sábado, 3 de agosto de 2013

Capítulo 71: Suena tan fácil.

Suena tan fácil.

Narración: Belén.
—¿Dónde mierda estás Claudia?
    Desde que salió del casino no sabemos dónde está. Claramente nadie pudo seguirla porque necesita ese momento para ella. Pero jamás pensamos que desaparecería de esta manera.
—No me responde el celular —vuelve a decir Grace— pero no lo tiene apagado porque no me manda al buzón de voz.
—No está en ninguno de los baños —dice Javier al llegar con Emilio.
—¿No tiene un lugar así como... un escondite o algo? —pregunta Emilio.
—No —Grace me mira y yo también afirmo lo mismo— No que nosotras sepamos, por lo menos.
     ¿Dónde mierda te metiste Claudia? Definitivamente no hay que dejarla sola. No es que vaya a cometer un suicidio ni nada, pero... es nuestra amiga. Deberíamos haberla acompañado en ese segundo. ¿Cómo fui tan tonta?
—¡Un mensaje! —saltó cuando mi celular vibra y leo en voz alta— Chicos, no se preocupen por mí, estoy en mi casa. Gracias por todo.
—¿Eso no es una despedida, cierto? —la cara de Javier se pone pálida en un segundo.
—¡No hables estupideces! —le dice Grace enojada— Ella no sería capaz de hacer nada.
—Claro que no —recalco— Claudia no sería capaz de nada.


Narración: Claudia.
    Llego a mi casa en piloto automático mientras mi cabeza sigue siendo masoquista al traer más y más recuerdos. ¿Es que no me puedo desconectar sólo un momento?
     Entro en mi casa y agradezco que no haya nadie en ella, no ando con ganas de dar explicaciones de por qué estoy aquí tan temprano. Eso se la debo a Max cuando lo llamé desde el colegio.

—Hola hermanote —intento sonar feliz.
—¿Claudia? ¿Estás bien?
—¿Puedes hacerme un favor? —trago el nudo de mi garganta.
—¿Qué pasa? —su voz se altera.
—Llama al colegio y pide retirarme. Sólo di que tengo que salir, no te pondrán problemas.
—No estoy entendiendo, ¿qué pasa? ¿Por qué quieres salir? ¿Te sientes mal?
     Suspiro y dejo que las lágrimas salgan. Ya no puedo aguantarlas.
—Sólo hazlo. Prometo irme a casa.

    Y aquí estoy. En mi casa. Sola.
    Subo arrastrando los pies y me tiro a la cama. ¿Por qué?

—¿Bailas conmigo? —me preguntó Andrés.
—Eh… profe —dije sonriendo.
    Esto sí que es raro…
—Anda, y por favor no me sigas llamando profesor porque acá no lo soy —me pidió
—Está bien, Andrés —corregí.
—Entonces ¿aceptas bailar? —preguntó de nuevo.
—Mmm… okay vamos —dije tomándolo de la mano.
    No estaba haciendo nada malo… ¿o sí?
    Llegamos donde estaban todos y Antonio gritó por lo alto.
—Cuidadito Andresito que esa chiquilla tira fuego en la pista —dijo pícaramente.
—Ay, cállate —le dije golpeándolo.
—Si es verdad… o ¿acaso nos vas a negar a todos que bailas mal?
—Eso no lo puede negar —afirmó mi hermano orgulloso, que bailaba con una chica.
—Ya está bien… —dije rindiéndome.
—Entonces comprobémoslo —Andrés me guiñó un ojo, me tomo de la mano y me acercó un poco más hacia él.

     Inevitablemente se me escapa una sonrisa. Que luego se vuelve una mueca. Que luego ya es llanto. Quién hubiera pensando que después de esa fiesta... Detente. No puedo seguir así, no puedo seguir pensando en él. Pero es que en los recuerdos son el único momento en dónde soy feliz por un segundo.

