sábado, 16 de junio de 2012

Capitulo 45: Su hija me gusta.


Su hija me gusta.

Narración: Claudia.
—¿Y? No te había dicho que te fueras con Andrés y yo te cubría —me retó Belén a la salida de clases.
—Y lo iba a hacer, pero me dijo que estaría ocupado —hice un puchero.
—Entonces mañana, quédate tranquila.
    Mi celular nos interrumpió. Era un mensaje de mi padre diciendo que nadie podía irme a buscar ahora, y que sólo por hoy me tendría que ir sola a la casa.
—¿¡Que!? —Dije enojada— Mira nada más —le pasé el celular a mi amiga— justo hoy no me viene a buscar y Andrés está ocupado… es injusto.
—Todo saldrá bien, Claudia, sólo ten fe en la relación que tienes con Andrés.
   

Narración: Andrés.
—Me presento —le tendí mi mano— Soy Andrés, el novio de su hija.
    La expresión del padre de Claudia se transformó completamente. Oh, oh. Me miró de pies a cabeza con una mirada fría y dura como piedra. Mi mano seguía tendida en el aire a la espera de que la recibiera pero al parecer no tendría ni si quiera una palabra de su boca.

Hola que tal, vengo a decirle un secreto.
Con mucho respeto, tengo varias cosas que contar…

—Pasa.
    Se corrió de la puerta y me dio espacio para entrar en la casa. Bien, vamos muy bien hasta ahora. Por lo menos no recibí un golpe al primer segundo. Entré a la casa recordando esa vez en la que la había traído porque se sentía mal y… Mierda. ¿Tendría que saber su padre que ya he estado aquí?

Señorito tome asiento y conversemos de una vez.
Ya tu cara me lo dice, no hay mucho que esconder.

    Entramos al living y él me señaló uno de los sillones para que me sentara. ¿Era capaz de escuchar lo acelerado que estaba mi corazón? ¿Me están sudando las manos? Ah… Concéntrate Andrés, no puedes cometer ningún error en este momento. Me senté y me quedé esperando a ver si él rompía el silencio. Ambos nos mirábamos a los ojos, pero ninguno empezaba a hablar. ¿Cómo se supone que tengo que empezar con esto? Señor… quiero decirle…  No, no muy impulsivo. Sé que no nos conocemos muy bien… ¡No! Parece que me fuera a declarar.

Si supiera que los nervios me traicionan
Debo callar varios segundos y pensar

—Y bien —comenzó el padre de Claudia— ¿Me dirás a lo que vienes o te quedarás callado?

Eso Me Asusta
Señor nada malo pasó
Entonces dime.
Bueno…

—Señor…
—Mi nombre es José —agregó.
—José… —tomé aire— Sé que es muy arriesgado que este aquí, Claudia no tiene ni idea de todo eso pero tenía que intentarlo, no podía quedarme de brazos cruzados y no hacer nada por nuestra relación.
—¿“Nuestra relación”? —Preguntó incrédulo— Debes saber que no apruebo para nada que estés saliendo con mi hija, no me gusta.
—Esa es la razón por la que estoy aquí. O lo arreglo o lo hecho a perder todo por mi culpa, pero quiero correr el riesgo.
—Soy todo oído para lo que me tengas que decir.
    Tomé aire. Esperaba que él no me dejara ni hablar un par de palabras. Pero, vamos… esto tiene que salir bien, o sino no me lo perdonaré.
—Quiero que usted mismo sepa que estoy enamorado de su hija —comencé— Sí, es muy ilógico lo que estoy diciendo, yo mismo me sorprendí cuando me di cuenta de lo que estaba sintiendo por ella, pero pasó. Puedo pensar que usted cree que me aprovechare de su hija, pero no es así o sino para eso no estaría aquí… —desvié la miarada— arriesgándolo todo. Sólo pido que me dé una oportunidad, yo amo a su hija y no haré nada para dañarla.

