Capitulo 54: Celos.

Celos.

Narración: Claudia.

—¿Era guapo? —insistía Belén.

—Ya te dije —reí— tiene un estilo parecido a Andrés, pero más moreno.

—Al parecer es simpático y te ayudará bastante en la fiesta.

—¡Oh, sí! —le respondo a Grace— Su disposición estaba al mil por ciento y eso de verdad me entusiasma más.

—Menos mal que te pudo avisar que la mamá de Andrés quería hacer una fiesta ¿te imaginas no llegará a la fiesta que tú le preparas?

Le doy un manotazo a Belén.

—¡Ni lo digas! —Exclamó— Y a Tomás le debo esa.

—¿Y qué te dijo tu suegra?

—Que le parecía una idea maravillosa, divina, excelente, de ensueño… ¿quieres que siga? —Las tres reímos— está tan emocionada como yo.

—¡Que hermoso! —Grace aplaude tan alegre como siempre— ¿Y cómo lo harás con Andrés?

—¡Oh, se mueren! —Exclamo— Hoy en la mañana cuando me fue a buscar más temprano…

—¡Mamá! Ya llegó Andrés, me voy.

—¿Por qué tan temprano? —pregunta mi padre.

—Pues… —digo nerviosa— … ¡Pues porque sí!

—Ay, cariño —aparece mi madre para defenderme— quieren estar juntos un ratito antes de entrar a clases —explica ante la incomprensión de los hombres.

—Gracias —le digo con una sonrisa antes de salir.

—Recuerda que todavía tiene que venir a darme explicaciones por todas las mañanas en las que te vino a buscar, eh.

—Eh… —miro a mi madre y ella sólo rodea los ojos al  igual que yo— sí, como no, papá.

    Me cuelgo la mochila y comienzo a caminar hasta llegar a la plaza en dónde habíamos acordado juntarnos antes de clases. Lo veo sentado en un columpio de  niños… ¡que adorable!

—¡Bu! —Lo asusto desde atrás para luego ponerme al frente— Anda, dime que te asuste.

—Jaja, claro que no… te tengo vigilada —y sin pararse del columpio me rodea la cintura con sus brazos para acercase y besarme.

    Luego de separarnos lo tomo de la mano y nos acercamos a la banca para sentarnos, dejo la mochila a un lado y me siento… mientras Andrés se recuesta en la silla y apoya su cabeza en  mis piernas.

—¿Qué tal estas? —le pregunto mientras me pongo a jugar con su pelo.

—Creo que ya en un estado zombi. Terminar la universidad no ha sido nada bonito.

—Tienes que relajarte… Si te estresas no sacarás nada. Y piensa en lo que pasará después de todo: serás un profesor oficial.

—Lo, sé, lo sé… pero… uf, como sea, no hablemos más de eso —río ante su cara de agobiado— este… quería decirte algo.

—¿Qué cosa? —pregunto curiosa y con ese leve cosquille que siempre prosigue a esa frase.

—Este… el sábado… este fin de semana… —se traba con las palabras.

—¡Es tu cumpleaños! ¿Creías que no lo sabía?

    Andrés sonríe ampliamente.

—Y quería ver sí… ¿estás ocupada ese día?

—No me digas —digo angustiada— ¡No!… no puede ser, no puede ser…

—¿Que no puede ser?

—¡Tengo que salir ese día! —exclamo frustrada.

—¿De verdad? —dice sentándose rápidamente a mi lado.

—Sí —digo triste— Mi mamá ya lo había dicho antes y… ¡Ah! Que rabia —me cruzo de brazos.

—No te preocupes —intenta sonreír— ya vendrán otros cumpleaños para celebrar.

—¡Le hubieran visto la carita de pena! —Les digo a las chicas— Pero era necesario mentirle.

—¿Cómo? —Belén y Grace se miran.

—Que yo no tengo nada que hacer ese día. Es todo un plan: Andrés ahora piensa que no podré estar con él, Max y Tomás se ofrecen hacer una junta con un par de amigos, pero en verdad serán varios y estaré yo ahí.

—¡Ah! ¡Todo será una sorpresa! O sea… en verdad tú serás una sorpresa —dice Grace.

—Más o menos, —sonrío— pero les juro que esta mañana, luego de ver como se ponía al saber que no podría estar con él, me dieron unas ganas de mandar todo por la borda.

—¡No! Se fuerte, mujer —dice Belén— Hazlo por tu bombón.

Narración: Alex.

—Y eso pasó —digo sin emoción.