 Íbamos caminando por los pasillos del centro comercial cuando escuché esa canción.
—¡Aaah! —Chillé emocionada— ¡Amo esta canción!
—Tengo una idea —dijo Andrés.
    Él tomó la bolsa con las cosas que traía y mi bolso, los dejo a un lado del pasillo donde  nadie los tomaría, me tomó la mano y se puso al centro del pasillo y me dio una vuelta.
—¿Qué crees que estás haciendo? —pregunté nerviosa.
—Vamos a bailar tu canción —me sonrió y tomó mis manos mientras me volvía a girar.
—No... me gusta bailar.
—¡Claudia! No seas mentirosa —negaba con la cabeza— ¡Vamos!

    Más lágrimas salen de mis ojos. ¿Cómo se supone que borras de tu mente los recuerdos más vivos que tienes? Suspiro y suspiro en un intento de calmarme. Sé que es un error, el peor de todos, pero me levanto y voy en busca de mis audífonos, pongo música y espero hasta irme en el sueño.


    Me doy vuelta en la cama, pero siento que ya no estoy sola. Veo que ya no hay luz afuera, al parecer dormí más de la cuenta. Levanto mi vista y veo a Max a los pies de mi cama.
—Hola —susurro y mi voz se escucha de lo peor.
    No me responde. Me paso la mano por los ojos y no tengo que adivinar que estoy hecha un desastre. Me siento en la cama y recién me doy cuenta de que estoy tapada con una manta.
—¿Hace cuánto estas aquí?
—En tu pieza no hace mucho.
    Asiento lentamente. Está preocupado. O sea, realmente preocupado.
—Lo siento —susurro luego de unos minutos.
—¿Que sientes? —no le puedo ver bien la cara porque no está la luz prendida, sólo entra luz de la ventana.
—La llamada de hoy. Te preocupé de más.
     Suspiro. Siento que suspiro cada segundo, pero es que esta situación me cansa, me quita el aire y es como si tuviera que buscar más de él para respirar.
—¿Qué pasa, Claudia?
     Pienso un poco. Pasan muchas cosas, pero todo se resume en que se terminó. ¿Por qué? Y el dolor vuelve, comienza a presionar mi pecho, podría ser que alguien lo apreta fuerte, le quita todo el aire, luego llega a la garganta, dejando ese nudo imposible de desaparecer hasta que el primero de los muchos sollozos se escapa.
     Sin darme cuenta en que segundo se acercó, Max me rodea con sus brazos y me sostiene ahí en su pecho, acariciando mi pelo. Intento cerrar mi boca para no llorar más, esto está siendo demasiado.
—Dímelo, por favor —ruega Max.
—Andrés y yo... bueno, se acabó.
     Max no habla. No comienza a gritar por la habitación como pensé que lo haría, y en este segundo se lo agradezco porque no estoy para eso, sólo quiero que me abrace, así como ahora.
—¿Por qué terminaron? —pregunta luego de unos minutos.
—No lo sé —respondo— Al parecer él... no.... eso.
—¿No habrá sido... no sé, una pelea estúpida? —supone.
     Vuelvo a ese día, a ese momento en el que soltó mi mano, sus ojos mostrando nada, su vaga explicación... ojalá hubiera sido una pelea estúpida.
—No, no lo fue.
     Volvemos al silencio. Por un segundo me pregunto que estará pensando. Recuerdo lo loco que se puso cuando se enteró de todo, cuando...

—¡Maldita sea! —Con la otra mano apuntó hacia Andrés— ¡Este imbécil me mintió! ¡Siente algo por ti, Claudia! ¡Este imbécil te quiere y él me prometió que no era así!
Vi como Max cortaba la distancia entre él y Andrés, y le daba con su puño en toda la cara, sin que Andrés quisiera defenderse.
—¡Maximiliano! —Exclamé furiosa— ¿¡Que mierda hiciste!?