Su hija me gusta
Mi única intención es quererla y amarla
Haría lo que fuera por tenerla
Solamente una oportunidad le pido
Ayer soñé con cupido y espero no estar mal.

—¿Cómo te atreves llegar aquí y decirme todo esto? —Me miró fijamente— Crees que con este discurso lograras que te deje estar con ella. Conozco a los jovencitos, aunque está claro que tú ya no lo eres tanto —alzó las cejas— ¿Cuántos tienes? ¿Veinticinco? No deberías andar buscando a niñas más pequeñas ¿no crees? Lo que dirá la gente...

Con que cara te atreves decir que te gusta mi hija, tienes agallas
Yo la protejo más que a mi vida
Ella es mi sangre y no quiero que sufra su madre, no sabe de mí…

—¿Lo que dirá la gente? —Pregunté sorprendido— ¿Usted cree que me andaré preocupando por lo piensen los demás? Puedo asegurar que está equivocado —dije firme— Sólo me importa lo que ella piense, si ella quiere terminar con esto la dejaré ir, pero si quiere seguir conmigo soy capaz de luchar contra todo. Por algo estoy aquí ¿no?

—Ten cuidado con las palabras que dices, Andrés, eres muy joven todavía para prometer muchas cosas —hizo una pausa— Es mi pequeña, y jamás he dejado que alguien le haga daño. No va a llegar un veinteañero que me la venga  a quitar y se la lleve y luego esté de vuelta con el corazón roto… no voy a permitir eso.

Yo no creo en el amor ni en el destino
Jovencito te queda un mundo por vivir
Eso mismo que haces ahora, hace tiempo lo hice
Por una dama que tanto amé, que tanto quise
Jamás pensé que el tiempo pasara tan rápido
Me cuesta aceptarlo, es mi niña es mi bebé
Y aunque lo extraño

—Es su padre, claro que no lo va a permitir. Y yo no sería capaz de romperle el corazón a su hija. Si no estuviera tan enamorado hubiera terminado con ella cuando esto comenzó a generar problemas, pero no lo hice y no lo haré. No quiero que ella termine peleando con su familia por mi culpa, pero no puedo alejarme de ella, no puedo…
—¿Y si te digo que tiene que hacerlo? —Mi rostro se crispó de horror— Dijiste que querías una oportunidad, pero ¿y si no quiero dártela?

Es que el sentimiento de un padre
Vale más que mil palabras
Si usted lo dice lo entiendo perfectamente
No quiero que mal interprete lo siento
Solo vine hasta aquí para poderle decir…

—Por favor, señor —estaba a punto de arrodillarme ante él— Yo amo a su hija, la amo. Sé que la diferencia de edad es lo que más le complica a usted, pero no le haré daño, sólo quiero que esté conmigo, quiero tener la oportunidad de abrazarla, de estar con ella y apoyarla en todo… Sólo quiero… —esto no estaba saliendo bien.

Su hija me gusta
Mi única intención es quererla y amarla
Haría lo que fuera por tenerla
Solamente una oportunidad le pido
Ayer soñé con cupido y espero no estar mal

—A ver… ¿Qué es lo que verdad te propones con ella? Sé sincero, Andrés, por favor.
—Amarla… —miré hacia otro lado— Cuidar de ella tanto como usted la cuida o incluso más… Hacerla feliz… ¿Qué más puedo decirle? —pregunté desesperado.

Dime tú…
¿Qué vas a hacer con ese amor que te propones?
Amarla y cuidarla sólo son mis intenciones

—Se me hace muy difícil creerte —negó— ¡Es que eres tan adulto para ella! Mi pequeña no puede andar sufriendo por amor a esta edad, ni menos si no es por un adolescente como ella…

Yo no creo, yo no creo, ya en el amor

—No se enoje, señor. Puedo repetir una y otra vez todo lo que he dicho para convencerlo, pero sólo hay una cosa que lo deja todo claro: su hija me quiere tanto como yo la quiero a ella ¡eso es lo más loco de todo eso! Ella me corresponde y eso me enloquece —sonreí inconscientemente— Así que… —dije firme y seguro— no me puedo ir de aquí sin haber obtenido lo que quiero.