—Ah… Entonces podemos concluir que… Espera, ¡no podemos concluir nada porque no llegaron a ningún acuerdo! —Dice Iván fulminándome con la mirada.

—¿Sabes qué? no sé por qué te cuento de esto si me terminas tratando así —lo miró enojado y me alejo caminando, pero claro: él me sigue.

—Está bien, está bien —dice disculpándose— pero es que no lo entiendo, Alex. Gaby está interesada en otro, pero no se atreva decírtelo a la cara mientras que tú sigues pensando en Belén… ¿me puede decir a dónde van a llegar así?

—No tengo idea… Y por favor, no metas a Belén aquí.

—¿Por qué no? Ella está ya bastante involucrada en esto… desde el principio que ya lo está, como te lo estuve diciendo siempre.

—¿Es que no puedes parar de molestar? —digo bastante más enojado.

—No estoy molestando, amigo, sólo te digo la verdad.

    Me detengo de sopetón y lo miro con furia en los ojos. Y yo jamás pensé que se podía querer y odiar a alguien al mismo tiempo, me dije a mi mismo.

—¿Qué quieres que haga? —le pregunto ya desesperado— Ayer cuando hablé con Gaby no pude sacarle mucho, ella insistía en que la dejara sólo para pensar y que luego me diría todo, pero yo quiero saber lo que sentía en ese momento. Ni si quiera sé lo que pasa con este otro tipo.

—¿No crees que es obvio lo que tienes que hacer? Si ella no te dice nada, tienes que preguntarle a alguien que sepa de la historia también.

—Ahora me dices que utilice a Belén ¿no? —lo miro incrédulo.

—Yo no he dicho su nombre, —sonríe ampliamente— pero ya que fue en la primera persona que pensaste, puede ser —se encoje de hombros aún con esa sonrisa tan molestosa en su cara.

—¡Ash! —Exclamo— ¡Te detesto! … Pero creo que tendré que hablar con ella, es la única forma de saber toda la historia.

—Y así también puedes hablar con ella del otro tema.

—La verdad es que… —digo dudando— no sé si hablar con ella de ese tema. Es demasiado complicado…

—Aunque lo sea, tendrás que hacerlo porque la curiosidad por saber qué es lo que pasa con ella te carcome… ¡Y no me vengas a decir que no! Porque eso salió de tu boca el día siguiente a cuando te enteraste de lo que ella sentía por ti.

    Iván sólo comenzó a reír ante mi expresión de… más odio. Pero que más iba a hacer… él tenía razón. Maldita sea, siempre tiene la razón.

Narración: Carla.

—Y esta es Carla —Max me presentó— Él es Tomás.

    Ambos nos sonreímos como saludo y luego comenzamos a hablar enseguida del tema que nos reunía.

—¿Ya tienes la lista de invitados? —Le preguntó Max al amigo de Andrés.

—Oh, claro —buscó dentro de su mochila un poco y luego nos tendió un papel— Intenté poner una cantidad personas razonables para que no quede un alboroto en tu casa.

—Creo que veinticinco está bien —dice Max asintiendo y leyendo la hoja.

—¿Todos irán? —pregunto para entrar en la conversación.

—Hasta ahora sí, y no creo que se baje alguien hasta el sábado. Muchos se emocionaron con la idea de la fiesta sorpresa… y por conocer a tu hermana —le dice a Max.

—¿A Claudia? —preguntamos ambos.

—¡Claro! —Exclama él como si fuera algo obvio— Sabes que Andrés…

—Tiene su fama por aquí —completo la oración con una risita.

—Así es, y bueno… ha sido un misterio saber quién es su novia, mucho más si ya todos saben que es una de sus alumnas —guiña el ojo.

—Cuidado con lo que vayas a decir de mi hermana —le advierte Max.

—Nada malo, yo la encontré súper simpática —le dice Tomás rápido— pero todos quieren conocerla.

—Tan pequeña y ya con un grupo de chicos queriendo conocerla… —susurro para mí misma. No es que le tenga envidia, pero quién no ha soñado por ser por un segundo alguien que todo el mundo quiera conocer.

    Max escucha mi comentario y su mirada es una completa interrogante. Hago como si no lo viera, y sigo con el tema de la fiesta.

—¿Cómo lo haremos con las cosas para comer y todo eso?

—Todos los chicos de la fiesta han aportado con un poco —saca una pequeña bolsa de su bolsillo y la abre para ver el dinero que hay adentro.

—¡Hombre! —Exclamo— eso es demasiado dinero.