—¿Que tengo que hacer, Max? —Comienzo a hablar— No puedo sacármelo de la cabeza, y duele mucho pensar en él... duele. Duele saber que para él se acabó y que para mí... para mí lo de nosotros nunca hubiera tenido un final —se me escapa una lágrima.
     Sus brazos alrededor de mí apretaron más el abrazo, como si intentaran juntarme en una pieza de nuevo. De repente se alejó y me giró para que lo mirara. Limpió el resto de un par de lágrimas con su mano.
—El recuerdo no podrás sacarlo de ahí —me tocó la cabeza con su dedo— menos de ahí —apuntó a mi corazón— pero tú sí podrás seguir adelante. Sé que lo que ustedes tenían era bonito, pero a veces las cosas pasan y no tienen sentido en ese momento. Pero tienes toda la vida, Claudia, toda la vida para enamorarte, llorar, volver a enamorarte, no dejes que esto te frene para todo lo demás.
—Pero pienso todo el día en él, Max, todo el día... —y mientras hablo se me vienen mil y un recuerdos.
—Y lo seguirás haciendo, pero cuando menos te des cuenta, será un recuerdo agradable, ya no dará pena.
—Suena tan fácil —resoplo y sé que eso es lo que menos será.
—Pero será difícil, lo sé, pero también sé que tú puedes hacerlo. Vamos, eres mi hermana —me codea y yo comienzo a reír— Ves, esa es la chica que quiero ver, esa es mi hermana.
     Sonrío como hace tiempo no lo hacía y  siento que un momento de felicidad, de que no estoy sola y que puedo ser lo suficientemente fuerte para esto. Me lanzo en un abrazo para él.
—Gracias —le digo de todo corazón— Eres el mejor hermano del mundo.
—Y yo tengo a la mejor hermana del mundo.