No se altere, cálmese don José
Que lo noto molesto. Es que su hija nació para mí
Y no me puedo ir de aquí hasta que diga que si…
No, no me puedo ir de aquí hasta que diga que si
    La cara del padre de Claudia me lo decía todo… No lo había logrado convencer. ¿Estaba todo perdido? ¿De verdad lo había arruinado? Unas ganas de salir de aquí, de retroceder el tiempo y jamás haber hecho todo esto me inundaron. ¿Cómo pude creer que lograría convencerlo para que su hija estuviera conmigo? ¿Cómo…? 

Narración: Alex.
—¿Te vas a juntar con alguien? —preguntó Iván.
—Te dije que sí —le pegué en la cabeza— recuerda que Belén me ayuda con las fotos.
—¿Dónde se van a juntar?
—En la plaza que queda a un par de cuadras ¿Por qué? —lo miré curioso.
—Quiero conocerla —alzó las cejas— Si me la has nombrado varias veces es porque algo tiene esa chica y quiero saber que es.
—Cuidado que es la hermana de Gaby —lo detuve.
—Ten cuidado tú… tú eres el que tiene de novia a una de las hermanas, pero mira hacia el otro lado.
—¡Que dices! —negué.
—Ya ven —me agarró del brazo— Si sólo serán unos segundos: me la presentas y listo, me voy con una excusa y los dejo hacer lo que quieran…
—Cierra tu boca mejor.
    ¿Por qué tiene que tan pesado a veces? ¿Y porque le bajó la curiosidad por conocer a Belén? O sea… teníamos que juntarnos sólo nosotros dos para sacar esas fotos.

