A venido a verte?
—Poco —hice un puchero— ha estado ocupado con la universidad porque se atrasó y todo eso...
—Qué mal.
—Sí, pero me llama casi todo los días. 

     No podía pedirle mucho a Belén por lo que esa charla de hace unos días había sido bastante. Me alegraba ver que estaba bien y disfrutando del momento. Pero lo que más me tenía intrigada no eran ellos, sino mi hermano con Carla, pero no había tenido tiempo para hablar con ninguno de los dos.
 —¡Andrés!
     El grito de mi madre me llegó desde abajo y yo salté de la cama en una décima de segundo, bajé la escalera pero a la mitad de ella me detuvieron.
—¿Qué haces de pie? —me regañaron de nuevo.
—Mamá...
—Sube —ordenó— ya te mandaré a tu novio para arriba.
    La quedé mirando con la boca abierta, pero sabía que no estaba bromeando. Me devolví arrastrando los pies y me dejé caer en la cama.
—Dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis ... —me puse a cantar.
    De verdad que comenzaría a volver histérica si no comenzaba a hacer algo por vida dentro de estas cuatro paredes. Me senté, me paré, senté, paré y Andrés todavía no llegaba. Iba a salir cuando abrió la puerta y entró a la pieza con su brazo inmovilizado desde el accidente.
—¡Hey! —Salté de la cama para abrazarlo— ¿Cómo estás?
—Bien —me devolvió el abrazo mientras besaba mi frente— ¿Que tal tu cabeza?
—Ps... Bien. Todos creen que me desmayaré en cualquier momento —hago un puchero y vuelvo a la cama en donde no sentamos.
—Es que puede pasar —rodeé los ojos— No hagas eso, es la verdad.
—Ya pero no me digas... No creo que hayas venido a regañarme ¿cierto? —palmeo mi lado de la cama y él se acerca a mí para acurrucarme a su lado.
—Pues no —ríe— Venía a cosas más interesantes que esas... —comienza a acariciar mi mano.
—¿Todo bien? 
—Oh, sí —sonríe— Todo perfecto.
—¿Cuánto tiempo te puedes quedar?
—No mucho —hace una mueca junto a mí.
    Suspiro totalmente resignada y me permito aprovechar los pocos minutos que estaré con él.

    Narración: Andrés.
—¿Aló? 
—¿Y? ¿Dónde estás?
—Voy saliendo de su casa —le respondo a Tomás— No pude estar por mucho tiempo.
—¿Le dijiste, cierto?
     Me callé. No, no había podido decirle.
—Andrés, hombre, tienes que hacerlo.
—Lo sé, lo sé... es que no puedo.
 
 
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No debería haber subido eso, no debería haber subido eso ... D:
Hola mundo.
Sí, sí espero que hayan saltado de alegría al ver que subia un cap, pero más asqueroso que nunca :c Mierda. Corto y fome ><
Uf ¿razones?
La misma de siempre: escuela :|
No logro organizarme bien entonces todo es un caos :S
Intetaré ordenarme esta semana en dónde empiezan (ojalá) a bajar mis pruebas y todo :S
Ah... me da rabia que pase esto justo ahora ¬¬'
 
Bien, bien, agradezco a todos los que se preocuparon, los que esperaron,
los que siguen leyendo, y los que estan ahí siempre *.*
Sin ustedes esto apestaría D:
 
Agradezco los comentarios que me dejan *.*
Cuando veo que todo está en negro, que no sé que escribir, ¡ahí llega un comentario lindo! :)
 
No alargo más esta porquería :c
Intentaré que el otro cap sea mucho mejo porque de verdad este ya no había como arreglarlo :|

Datos personales

Mi foto
Adolescente con muchos sueños en camino a cumplirlos. Soñadora empedernida que intenta vivir la realidad...