—Cariño, eso no es nada para una fiesta —dice Max y se mira con Tomás como cómplices.

—Entonces, —retoma el hermano de Claudia— al salir de clases ella vendrá y hablará con todos nosotros para coordinar más detalles ¿puedes quedarte?

—Ningún problema, así que… —Tomás desvía la mirada a alguien de atrás— así que luego hablamos, nos vemos — y sin más se aleja.

—Qué forma más rápida de despedirse —digo tomando su puesto al frente de Max.

—Iba detrás de su chica —dice apuntando a una mujer que logro reconocer de una de mis clases.

—Hormonas, hormonas… —niego lentamente.

—¡Hey! No lo culpes por querer estar con ella.

—Y no lo hago —digo rápidamente— pero es que parece un perrito detrás de ella.

—Tendré eso en cuenta para cuando termine mi plan para conquistarte —bromea con una sonrisa en su rostro.

Narración: Tomás.

—Hola guapa —digo al llegar a su lado.

—Hola —me saluda Azul, con una sonrisa alegre.

—¿Tienes algo que hacer ahora? —la sigo mientras salimos del edificio.

—¿Por qué? —me mira curiosa.

—Tengo un panorama para este fin de semana —observo como un mechón de su pelo castaño se escapa por el viento, y no logro retener las ganas de volver a ponerlo detrás de su oreja— Una fiesta —intento que no se noten mis nervios.

—¿Fiesta? —Dice ansiosa— Suena interesante.

—Es una fiesta sorpresa para Andrés. Ya estas integrada en la lista de los que irán así que no me puedes decir que no.

—¿Y se  puede saber por qué estoy allí?

—Porque me dijeron que podía agregar a mi chica.

—Así que ahora… ¿soy tu chica? —sus ojos café reflejan entre sorpresa y coqueteo.

—Podrías serlo, si tú quieres.

—Emmms… dame tiempo para pensarlo.

    Sin ni siquiera un beso… o bueno, un adiós se aleja hasta su grupo de amigas.

—¡Esta chica sí que sabe dejarme como un tonto!

    Giro sobre mis pies y vuelvo a entrar. Ya tendremos otra oportunidad, preciosa… ya la tendremos.

Narración: Claudia.

—Eso… no… se… vale —Belén jadea mientras llega a mi lado.

—Yo… creo que sí —dice Grace.

—Admítelo Belén, jugando fútbol soy mejor que tú.

    Hace media hora, habíamos comenzado un partido en la clase de educación física. Belén y las otras chicas eran un equipo y yo con Grace habíamos quedado en el otro. Desde siempre he admitido que el basketball no era lo mío, como no recordarlo… cuando al conocer a Andrés, le llegó un pelotazo por mi culpa…

… Mi inspiración se vio frustrada con un maldito cono en la cancha que provocó que la pelota se me escapara de las manos y no quedara precisamente dentro del aro, si no que en la cabeza de mi profesor… y en la del profesor nuevo.

—Diablos —exclamé para mi mientras salía corriendo a buscar la pelota— Profe, lo siento de verdad, la maldita pelota… —puse mi cara de perrito arrepentido.

—Jajaja, no te preocupes a cualquiera le pasa —dijo mientras me acariciaba el hombro en forma de consuelo.

Aaah… ¡Fuck! Porque tiene que ser el profesor… que hice yo para merecer esto, Dios mío que he hecho. Explícamelo… ¡ahora!

—Jeje —¿no se me ocurrió algún comentario más estúpido?— eh… bueno… volveré a jugar.

—Sí, anda— me dijo con una sonrisa.

    Pero en el fútbol sabía defenderme, cosa que a Belén siempre le había costado entender.

—Admítelo, guapa, me ganaras encestando pero con goles en el fútbol te gano yo —le saqué la lengua.

—Ya, ya, ya whatever—dijo haciéndonos reír a mí y a Grace— pero sabes… Espera, ¿Alguien sabe porque esa profesora nos mira tanto? —cambia de tema rápidamente.

—¿Quién?

—No miren, pero es esa profesora en práctica… la amiga de Andrés, creo.

    Disimuladamente me giro hacia dónde Belén había indicado, y claro, ahí estaba Amanda viendo hacía nosotros, pero al ver que la observábamos rápidamente se acercó a un grupo de alumnos.

—Qué extraño —comento.

—Creo que yo me estoy volviendo loca o ella… —dice Belén.

—¿Estaba celosa? —se aventura Grace.

—¡Sí! Eso mismo estaba pensando... Pero ¿Por qué?