Narración: Claudia.
—Sí, te prometo que no andaré triste —le dije por décima vez a Belén.
—Todo saldrá bien, guapa.
—Ya me voy —le dije— para no llegar tarde y así no les dé la oportunidad de pensar que me quedé con Andrés.
    Nos despedimos y ella se fue hacia el otro lado porque no iría directamente a su casa.
    ¿Qué pasaría ahora con Andrés? Si mi padre sigue con la idea de alejarme de él no hay solución. ¡No! Tienes que haberla. Esto no puede terminar así después de todo lo que ha pasado, de todos los buenos momentos con Andrés… Me daban unas ganas de llorar al imaginarme que esto podía terminarse. Tenía que impedirlo.
    Doblé en la esquina para llegar a mi casa y mientras me iba acercando algo comenzaba a tomar forma afuera de mi casa. ¿No será la moto…?  Jajaja, no puede ser la moto de Andrés, él me dijo que tenía cosas que hacer… ¿Cosas que hacer? ¡Ay, no! Aceleré el paso hacia mi casa y al estar afuera puede cerciorarme de que la moto si era de él. ¿Qué está haciendo acá?
     Saqué las llaves y abrí despacio la puerta. No se escuchaba a nadie hablando… Después de cerrarla escuché a mi padre.
—Claudia, ven.
    Me acerqué lentamente, y a al asomarme pude  ver a mi padre sentado en el sillón y en el otro a Andrés.
—¿Qué es todo esto? —pregunté asustada.
—Andrés vino a verte, porque habían quedado en verse ¿no? —dijo mi padre.
    Miré a mi novio sin entender ni una sola palabra. ¿De que habían estado hablando?
—Vayan a darse una vuelta —comentó mi papá al levantarse— tengo que hacer unas cosas acá en la casa antes de que llegue tu madre.
    Dejé la mochila en el suelo y salí de la casa en un estado de ignorancia total de todo esto. Andrés me siguió unos segundos después de decirle algo a mi padre. Cerramos la puerta y nos pusimos a caminar hacia cualquier lado.
—¿Me vas a explicar qué pasó? —Pregunté inquieta al ver que él no hablaba— ¿Qué hacías en mi casa y con mi padre?
—¿Qué crees? —Me sonrió ampliamente— Lo que tenía que haber hecho desde el principio… Le dije todo lo que sentía por ti.
—¿¡QUE!? —Exclamé anonadada— Pero… ¿Por qué? ¿Qué haremos ahora? ¿Te pegó? —Dije preocupada— ¿Te hizo algo? …. Espera —me detuve en seco e hice que él también parara— No te hizo nada —afirme.
—Nada —dijo Andrés.
—¿Cómo? —esto no podía estar pasando.
—Porque se dio cuenta de que estaba equivocado —volvió a sonreír— y porque le aseguré que te amaba demasiado para dejar que él te negará a estar conmigo.
—¿Es una broma? —su cara me decía claramente que no lo era— Andrés… ¿De ve-verdad hiciste… eso? —tragué el nudo de la garganta.
—Ajá —me tomó la mano— Tenía que hacerlo, cariño. Sé que pude haber arruinado todo, pero no fue así…
    Como tirada por un imán me lancé sobre él en un abrazo que incluía hasta mis pies enganchados por su cintura.
—¡No puedo creerlo! —levanté mi cara para mirarlo a los ojos— Eres el mejor, el mejor ¡el mejor! —agarré su cara a besos.
    Andrés comenzó a reírse y yo me uní a él. Todo estaba bien ahora. No había problemas para que estuviéramos juntos. ¡No los había!
—¿Por qué no me dijiste que lo harías? —dije todavía abrazada a él como koala.
—Porque era algo que yo tenía que hacer… Tú estabas teniendo problemas con tus padres por mi culpa… eso no estaba bien.
—¿Y si no hubiera funcionado? —arrugué la frente.
—¿Eso importa ahora? —Sus ojos no podían brillar más— Ahora sí que nadie podrá alejarte de mí, Claudia… Sólo tú puedes pedirme que me vaya.
—Pierdes tu tiempo esperando que eso pase —sonreí desbordando de felicidad.
    Andrés depositó un besito en mis labios y luego yo solté mis piernas para bajarme.
—Pero… —todavía había algo que no calzaba— ¿Mi papá inmediatamente te dijo que sí?
—Claro que no… por un momento lo vi todo perdido —me miró asustado— Tu hermano tuvo que ver en esto.
—¿Max? —¡Que rayos!— ¿Qué tiene que ver él?
—¿No sabes? —miró sorprendido— Él le dijo a tu padre que yo era alguien en quien podía confiar, que no habría nadie que te cuidara tanto como él más que yo.
—Max… ¿Estás seguro que dijo todo eso?
—Tu padre me dijo eso… Ni yo entiendo bien lo que pasó, Max me odiaba.
    ¿Max? ¿Por qué hizo esto? ¿No se supone que estaba tan enojada conmigo? ¡Si él fue el que dijo toda la verdad! Tengo que hablar con él… necesito una explicación.

Narración: Belén.
    Llegué a la plaza que Alex me había dicho… pero él no me dijo que estaría con un amigo. Me acerqué de a poco hacia el par de chicos. No tenía mala pinta el de al lado… alto, rubio… vamos a ver.
—Hola —saludé.
—¡Belén! —Dijo Alex— que bueno que llegaste, te esperaba —su amigo le dio un empujo como señal— Uh. Este es Iván, Iván ella es Belén.
—Hola —le di un beso— un gusto.
—El gusto es mío, ya quería conocerte en persona porque por la boca de Alex ya salían maravillas.
    Ambos comenzamos a reír, mientras Alex lo fulminaba con la mirada. ¿Así que soy un tema que da conversación...? Nice…
—Pero bueno, me tengo que ir —dijo el amigo de Alex— ha sido un gusto Belén así que espero verte otra vez.
    Nos despedimos de él y esperamos hasta que desapareciera para empezar con nuestro trabajo.
—¿Y bien? —me giré hacia Alex— Tú mandas.
—Okay… —se agachó para sacar su cámara de la mochila— hay un pequeño detalle en la foto de hoy —me miró algo asustado.
—¿Cuál?
—Tiene que salir alguien en ella.
—Oh, bien, te la saco yo a ti.
—No se puede Belén, ¿no se supone que yo soy el que saco las fotos?
—¡Rayos! Tienes razón…
—Yo tengo una idea —me miró divertido— ¿Por qué no te saco yo la foto?
—¿Qué? —Exclamé— ¡no! De ninguna manera… Además se supone que yo soy la que sabe de esto ¿no?
—Si es verdad, pero no creo que pueda ser tan complicado tomar una foto.
—No, no, no… ya veremos como lo hacemos y ahora préstame tu cámara para ver dónde empezamos.

