Capítulo 68: Golpe al corazón.

Golpe al corazón.

Narración: Claudia.

    Estaba mal. Todo estaba mal. No había podido dejar de pensar en que mis padres junto con Andrés no me habían dicho todo lo que estaba pasando. ¿Que pretendían? Sin importar la respuesta, nada había salido bien. Menos con Andrés: no habíamos hablado desde ese día, pero es que la rabia e indignación no me estaban dejando pensar con claridad. Sabía que estaba siendo egoísta, pero aun así me dolía el no haber sabido la verdad desde un principio.

—Mamá, voy saliendo —dije mientras bajaba las escaleras.

—¿Cómo que vas saliendo? —el que respondió fue mi padre poniéndose de pie y acercándose desde el comedor.

—Sí —llego al primer piso— Voy donde Andrés.

—Tú no puedes salir de la casa.

—¿Sabes algo papá? —Lo miré detenidamente— Al parecer no puedo salir, no puedo enterarme de nada, debo hacer como si aquí no ha pasado nada, ¿no?

—Sabes que no me refiero a eso... —hizo una mueca.

—¿A no? —Dije enojada avanzando hacia la puerta— Sólo déjame intentar arreglar esto ¿quieres?

    Abrí la puerta y no dejé que hablara. Ya bastaba que todos intentaran solucionar las cosas por mí.

Narración: Belén.

—Gaby, ¿has visto mi polera azul?

—Pues, no —dejó de leer el libro que tenía en sus manos para mirarme— ¿Vas a salir?

—Eh, sí.

     Vuelvo a buscar bajo la cama, en el closet, pero no, no está en ningún lado. Me siento en la cama pensando un poco más en dónde puede estar y recién caigo en la cuenta de que Gaby no me ha quitado los ojos de encima.

—¿Qué pasa?

—La polera está ahí —apunta al closet.

—¿De verdad? —me lanzo al mueble en su búsqueda y sí, ahí estaba la desgraciada.

—¿Se puede saber con quién vas a salir? —me estudia con la mirada.

—¿Con quién voy a salir? —el corazón se me detiene.

—Sí, ¿Con Grace, Claudia, la irán a ver...?

—Eh, sí —tomó mi bolso con mis cosas luego de ponerme la polera y salgo rápido de ahí.

—Belén —el tono de su voz me detiene en la puerta— Mírame —me giro lentamente con miedo— Sé la verdad.

—¿Qué verdad?

—¡Deja de mentirme! —Exclama parándose en la cama— Sé que saldrás con Alex.

     Mi cara comienza a sonrojarse y sé que esa es mi señal de salida.

—Eh, me tengo que ir. Nos vemos.

—Tú y yo tenemos que hablar, seriamente. ¡¿Me oíste?! —gritó antes de que alcanzara a cerrar la puerta.

     Bajé rápido por si decidía seguirme, pero gracias a Dios no lo hizo. Uf. ¿Por qué seguía corriendo de esto? ¿Me era muy difícil hablar con ella acerca de Alex? ¡Pues sí! No podía sacarme de la cabeza la idea de que ellos ya se conocen de hace años, que saben todo del otro, que... ¿Pero es que no ves que te eligió a ti ahora? Una vocecita me repetía eso una y otra vez, pero iba a ser difícil acostumbrarme a esto.

     Cuando ya estaba en la calle, a pasos de doblar en la esquina, sonó mi celular.

—Lo sé, lo sé —dije rápido— Voy algo tarde, pero ya llegaré —le dije a Alex.

—Yo sólo quería... —comenzó él, pero al doblar me lo encontré ahí— decirte que vine a buscarte —sonreía a medias, tanteando mi reacción.

    Aguanto la sonrisa constante que se quiere escapar de mis labios cuando camino hacia él.

—¿No se supone que nos juntaríamos allá?

—Pues... sí —dice dudando— pero yo pensé... que...

—Gracias de todas formas por venir.

—¿De verdad? —intentó ocultar su sorpresa sin hacerlo muy bien.

—Sí, de verdad —lo miro a los ojos y se da ese momento en que las palabras sobran. Amos reímos tímidamente.

Narración: Carla.

—Palomitas en camino —dice Max desde la cocina.

    Sigo buscando en la pila de películas que tiene para decidir cual podemos ver. Por alguna razón que no reconozco, me pone ansiosa el hecho de ver una película con él. Aunque estoy ansiosa la mayor parte del tiempo que estoy cerca de él, pero...

—¿Ya decidiste? —pregunta entrando con las palomitas y un par de vasos.

—Estoy entre estas dos —le muestro la carátula de PS: I love you y Tengo ganas de ti.

—Mmm —dice pensativo mientras saborea las palomitas que acaba de echarse a la boca.

—¿Qué?

—¿Son indirectas para mí? —alza una ceja.

—¿Ah? —no entiendo su punto— ¡No! —exclamo sonrojada, pero riendo cuando me doy cuenta de que se refiere a los nombres de las películas.

—Okay, okay —ríe conmigo— Ven a sentarte para poner la película.

    Tomo asiento en el sillón, tomo el bowl de palomitas y espero a que él termine.

—Listo —toma el control y se sienta a mi lado pasando uno de sus brazos por mis hombros.

—¿Cuál de las dos pusiste?

    Sonríe y se acerca a mi oído:

—Tengo ganas de ti.

Narración: Claudia.

    Inspiro profundamente. Estoy a punto de tocar la puerta del departamento de Andrés y los nervios no me están dejando en paz. Todo parece un déjà vu, la vez anterior había venido porque mi padre no soportaba que estuviera con él. Intenté sacar energías de ese día y pensar que finalmente todo se solucionaría.