Narración: Belén.
—Que mal —responde Gaby— ellos se veían bien juntos.
—Sí —suspiramos juntas— pero ya no podemos hacer nada.
     Me quedo pensando un rato en Claudia. Creo que nunca la habíamos visto así... es que nunca se había enamorado de esa forma. ¿Por qué tiene que ser tan complicada esta mierda del amor? Me levanto para ir a buscar algo de comida cuando Gaby me detiene.
—Belén ¿podemos hablar? —me tengo pero no soy capaz de darme vuelta— Por favor.
      Suspiro silenciosamente porque sé que es el momento. Vuelvo a sentarme a los pies de mi cama y me quedó ahí, mirando la interesante mancha del suelo.
—Tú dirás —respondo en un susurro.
—Bien... Han pasada tantas cosas que no hemos tenido tiempo de hablar de... lo que está pasando con nosotros ¿no? —asiento lentamente— y... la cosa es bastante rara.
—Muy —afirmo.
—No puedo negarte que al principio me volví loca cuando me enteré de lo tuyo con Alex.
—No había nada entre nosotros en...
—¿Ese momento? ¿Y ahora? —el tono de su voz hace que me encoja un poco más. ¿Por qué me siento tan mal por esto?
—Mm —es lo único que sale de mi boca.
—Belén... sinceramente ¿nunca te diste cuenta que Alex podría haberse fijado en ti en algún momento?
     La pregunta me sorprende. ¿Qué quiere saber en verdad? Intento hacer memoria de cómo eran las cosas antes: era antipática con él, bien antipática ¿eso es algo malo? digo, en verdad fue para mejor ¿no?, ciertas bromas que se las hago a cualquiera ¿las habrá malinterpretado? Me detengo porque ya entiendo la pregunta de Gaby y la rabia llega sin detenerla.
—¿Tú no creerás que yo intenté quitártelo desde un principio, cierto? —voy aumentando el tono de voz con incredulidad— ¡Por quien me tomas, Gaby! —exclamo enojada— ¿Cómo crees que hubiera sido capaz de eso? —me pongo de pie— Jamás, escúchame bien, jamás haría algo así.
    Gaby me mira algo incómoda, pero es que me dolió lo que dijo. ¿Cómo se le ocurre que...? Yo no soy así. Claro que no. Me duele que piense eso de mí. Golpe bajo, amiga, golpe bajo.
—Lo siento —se disculpa— No creí que...
—Está bien —la corto— Pero tienes que tener claro que, sí, bien, puede que me haya gustado algo Alex, pero jamás me hubiera atrevido a eso... Somos hermanas, Gaby.
—Bien, bien —sigue disculpándose— Me equivoqué, lo siento de verdad. Pero es que en ese momento no sabía que pensar, y sé que tú eres bastante... coqueta y te gusta el juego, entonces...
—No —le detengo— Una cosa no quiere decir la otra.
     Gaby suspira frustrada.
—Bien, partimos esto mal —dice calmándose— No quiero que peleemos, Belén —intenta sonreír— Yo sé que fui muy egoísta con él, porque yo ya estaba... yo andaba... en algo con Javier —veo en su cara que eso la hace sentir mal— Y Alex es mi amigo, casi mi mejor amigo...
     No me gusta que diga eso... ya sí, lo admito, me dan celos.
—¿Que me quieres decir?
—No... No puedo retenerlo a mi lado si fui yo quien lo apartó ¿no? —hay algo de tristeza en su voz— y sé que en verdad le gustas tú ahora —intento que eso no me afecte, pero diablos, podría saltar sobre mi cama en este segundo de la alegría— Y no me puedes negar que a ti te pasan cosas con él —me da una mirada que me pone nerviosa.
—Pues...
—Belén —Gaby me mira— Todo bien ¿sí? Dejemos que eso que pasó quede atrás y ve tú y has lo que quieres con Alex.
     Giro completo de la conversación. What?
—¿Cómo? —mi voz no puede sonar más ahogada.
—Alex me ha contado que a ti te complicaba lo que yo pensaba de... ustedes —me sonrojo. ¡El muy bastardo le cuenta todo!— Y yo sólo quería darle una manito: no te preocupes por mí, Belén, yo con él ahora somos sólo amigos, nada más.
—¿Nada más?
—Sip —sonríe— ya sabes que estoy... en otra cosa —ríe— así que no hagas sufrir más al chico, por favor —suplica— ¿Sabes lo que es escucharlo todo el día que la Belén aquí, que la Belén allá...? Dios, me desespera.
     Rompo a reír a carcajadas y luego Gaby me sigue. Por un momento vi totalmente perdida esta conversación, pero no, todo está mejor ahora. Sonrío feliz.
—¿Todo bien entonces? —pregunto.
—Todo excelente —me sonríe.
—Es verdad que... —intento sonar desinteresada, pero sé que no puedo— ¿Te habla de mí?
—Oh —rodea los ojos— Ya lo he golpeado un montón de veces para que se calle —ríe— No sé qué le habrás hecho, pero lo tienes loquito.
—Esa es mi especialidad —respondo con la broma como siempre, pero dentro de mí hay un sentimiento que no sentía hace mucho.


********************************

Hola mis chicuelas :)
¿Les cuenta la verdad? Tenía este capitulo de la semana pasada D:
Pero estaba tan cansada que ni subirlo podía ):
#ColegioDéjameEnPazPorFavor ):

"Junta a Andrés y Claudia ahora por la /&%$%#$&$%"
Sip, sé que es lo que quieren, pero ¡vamos! 
no hay nada escrito aún :O
Como dije la entrada anterior, me tomaré todo con calma aunque así me demore siglos en terminar esta novela.. ok no' |: 
Las cosas irán sucediendo por si solas ;)

Les quiero agradecer enormemente a las personas que han
seguido conmigo todo este tiempo.
Sé que en un momento fuimos muchas :') pero también sé que con el tiempo gente se ha ido y es triste... pero tenga a tanta gente que jamás me ha dejado *.*
Y sobre todo a la gente que se toma su tiempo para dejar un comentario :') Si con un: "genial el cap, cuidate rommy!" me han  hecho muy feliz :D
Definitivamente esto no sería nada sin ustedes. 


ABRAZOS POR MONTONES PARA USTEDES :)

Datos personales

Mi foto
Adolescente con muchos sueños en camino a cumplirlos. Soñadora empedernida que intenta vivir la realidad...