Narración: Claudia.
    Volví con Andrés a la casa luego de una hora. Habíamos dado un par de vueltas por ahí, pero ya era hora de volver. Mi mamá ya estaba en casa cuando llegamos.
—Hola mamá —le di un beso.
—Hola bebé…
    Me detuve un segundo antes de presentar a Andrés para ver si su cara reflejaba odio o rabia pero no, nada de nada.
—Mamá… este es Andrés… —tragué saliva— mi novio.
—Un gusto señora.
—¡Ay, no me llames señora! —Mi mamá se hizo la ofendida— Llámame Karen.
   Luego de esta normal presentación fuimos a sentarnos a la mesa porque para variar mi mamá tenía comida.
—Y dime Andrés… —comenzó mi madre— ¿Cómo te va en el trabajo?
—Bastante bien… estoy a punto de sacar mi título como profesor.
—Eso está bastante bien  —comentó mi padre— ¿y quiere seguir trabajando en el mismo colegio en el cual estudia Claudia?
—Es una de las posibilidades que tengo. El director ya me dijo que podía seguir.
    De repente se hizo un extraño silencio en la mesa. No lograba adivinar si a mi padre no le había gustado esa respuesta o algo más pasaba, hasta que mi mamá habló.
—Tu padre me va a perdonar pero quiero saber algo —sonrió— ¿Cuándo comenzó todo esto entre ustedes? ¿Fue amor a primera vista?
    Me atoré con el jugo que tomaba. ¿De verdad me estaba preguntando esto? Miré a Andrés pero él tenía la misma interrogante.
—Emmms… no, creo que no fue a primer vista —comencé dudosa.
—Puede que a la segundo —bromeó Andrés.
    Mi mamá estaba tan interesada en esto que no paró de hacernos preguntas en todo lo que quedaba de la tarde.

Narración: Belén.
—¿Te gusta esa? —le tendí la cámara.
—Belén… —me regañó con la mirada— no me sirve que me las muestres si para mi todas estarán perfectas.
—¡Uy!
    Seguí caminando por la plaza en busca de otro lugar para sacar una foto.
—Préstamela la cámara —Alex se detuvo delante de mí— déjame intentar tomar una foto buena.
    Se la di sin rechistar. Ya le había tomado varias fotos para que eligiera así que si tomaba algunas él no sería problema.
—¡Pero no me saques a mí! —exclamé luego de ver que el lente de la cámara directo hacia mí y el clic de la foto.
—Anda, son sólo unas cuantas fotos. Has como si no te las estuviera tomando.
   Lo fulminé con la mirada y seguí con mi camino.
—¿Hace cuánto te gusta todo esto? —me preguntó.
—Un par de años puede ser…
—Todavía no entiendo porque no dejas que nadie vea tus fotos —me miró curioso— son todas espectaculares.
—Porque son mis fotos. Eso es todo.
    Nos quedamos en silencio mientras seguíamos caminado. Estaba algo nerviosa con ese clic de la cámara cada vez que tomaba una foto.
—Sonríe un poco Belén —me molestó Alex— sonríele a la cámara.
    Hice algo más parecido a una mueca horrorosa que una sonrisa, sólo  para molestarlo. Ambos nos reímos al ver la foto que había salido.
—Tienes que borrar eso, por favor —le pedí.
—Sólo con una condición —alzó una ceja— te puedo tomar una en la que mires directamente a la cámara.
—Bien, pero sólo una.
    Alex asintió contento. Se paró delante de mí, algo cerca porque al parecer no quería de cuerpo entero.
—Cuenta hasta tres y yo abriré los ojos —dije parada y sin verlo.
—Uno… dos… tres.
    Alex alejó la cámara y se quedó viendo la foto por un momento ¿Algo había salido mal?
—¿Y? —Le pregunté— recuerda borrar la anterior o si no te mato.
—Definitivamente mañana presento esta foto —me miró de una forma extraña.
—¡No! ¿¡Cómo vas a presentar esa!?
—A mí me encanta y eso es lo que cuenta.
    Le quité la cámara de sus manos para ver lo exagerado que era.
—Me gusta como sales. Me gustan tus ojos y tu pelo y…
    Debo estar soñando. Si, obvio. No puedo estar escuchando todo esto de la boca de Alex. Le devolví la cámara sin haber visto bien la foto, ya me daba lo mismo.
—Bien… creo que es hora de irme —me levanté rápido— Espero que te vaya bien mañana con esa foto.
—¿Estás bien, Belén? —me tomó del brazo.
—Sí, claro. Sólo se me hizo tarde así que tengo que volver.
—Ah… —entendí ese tono de voz de “no te lo creo”— está bien. Nos vemos otro día y mil gracias por ayudarme.
—De nada.
    Me giré rápido y salí de esa plaza. Creo que esto no está bien.