—Por lo más obvio del mundo —dice Grace ahora apuntando hacia el lado opuesto.

    Al girarme me encuentro con Andrés desde el otro lado observándonos. Lo saludo con la mano y él rápidamente me devuelve el saludo.

—¿Alguien me puede explicar? No entiendo nada…

—Más claro que el agua, Claudia —Belén se gira y me mira divertida— esa profesora está celosa… de ti.

—¡¿Qué?! —Exclamo incrédula— ¡Tienes que estar bromeando!

—No lo estoy. Y ahora que Grace lo mencionó más obvio me parece.

—Ustedes sí que se volvieron locas —me alejo negando con la cabeza.

—Espera —me dice Grace— Belén tiene razón. Es que… esta no es  la primera vez que la vemos observándonos… o más bien observándote.

—¿Qué cosa?

—El día en el que Javier cantó, tú te acercaste dónde él y ahí te encontraste con Andrés ¿cierto? —Asiento al recordarlo— En ese momento ella también te estaba viendo desde lejos.

—En ese momento pensamos que era… no sé, por cualquier cosa —dice Belén— pero ahora que la volvemos a ver en las mismas esta todo más claro: esta celosa de ti.

    ¿Podría ser eso cierto? ¿Celosa de mí? ¡Oh, vamos! Ella con sus veinte años, guapa y todo no podría estar odiándome a mí. Ni si quiera nos conocemos… Pero y si así lo fuera… ¡Oh, Dios!

—¡Le gusta mi novio! —exclamo sorprendida.

—Eso te hemos estado diciendo —dice Belén— ¿Lo puedes creer?

—Es que… ¿Cómo?  O sea… si es así, ella me ha estado odiando todo este tiempo… ¿No habrá sido que haya tenido una relación con Andrés antes?

    Las tres nos miramos porque sabemos que sólo ellos sabrían la respuesta. Y si fuera así… Ay, no… no me gusta cómo suena todo esto.

Narración: Andrés.

—Te lo advertí, Amanda —dije al entrar en la sala.

—¿Qué es lo que pasa, Andrés? —preguntó con ironía.

—¿Qué es lo que te pasa a ti? —Le recrimino— ¿Es que acaso crees que no me doy cuenta como miras a Claudia? Te dije que dejaras de molestar.

—Tranquilo, cariño. Yo no haré nada malo. Es que todavía no sé cómo…

—¿Cómo me fije en ella? Pues quedarás con las ganas de saberlo —dio ya bastante molesto.

    No acostumbro a enojarme por estupideces,  ni menos a ser grosero con una mujer, pero si esta ya no deja de molestar y estar pendiente de mi novia… suelo descontrolarme un poco.

—Sólo te lo diré otra vez: déjala en paz. Ya estas bastante grandecita para andar haciendo esto.

    No dejo que vuelva a hablar, y rápidamente vuelvo al patio para continuar la clase.

Narración: Claudia.

—¡Chicos! Se terminó el partido. Pueden irse a las duchas… por favor —imploró la profesora entre risas.

—¿Nos vamos? —dice Grace.

—Vayan ustedes —les digo— tengo que ir a buscar el bolso y la botella que dejé allá. Ahí las alcanzo.

    Trote hasta llegar al otro lado del patio y recoger mis cosas. Me devolví rápidamente, pero al entrar en la escuela me topé con… Amanda.

—¡Oh! Sorry—me disculpé luego de haber chocado con ella.

—Ten más cuidado —dijo mirándome detenidamente.

—Okay… lo siento, no fue mi intención.

    Parecía echarme llamas con los ojos. Ahora sí que esta me mata.

—¿Tienes algún problema conmigo? —le pregunté ya aburrida.

—¿Contigo? No, preciosa. Ideas tuyas.

—No lo creo, porque hace poco te vi viéndome desde lejos… ¿Tienes algo que decirme?

—Mmm… ahora que me lo dices, puede que tengas que saber algo.

    La quedé mirando hasta que fuera ella la que comenzara a hablar. Sí que tenía mal humor esta chica.

—Andrés… ¿no creerás todo lo que dice, cierto? Ese cuento de “Me he enamorado de una adolescente” Puuf, puras estupideces.

    La miré un segundo y luego me eché a reír en su cara. ¿De verdad escuché bien?

—No puedo creerlo —dije negando— Tus celos son grandes, eh.

—¿Celos? —preguntó incrédula.

—Ajá. Pero te digo una cosa… —me acerqué un poco a ella— No te preocupes, que aquí la adolescente parece ser otra.