    Toqué la puerta dos veces y esperé. Sabía que estaba porque se escuchaba a alguien adentro. Tomó unos segundos más y abrió la puerta.

—No, pero deja que... —estaba hablando por celular.

    Se hizo un pequeño silencio hasta que me hizo señas para que entrara mientras él seguía hablando por celular. Entré y me quedé de pie cerca de la terraza mirando por la ventana. Podía sentirlo caminar de aquí para allá, hablando con un amigo quizás, mientras mis manos temblaban sin entender de verdad porque tanto nerviosismo.

    Hasta que lo sentí despedirse y el silencio inundó el departamento. Me di vuelta justo cuando estaba entrando.

—Hola —dijimos al mismo tiempo y reímos, lo que relajó un poco el ambiente.

—¿Cómo está tu cabeza? —dijo aún desde el otro lado, sin acercarse.

—Mmm, bien —me encogí de hombros— aunque por alguna razón todos creen que moriré si muevo un dedo, o si por ejemplo… no sé, no me entero de cosas que debería saber porque me incluyen a mí.

    Nos miramos fijamente hasta que dejo escapar el aire que había retenido y avanzo hasta el sillón para sentarme y dejar caer mi cabeza entre mis manos. Había empezado todo mal.

—Bien, lo siento —no era capaz de mirarlo— Sé que estoy exagerando un poco, pero es que no puedo creer que me hayas ocultado todo Andrés, y que te hayas quedado de brazos cruzados dejando que te culparan sólo a ti. ¿Es que no lo ves? —levanté justo la mirada cuando sentí que se acercaba.

—Claro que lo veo —se sentó a mi lado— pero no podía hacer nada, Claudia. No había forma de decir que entre nosotros no pasaba nada, no había forma de seguir ocultándolo —me miró fijamente— ¿Es que tú no ves eso?

—¿Pero por qué no me dijiste nada entonces? ¿Acaso era mejor ocultarme todo y mentirme?

—Ahora veo que no —hizo una mueca— pero en ese momento, luego del accidente... no podía, no podíamos —se corrigió— tus padres también estaban preocupados. Era mejor no seguir con el tema e intentar que tú no supieras.

—¿O sea que me hubieras mentido todo el tiempo? —hago una mueca.

—¡No es tan así, Claudia! —Se puso de pie— Puedo terminar lo poco que me queda de práctica, pero de todas formas el director no me quiere ahí. Es más, ojala no pisara el colegio otra vez. Con obvia razón —dijo con ironía.

—¿Entonces que me hubieras dicho, eh? ¿Qué otra mentira habría salido a juego?

—Que la práctica ya estaba terminando, que no necesitaba seguir yendo y que luego me hubieran contratado en otra escuela —respondió sin pelos en la lengua.

—Todo esto es horrible –desvío la mirada de él– ¿Más mentiras?

    Trago sonoramente el nudo que tenía en mi garganta. Así que las mentiras hubieran seguido... Pero... nada sonaba... algo raro había aún. ¿Por qué nada me calzaba bien? ¿Por qué las palabras de Andrés no me sonaban a la verdad completa?

—Necesito ir al baño.

    Me puse de pie y caminé directamente sin detenerme a mirarlo. Necesitaba algo de espacio. 

Narración Carla:

—Me encanta esta película —comento cuando ya salen los créditos.

—¿Vemos otra? —dice poniéndose de pie rápidamente.

—Me encantaría, pero ya es tarde Max, me tengo que ir.

—¡Mentira! —Vuelve a sentarse— No es para nada tarde, y tú dijiste que no tenías nada que hacer —hace un puchero.

—No me pongas esa cara... –acaricio su pelo.

—Vamos, cariño, quédate un rato más. Regaloneemos un rato —dice jugueton.

—¿Regalonear? —sonrío ampliamente.

—Sí —sin darme cuenta me rodea con sus brazos por la cintura y ambos terminamos tumbados en el sillón.

—Aún me cuesta asumir la idea de que... puedo estar así... contigo —admito, sin saber con qué valor, mirándolo a los ojos.

—Anda acostumbrándote a la idea —levanta una de sus manos para colocar mi pelo detrás de la oreja y luego se acerca para besarme— porque ahora ser sólo tu amigo, es muy poco para mí.

Narración: Claudia.

     Me miro en el espejo del baño intentando aclarar un poco las cosas. Pero sonidos de afuera llaman mi atención. Intentó escuchar más allá y al parecer llegó alguien. Perfecto. Salgo con la mejor cara que puedo y me detengo antes para escuchar quién es.

—¿Ya has pensando que harás? ¿O cómo le dirás? —es la voz de Tomás.

—Hey, este no es el mejor momento, enserio —lo detiene Andrés.

—Tienes que decirle. ¿No ves todo el problema que ya hubo con lo anterior?

—Tomás, de verdad necesito que te vayas.

—Ni yo me tomo bien la idea de que te irás a trabajar a otra ciudad, ¿Cómo crees que lo hará ella?

     Golpe directo al corazón.

******************** ***************

Uh. Soy la peor persona del mundo.

¿Un mes?

Ajá, lo sé, lo sé....

¿Que pasó?

Soy horrible para organizarme. Se me juntó todo. Mal.

No quiero dar más escusas, porque yo también soy lectora de blogs y sé que al final no nos gustan las razones del por qué de la demora askjsa >< :)

Grabé el video que les dije, pero youtube me ha hecho la guerra con el video así que por ahora preferí dejarlo de lado y publicar el capitulo rápido.

No prometeré que haya capítulo la otra semana.

Y si ven, es jueves, totalmente fuera de lugar,  pero sabía que tenía que subirles algo rápido.

Perdonen. 

Hago lo imposible por estar al día con todo, pero no me funciona mucho.