Narración: Alex.
    ¿De verdad estaba pasando?
    Me quedé parado ahí viendo como Belén se alejaba. Tomé la cámara y volví a ver la foto de ella. Hermosa. ¡No! Alex detente. No puedes estar pensando así. Suspiré frustrado. Algo está mal aquí, algo está pasando y no sé si tenerle miedo a eso o sentirme bien…

Narración: Claudia.
—Creo que ya es hora de irme —dijo Andrés— muchas gracias por todo Karen —se giró hacia mi padre— muchas gracias José, muchas gracias.
—Está bien muchacho —mi papá le dio un golpe cariñoso en el brazo— si todo lo que me dijiste es verdad no habrá ningún problema.
    Me daban ganas de gritar de alegría al ver a mis padres así con Andrés. Si parecía como si ya lo quisieran… Luego de las despedidas acompañé hasta afuera a Andrés. Nos detuvimos al lado de su moto, tomó mis manos y nos quedamos mirando cada uno a los ojos del otro.
—Lo que has hecho hoy… —no sabía que decirle— no tengo la menor idea de cómo agradecértelo.
—Puedes darme algo…
    Sabía a lo que se refería. Soltó mis manos y puso una de ellas en mi cintura. Esa pequeña presión que hacía para acércame hacia él aumentaba mi pulso de una forma ya acostumbrada a cuando estaba con él. Di ese paso que él pedía, levanté mis brazos y los anudé a su cuello. Hay momentos en el que el beso no es lo mejor, sino que la previa vacilación a dárselo logra más emoción. Me fui acercando de a poco, viendo como sus ojos saltaban de los míos a mis labios y sintiendo como la presión de su mano en mi cintura se acentuaba más. Un leve roce de mi nariz con la suya, sentir su respiración chocar con la mía, sonreí.
—Te gusta hacerme sufrir… —susurró levemente Andrés.
—¿Sufrir? Sólo disfruto esto…
    Finalmente fue él quien rompió la mínima distancia que había entre nosotros. Sus labios en los míos, los míos en los suyos… era una excelente forma de escapar de este mundo. Suave y delicado era el beso… hasta que sentía su mano en mi cintura pero por debajo de mi polera. Ya no me asaltaba un sentimiento de duda como la primera vez, ahora provocaba algo mucho mejor que eso. Lentamente nos separamos y dejé mi frente apoyada en la suya.
—Eres atrevido ¿eh? 
—¿Atrevido? Sólo accedo a lo que es mío.
    Me fue imposible no soltar una carcajada. Sí que se pasaba a veces…
—¿Nos veremos mañana? —pregunté.
—Y pasado mañana, y al día siguiente y la semana que viene…
—Eres adorable —le di un beso corto— pero bien, tengo que volver a entrar.
—Está bien… —me besó la frente— que duermas bien, mi amor.
—Siento una pila de mariposas en mi estómago cuando me llamas así —declaré riendo.
—Mi amor, mi amor, mi amor, mi amor... —repetía una y otra vez.
    Lo callé dándole un beso y luego me alejé de una vez para que se pudiera ir. Entré a mi casa en un estado de zombi enamorado, sí, así era como me sentía. Llegué hasta la cocina y al ver a mi padre no pude más que salir corriendo a abrazarlo.
—Gracias papá.
—Mi pequeña —me rodeó con sus brazos— perdóname por todo lo que pasó antes… de verdad me había equivocado con Andrés.
—No importa… ahora que todo está bien, ya da lo mismo lo que pasó antes.
    Di las buenas noches, pero antes de salir de ahí mi padre comentó algo:
—Andrés de verdad te quiere Claudia, y no pensé fuera tanto.
    Sólo le sonreí. Eso ya lo había comprobado yo misma. 