    Al girarme y querer irme de ahí, me encontré con Andrés. Estaba parado a pasos de nosotros, observándonos.

—¿Qué pasa aquí? —pregunta al llegar a mi lado y tomarme de la mano.

—Nada, no te preocupes —le digo con una sonrisa— Sólo un cambio de palabras entra una profesora —recalqué la última palabra para que notara que ella era la mayor… y la que en este segundo se comportaba como una niña— y una alumna.

    Amanda no hizo ningún gesto. Nos miró a ambos y se giró para ir a la sala de profesores.

—¿Qué te dijo? —me preguntó Andrés.

—Nada, sólo estupideces… —me encojo de hombros— Hablamos después, ¿sí? —inclino la cabeza para que vea que hay mucha gente alrededor.

    Andrés me guiña el ojo y yo sigo mi camino hacía el baño.

—¿Dónde están? —pregunto con el celular en mano.

    Llevaba unos quince minutos dando vueltas alrededor de la entrada de la universidad de Max en busca de él, de Carla y Tomás.

    A la salida de la escuela, tuve que pedirles a las chicas que inventaran una excusa para Andrés, esto de no irme con él era para empezar a sospechar, pero confío en que mi novio no sea de esos que se imaginan cosas donde no las hay.

—¿Dónde estás tú? —me vuelve a preguntar.

—¡En la entrada! —Exclamo ya cansada— dónde he estado todo este tiempo.

—Espera… ¿la entrada que da a la calle?

—Claro que sí, ¿Cuál otra?

—Pues la de atrás… Quédate ahí, nosotros iremos —Max termina la llamada.

    Vuelvo a guardar el celular en el bolsillo de mi pantalón mientras espero. Varios chicos ya comenzaban a salir de clases. Recibo algunas miradas curiosas y otras miradas… mejor no decir. Intento hacerme la desconocida y no tomar en cuenta a nadie. Al parecer se nota un poco que no soy de aquí… A lo lejos pude notar a Max con Carla y… esperen… No sólo los veo a ellos, sino que a un grupo más grande. Oh-oh.

—¡Al fin! —me dice Max y se acerca para saludarme.

—Hola, Clau —esta es Carla y luego viene Tomás.

—Hola —saludo y me quedó mirando al otro grupo de tres chicas y cuatro chicos al otro lado.

    Tomás se pone a mi lado y con esa sonrisa tan divertida que tiene me presenta.

—Y esta es la novia de Andrés.

    Todos se quedan mirándome un segundo, algo que me pone nerviosa, pero luego sonríen alegremente y se acercan para saludarme.

—¿Apuesto a que no sabías que eras una incógnita para todos? —Pregunta una de las chicas— Aquí todos han escuchado de “la novia de Andrés”, pero ni te imaginas la curiosidad que daba por conocerte.

—Este… esto es extraño —es lo único que puedo decir, y río un poco— ¿Ustedes irán a la fiesta?

—¡Claro que sí! —exclaman entusiasmado.

—Ya queremos ver la cara de Andresito con esta sorpresa —comenta un chico.

—Entonces —dice Tomás— mejor entramos y ocupamos una sala de adentro.

    Acompañada por todos esos chicos, y todavía un poco shockeada por la situación entro con ellos a la universidad para tener todo claro para el sábado.

********************************************

Helloooooooooooooooooow! :)

Hi ladies! ¿Como andan? 

Creo que la semana pasado no publiqué :S ¡Ya ni recuerdo! D:

En fin, ahora tengo este capítulo y quise publicarlo para centrarme rápidamente en el otro :$

Les tengo un trato : CHAN! :D

Como ustedes quieren leer la fiesta ahora ya, el próximo capítulo será la fiesta :) Es que en la historia faltaría narrar el día viernes :S Así que para que todas quedemos felices, el próximo capítulo será el día de la fiesta y puede que en algunos momentos salga lo que pasó el viernes :) 

Para así no demorarme tanto (Y)

Mms... ya no rogaré por comentarios :C

Hace minutos me acabo de dar cuenta que pido comentarios, porque al final son esos los que dan la fuerza para escribir, ¡pero yo no he comentado nada hace mucho! D: D: 

Así que no puedo ser tan hipócrita y pedir algo que yo no doy /:

Están en su libre decisión si comentan o no :)

Y... creo que ya no sé que decir :)

Me despido entonces... y ahora mismo iré a continuar el capítulo de la fiesta.. porque ya tenía escrito algo antes :O ! 

Se me cuidan mis peques! *-*