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¡Al fin! dicen ustedes :D jajaja!
Espero que haya sido un capitulo bueno para lo mucho que las he hecho esperar D:
Sinceramente Andrés es mi hombre *-*
Ese es el chico perfecto para mi! y claro, no existe! que penaaa :c

Aquí esta la canción *O*


¿No la encuentran hermosa? :')
Este capitulo lo tenía pensado hace un tiempo y cuando escuché esa canción fue como "OOOOOH! *O*! ajskajksa! :)
Perfectaaaa! <3
No me acordaba de si había dicho los nombres de los padres de Claudia así que al padre se lo puse igual que en la canción para acordarme por si necesito usarlo otra vez xD y al de la mamá elegí cualquiera ;)

Como lo dije en la pequeña entrada anterior
ahora si voy a agradecerte a alguien especial porque es una ¡nueva seguidora! :')
No puedo creer que te hayas leído tantos capítulos .____. 
¡Y que te puedo decir! :')
Es hermoso que te sumes a mi blog y de verdad espero que te siga gustando :)
Para agradecerte este capitulo va dedicado para ti linda! *-* 

Chicas, juro que estoy rezando para que la otra semana
les pueda traer el otro capitulo :s
Pensaba que esa semana no tendría tantas cosas pero un día mis malditos profesores se pusieron de acuerdo y ahora cada día tengo algo ><
Pero debería ser la ultima semana :) Al fiiiiiin!
¡Seré libreeeeeee! :')

Esta semana también tengo el gran honor de conocer a Blue Jeans *-* como les había dicho :') el gran creador de la saga "Canciones para Paula" 
Ni se imaginan lo emocionada que estoy :')
¿Porque tanto? Bueno chicas, a él deben amarlo como a un Dios porque gracias a él estoy escribiendo *O* gracias a él nació "Amor Furtivo"
¡Por eso no puedo creer que vaya a estar con él! :')
Además me ha respondido varios tweets *-* Es un amoooor!
Sinceramente me siento una afortunada por estar viviendo todo eso :3
Primero Peter Facinelli y ahora este maestro! :')
Hablando de Peter!
Por si hay alguna interesada tengo el segundo día con Peter aquí: Peter Facinelli en Chile
Por si alguien quiere saber, cuento sobre el foro, sobre la entrada al cine que me gané con él, sobre al autografo que me dio su hija *-* uuuf! 
muuuchos videos y fotos del guapote! :$

Y eso es por esta semana :)
Espero que les este yendo de lo mejor ;)
Muchas me han dicho que estan de vacaciones así que disfrutenlas por miiiii! ><
Un abrazo grande y espero de todo corazón que les haya gustado el capítulo <3
Se les quiere hermosaasss!





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Adolescente con muchos sueños en camino a cumplirlos. Soñadora empedernida que intenta vivir la realidad...